Jaime Sepúlveda: “Las autoridades mexicanas están minimizando la llegada de ómicron”
El epidemiólogo anticipa que 2022 será un año complicado si no se hacen ajustes ante la llegada de la nueva variante
Jaime Sepúlveda Amor es uno de los epidemiólogos más reconocidos de México. Pionero de la lucha contra el VIH en el país y con cinco epidemias a cuestas en varias décadas de trayectoria como servidor público, Sepúlveda Amor desgrana en una entrevista con EL PAÍS varias críticas sobre la gestión del coronavirus en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y lo que espera de la ...
Jaime Sepúlveda Amor es uno de los epidemiólogos más reconocidos de México. Pionero de la lucha contra el VIH en el país y con cinco epidemias a cuestas en varias décadas de trayectoria como servidor público, Sepúlveda Amor desgrana en una entrevista con EL PAÍS varias críticas sobre la gestión del coronavirus en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y lo que espera de la pandemia en los próximos meses. Después de hacerse pruebas diagnósticas con 24 horas de anticipación a la cena y recibir dosis de refuerzo, Sepúlveda se ha reunido en Barcelona con su familia en Año Nuevo: ”Todos estamos vacunados, incluso mi nieto de siete años; lamentablemente en México se ha tomado la mala decisión de no vacunar a niños y tuvo que ir a Estados Unidos a vacunarse”. El director ejecutivo del Instituto de Ciencias de la Salud Global de la Universidad de California en San Francisco lanza varias advertencias sobre la llegada de ómicron a territorio mexicano y hace un llamado a realizar ajustes importantes en la estrategia gubernamental para mitigar el impacto del nuevo virus. Esta es una versión editada y condensada de sus respuestas.
Pregunta. La llegada de ómicron nos ha vuelto a poner frente a dilemas cotidianos: tomar un avión o no, ir a una cena o no, salir o quedarse en casa. ¿Qué tan cautelosos debemos ser?
Respuesta. Ómicron nos ha regresado a un punto en donde tendremos que tomar precauciones muy serias. Me refiero no nada más a estar bien vacunados, idealmente con una tercera dosis y con vacunas de ARN mensajero [como Pfizer o Moderna], que son las que mejor protegen contra ómicron. Además de las vacunas, tenemos que seguir con el uso de cubrebocas. Esta es una variante tan contagiosa que, incluso en personas bien vacunadas, es muy probable que acabemos infectados, aun con tres dosis. Así de contagiosa es la variante ómicron. Las buenas noticias son que con tres dosis de vacuna, sobre todo de ARN mensajero, la protección contra enfermedad severa, hospitalización y muerte es muy alta. La recomendación que yo haría al Gobierno mexicano es que utilice esas vacunas como refuerzo. Y, además, debemos olvidarnos del concepto de esquema completo, de una o dos dosis.
P. ¿Ya no basta con tener dos dosis?
R. No, ya no son suficientes. Vamos a ponerlo así. La llegada de ómicron nos lleva a tener una dosis de vacuna menos en comparación con otras variantes, es decir, tres dosis de vacuna equivalen ante ómicron como dos dosis de vacuna ante delta. Es como si nos hubiera restado una dosis de vacuna. Por eso, debemos acostumbrarnos a que el esquema completo va a ser al menos tres dosis de vacuna en toda la población.
P. ¿Cómo va a afectar el rezago en la aplicación de dosis de refuerzo en México?
R. Nos va a cobrar factura. La complacencia de las autoridades en México es muy peligrosa. Una y otra vez hemos visto que las autoridades sanitarias y el propio presidente han minimizado la gravedad de la pandemia en cualquiera de sus fases anteriores. Antes de que se presentaran los primeros casos, ya se estaba minimizando la gravedad de lo que más tarde fue reconocida como una pandemia. De nuevo, las autoridades están minimizando la llegada de ómicron. Es un asunto de tiempo para que también sea la variante predominante en México. Va a ser un invierno difícil, al coexistir la transmisión de la variante delta con ómicron y además el virus de influenza.
P. ¿Cuándo estima que ómicron se convierta en la variante predominante en México?
R. Es una cuestión de semanas. Aquí en Europa ya es la variante predominante y el número de casos de ómicron se duplica cada dos días, mientras que delta lo hacía cada dos semanas. Es un ritmo de crecimiento muchísimo mayor.
P. ¿Qué tanto de lo que se ve en Europa es un ejemplo de lo que pasará en los próximos días en América Latina?
R. Eso es algo que me irrita y me sorprende: cómo en México no se ha aprovechado la experiencia adquirida en otros lugares. No se tomaron las precauciones debidas aprovechando el tiempo que nos daba que la epidemia estuviera ocurriendo principalmente en otros lugares. Dos años después seguimos cayendo en los mismos errores. Ni los amuletos del presidente, ni las declaraciones optimistas y complacientes en las mañaneras van a evitar que la variante ómicron llegue a México y va a llegar con mucha fuerza. Vamos a tener una nueva ola a partir del mes que entra y no se están tomando las providencias necesarias, incluyendo la vacunación como refuerzo con vacunas de alta calidad.
P. ¿Cuánto de lo que pase se puede achacar a las características de esta variante y a lo que se ha dejado de hacer en las sociedades y los Gobiernos de cada país?
R. Es complicado porque todos estos ingredientes confluyen casi como en una tormenta perfecta. Desde luego, el que surjan variantes más contagiosas que evadan mejor la respuesta inmune no es responsabilidad de nadie en particular, es un accidente biológico. Una vez dicho esto, yo sí puedo decir con certeza que la falta de anticipación sí es un error humano.
