La inflación le pega al bolsillo de los Reyes Magos en México

Comerciantes y compradores confirman el aumento de los precios en los juguetes, aunque las ventas se mantienen en una época del año más icónica para los mexicanos

Compradores buscan en un puesto de juguetes en la calle República de Colombia, en el Centro Histórico de Ciudad de México, el 4 de enero.Gladys Serrano

Reina se pasea cansada y sudorosa por la Calle República de Colombia, en el Centro Histórico de Ciudad de México, cargada con bolsas negras llenas de juguetes. Esta mujer menuda, de 38 años, las lleva con esfuerzo, pero camina a prisa, a la caza de más productos que debe comprar a un precio más barato aquí en la capital que en Ecatepec, donde vive. Allá los expondrá en su puesto de tianguis, a la espera de que la gente se anime a adquirir los juguetes como regalo de Día de Reyes. Este año, sin embargo, se ha topado...

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Reina se pasea cansada y sudorosa por la Calle República de Colombia, en el Centro Histórico de Ciudad de México, cargada con bolsas negras llenas de juguetes. Esta mujer menuda, de 38 años, las lleva con esfuerzo, pero camina a prisa, a la caza de más productos que debe comprar a un precio más barato aquí en la capital que en Ecatepec, donde vive. Allá los expondrá en su puesto de tianguis, a la espera de que la gente se anime a adquirir los juguetes como regalo de Día de Reyes. Este año, sin embargo, se ha topado con un incremento de precios que tiene su explicación —según los comerciantes consultados— por la inflación que afecta a México, pero también por las dificultades en las importaciones de los productos debido a la pandemia, principalmente desde China, un enorme productor de estos objetos que son el deleite de los niños. “Este año los precios se elevaron demasiado”, afirma la comerciante. “Todo ha aumentado y por eso vengo hoy [por el martes] porque mañana [víspera de Reyes] aumentarán más los precios”, dice Reina.

México ha sufrido una constante escalada de precios, registrándose en noviembre el índice de inflación más alto en 20 años, al alcanzar este el 7,37%, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Las alzas han golpeado con mayor fuerza las tarifas eléctricas, con un aumento mensual de 24,16%, pero también a alimentos como el tomate verde (71,8%), chiles frescos (30,6%) y el jitomate (25,3%). La misma institución registra también un incremento en los precios de los juguetes de hasta un 6%, una de las más altas registradas en años recientes. Estas alzas han sorprendido a economistas y superan los pronósticos del Banco de México, que situaba el índice de precios en un 3%. “Hoy he invertido en estos juguetes 2.500 pesos, pero he comprado menos que el año pasado”, explica Reina. “Esta temporada también se nos bajaron las ventas, pero la gente sigue comprando en los tianguis y bazares, aunque tengo que trabajar el doble para poder sacar un poquito más de dinero, o al menos lo que se invierte”, agrega.

Reina compra juguetes en la Calle República de Colombia, en el centro de Ciudad de México, para venderlos en Ecatepec.Gladys Serrano

La República de Colombia es esta mañana cálida de enero un hormiguero sofocante. Los comerciantes gritan atrayendo clientes: “¡Pásele, todo a mitad de precio!”, “¡Venga, güerito, a cien pesos los juguetes!”, “¡Rebajas, rebajas, pregunte!”. Los vendedores ambulantes ofrecen la mercancía con insistencia y miles de personas se mueven con lentitud de romería en esta avenida disminuida por los enormes puestos de productos, en los que personajes de Toy Story disputan la atención de los andantes con robots, figuras de Pokémon, muñecas desangeladas, imitaciones de Barbie y centenares de peluches rechonchos y otros hasta grotescos. En una esquina privilegiada de esta avenida rodeada de casas coloniales venidas a menos está Francisco Ramírez, de 53 años, un robusto comerciante que cuenta con tres puestos de juguetes, en los que emplea a integrantes de cuatro familias. Mientras ellos gritan las mercancías y las ofertas, Ramírez empaca en cajas de cartón lo que la gente va pidiendo, algunos incluso arrebatan los objetos de las manos de otros, en busca de la chuchería que seguro ha pedido el nieto, hijo o sobrino. “Para mí las ventas están bien, porque tenemos una línea de ofrecer productos de buena calidad al mejor precio”, dice Ramírez. Las ventas van tan bien que él afirma que ha vendido entre 30.000 y 40.000 pesos al día.

Este comerciante, sin embargo, tiene quejas. Acepta que ha tenido que elevar los precios de los productos debido a las dificultades en las importaciones debido a la pandemia, principalmente porque se les ha hecho más difícil traerlos desde China. “La mercancía está detenida en los grandes países, que no permiten que llegue hacia acá y acuérdate que mientras más detenido esté el producto, pues obviamente más caro. Y el tema de la inflación afectado también”, comenta Ramírez.

Si los comerciantes se quejan, los asalariados que recorren la República de Colombia se llevan la peor parte: tienen que hacer piruetas con la economía familiar para no decepcionar a los niños que esperan que los Reyes Magos le lleven el juguete que con ansiedad pidieron por haber sido tan buenos. Luis Fernández, de 32 años, es de Tabasco, la misma tierra que el presidente Andrés Manuel López Obrador. Es electricista y dice que con la pandemia su trabajo se ha reducido mucho, mientras que los precios de la comida y los servicios sí han aumentado. Fernández critica a López Obrador, que en sus conferencias matutinas ha minimizado el aumento en la inflación y ha afirmado que la economía se recupera a grandes pasos. “El aumento es muy notorio. En mi Estado la canasta básica está súper alta, te gastas 1.000 pesos en cinco cosas, no sé por qué el presidente no lo ve”, afirma el hombre. Fernández tiene un hijo de ocho meses y otro de dos años. Para este último ha comprado un triciclo de plástico, que le ha costado 1.000 pesos, a los que debe sumar el costo del traslado hasta la capital. ¿Ha valido la pena? “Sí”, responde enfático. “En Tabasco es más caro”, afirma.

Daniel Pérez, de 24 años, compra juguetes en la calla República de Colombia, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.Gladys Serrano

Mientras Fernández se pierde en las calles repletas de andantes del centro histórico cargando el juguete a la espalda, Daniel Pérez, un joven muy delgado de 24 años, se pasea por los puestos para hallar el regalo que espera en casa su hijo de un año y siete meses. Este contador público de profesión ha venido a esta calle a buscar el juguete porque lo puede encontrar más barato, dice, si compara los precios con los centros comerciales o puestos especializados de otros puntos de la ciudad. “Trato de planificar los gastos con mi esposa para estas fechas poder comprar el regalito”, dice el joven, quien afirma que cada vez más se aprieta el cinturón debido al aumento en los precios de todos los productos. “Este año el precio de los juguetes ha aumentado bastante”, dice Pérez. “Creo que el próximo año aumentarán más”, afirma el joven, quien ha gastado 600 pesos en el regalo de su hijo, justo el presupuesto programado. A pesar del aumento, él sigue una tradición que desde niño le ilusionaba. “Es muy bonita y quiero inculcarle ese espíritu a mi hijo; que reciba sus regalos en estas fechas es muy lindo”, dice.

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