Porfirio Muñoz Ledo aceptó el cargo de embajador de México en Cuba, pero el nombramiento ha quedado en el aire

El veterano político, exdirigente del PRI y del PRD y ahora militante crítico de Morena, asegura en una entrevista que el secretario de Gobernación le ofreció el puesto, que aún no se ha hecho público

Porfirio Muñoz Ledo, en una exposición en la Cámara de Diputados en febrero de 2020.Galo Cañas (Galo Cañas)

El veterano político, Porfirio Muñoz Ledo, ha reconocido que el Gabinete de Andrés Manuel López Obrador lo nombró nuevo embajador en Cuba y él aceptó, según el adelanto de una entrevista para la cadena de televisión Milenio. Este lunes la Secretaría de Relaciones Exteriores hizo pública la lista de los 16 nuevos embajadores que ocuparán puestos clave en América Latina y Europa, la mitad de ellos sin carrera diplomática y algunos priist...

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El veterano político, Porfirio Muñoz Ledo, ha reconocido que el Gabinete de Andrés Manuel López Obrador lo nombró nuevo embajador en Cuba y él aceptó, según el adelanto de una entrevista para la cadena de televisión Milenio. Este lunes la Secretaría de Relaciones Exteriores hizo pública la lista de los 16 nuevos embajadores que ocuparán puestos clave en América Latina y Europa, la mitad de ellos sin carrera diplomática y algunos priistas, sin mencionar quién ocuparía el cargo en la isla. López Obrador mantiene una buena relación con el presidente Miguel Díaz-Canel, que en septiembre fue uno de los invitados de honor a los actos del bicentenario de la independencia. Cuba era una de las grandes incógnitas y ante la falta de un anuncio formal del Gobierno mexicano, el histórico líder del PRI y el PRD, y ahora militante crítico de Morena, ha decidido romper el silencio.

“Yo lo acepté porque lo mismo puedo pensar aquí que allá, porque estaría ganando mucho mi salud. Insisto que acepté no porque quiera volver al redil, sino por afecto al Estado mexicano”, ha confesado Muñoz Ledo, de 88 años, en un adelanto de la entrevista con la reportera Elisa Alanís Zurutuza. Este periódico ha contactado al político y ha confirmado que el secretario de Gobernación (Interior), Adán Augusto López, le ofreció el puesto, aunque ningún miembro del Gobierno lo ha anunciado formalmente. “No soy un miembro de la oposición, y tengo cosas que decir. No las digo desde fuera, las digo desde dentro. Él sabe que digo la verdad, pero trae sus planes él [López Obrador]”, agrega.

Muñoz Ledo ha insistido en su apoyo al movimiento de Morena, el partido del presidente, pese a que en los últimos meses sus críticas han escalado hasta convertirse en uno de los más duros contra el Gobierno, especialmente desde que en la primavera del año pasado se le vetara para reelegirse como diputado federal. En mayo anunció la creación de una plataforma llamada Encuentro por la República en defensa de la Constitución y de órganos autónomos como el Instituto Nacional Electoral (INE), convertido en el principal blanco de las críticas de López Obrador. Y en medio de una polémica impulsada por el mandatario contra jueces y otros órganos autónomos, declaraba en una entrevista a este diario: “Estamos ante un grave peligro de ruptura del orden constitucional”.

Convencido de que su posicionamiento crítico siempre es desde la izquierda y nunca aliado de los “conservadores”, como tilda el presidente a sus opositores, protagonizó un polémico acercamiento hace un mes con uno de los partidos rivales de Morena, Movimiento Ciudadano. A principios de diciembre, en un acto en el que le entregaron la medalla Benito Juárez por su contribución “a la democratización de México y por ser un referente de la socialdemocracia”, el líder del partido naranja, Dante Delgado, le pidió colaborar con su proyecto. “Tenemos una relación muy cercana. Yo soy muy partidario de un partido socialdemócrata y quiero ayudarlos. Yo sigo siendo de Morena, miembro, pero ya se sabe cómo están los bollos”, dijo el político cuando fue condecorado.

El domingo pasado, en un acto en homenaje al poeta Carlos Pellicer, Muñoz Ledo matizaba ante la prensa lo que hasta entonces parecía un portazo a Morena: “Yo fui quizá el mexicano que más cerca estuvo de los movimientos socialdemócratas y ellos me han pedido asesoría en socialdemocracia. Yo ya no aspiro a ningún cargo de elección popular (...) Estoy abierto a grupos, personalidades, partidos que me pidan asesoría gratuita”, señaló.

En sus aspiraciones frustradas por dirigir el partido del presidente en 2020, no ahorró en sus embestidas hacia Mario Delgado, que le ganó esa contienda, ni hacia el actual canciller, Marcelo Ebrard. También pidió a los votantes que no apoyaran a la candidata por Morena en Guerrero, Evelyn Salgado, en las últimas elecciones de junio.

El viejo lobo de la política mexicana ha demostrado ser un experto en mantenerse en primera línea, bien para aglutinar las críticas internas contra los bandazos del presidente contra las instituciones, y ahora para marcar un anuncio sobre su futuro que nadie había mencionado en una tarima. Después de 70 años de carrera, se ha convertido en uno de los pocos miembros del partido capaces de herir los designios de la Cuarta Transformación y a su vez, lograr un posible nuevo puesto dentro del movimiento: ser el representante del Gobierno de México ante la Cuba de Miguel Díaz-Canel.

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