Delta u ómicron no son las últimas variantes, van a seguir surgiendo nuevas en la medida en que no tengamos una cobertura de vacunación universal. Esa es una responsabilidad sobre todo de los países ricos, que han acaparado las vacunas. Mientras no estén todos los países seguros, ningún país estará seguro. No es un asunto humanitario, sino de seguridad global.
Al interior de cada país también hay distintos niveles de responsabilidad. Hay países que han respondido con celeridad y con eficacia. Hay otros como Brasil, México, Reino Unido, el Estados Unidos de Trump y otros con gobiernos populistas que han tenido una alta responsabilidad en el crecimiento de la pandemia y la alta mortalidad. La sociedad también influye. Hay elementos que son de responsabilidad civil como la renuencia a vacunarse o los jóvenes que se sienten inmortales y que no usan cubrebocas.
En cada país esa mezcla de responsabilidad varía. Hay lugares, como en México, que la mayor parte de la responsabilidad recae en el Gobierno y su irresponsabilidad al minimizar la severidad de la pandemia.
P. ¿En qué ha fallado el Gobierno de López Obrador?
R. El primer gravísimo error fue minimizar el uso de las pruebas diagnósticas. México es el país que hace el menor número de pruebas en relación al número de casos que tiene en el continente. Es una vergüenza. Después fue el asunto del cubrebocas. El presidente no lo usa, no da el ejemplo. La Secretaría de Salud ha modificado gradualmente su opinión: desde la negación absoluta de su utilidad a últimamente recomendarlo más. Ese fue un segundo error grave.
El tercero tiene que ver con instruir que la gente permaneciera en casa aun con síntomas, sin darles los apoyos económicos para poder cumplir con esa instrucción sanitaria. La gente necesita salir a ganarse el pan. El siguiente error fue que a los trabajadores sanitarios no se les otorgó lo necesario para desempeñar sus funciones. México tiene la mayor mortandad en personal de salud en el mundo por covid, por no tener sus equipos de protección, por no tener un buen entrenamiento.
Un siguiente tema es la altísima mortalidad intrahospitalaria en personas admitidas con covid. En muchos hospitales prácticamente era equivalente ser intubado con fallecer. En el Instituto Mexicano del Seguro Social el 50% de las personas que ingresaban por covid fallecieron. Esto es de escalofrío. Los hospitales públicos tuvieron una mucho mayor mortandad que los hospitales privados.
Finalmente, en México la vacunación se ha retrasado en todos los grupos etarios que la requerían. Y se ha hecho además con una multitud de vacunas, se aplican hasta ocho vacunas diferentes. La vacunación en México ha sido muy caótica y muy triunfalista. Se aduce que en la Ciudad de México se tiene al 100% de la población vacunada. Eso no es cierto. Se están torturando las estadísticas para forzar lo que ellos quieren decir. Pero eso es una mentira y una mentira de grandes responsabilidades.
P. ¿No le cuadran esas estadísticas?
R. Por supuesto que no. No es lo mismo tener una dosis de vacuna que estar un 100% vacunado. Y no es cierto que la totalidad de la población de Ciudad de México tenga una vacuna, porque deberían de incluir a niños de cinco años en adelante. Están considerando solo a personas adultas y hacen comparaciones que no son válidas con el resto de los países que están reportando coberturas de vacunación en relación a la totalidad de su población. Torturar las estadísticas para hacerlas aparentar lo que no son tiene una responsabilidad muy grande por falsear los datos de una manera consciente y hacer una imagen mucho más positiva de la respuesta de las autoridades.
P. El presidente defiende que aquí no hubo el caos ni la saturación que hubo en otros países.
R. Lo que hay que ver es la última y más grave de las consecuencias: la mortalidad. México tiene más de 600.000 muertes por covid, admite en cifras oficiales 300.000, aunque reconoce que muy probablemente sea el doble por el exceso de mortalidad. Si vemos el número de fallecimientos por 100.000 habitantes, vemos que Perú y México tienen las tasas más altas del continente por mucho. Hay que tomar las métricas que importan. La métrica más seria y triste es la gran cantidad de fallecimientos prematuros e innecesarios que ha tenido el país por covid. Y esto es por falta de vacunación y por falta de medidas de salud pública elementales. Se hubieran evitado muchas más muertes con una respuesta más enérgica y más temprana ante la pandemia.
P. ¿Qué espera de la pandemia el próximo año?
R. Hemos adquirido mucho conocimiento: se han desarrollado pruebas diagnósticas, vacunas y antivirales efectivos. Finalmente, tenemos respuestas farmacéuticas y no farmacéuticas. La conjunción de unas y otras va a llevar a dominar la pandemia en el transcurso de los próximos meses en países que tengan la voluntad política de hacer las acciones conducentes.
Me preocupa, sin embargo, que en África y en países con pocos recursos de Asia y América Latina no se logre tener la misma respuesta que en los países industrializados o de ingresos medios. Los países industrializados van a tener coberturas muy altas de vacunación y ya no tendrán una epidemia en evolución, sino que la pandemia va a convertirse en una enfermedad endémica como es la influenza y otros virus respiratorios. En México, 2022 va a ser un año complicado. Anticipo una nueva ola con ómicron y se necesita adquirir rápidamente vacunas ARN mensajero en el mercado, que por cierto está muy acaparado por países ricos, e invertir en salud. Me parece una enorme irresponsabilidad gastar 3.800 millones de pesos en un ejercicio tan inútil y faraónico como la revocación de mandato, más en un momento en que las vacunas de alta calidad son tan necesarias. No es fácil hacer pronósticos, pero creo que van a ser meses complicados. Si se logran adquirir vacunas, en 12 meses se podría tener un final de año más feliz.
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