El polémico balance de López Obrador sobre la pandemia: “Nadie se quedó sin una cama, sin un ventilador, sin un médico”
Los dichos del presidente contrastan con los datos de su propio Gobierno, que dan cuenta, sin picos epidémicos de por medio, de más de 80 hospitales al 100% de capacidad
Andrés Manuel López Obrador salió este jueves a encarar varios frentes abiertos de su Administración. Lo hizo desde Zacatecas, uno de los Estados más violentos de México, y en medio de una semana turbulenta para la economía: con el dato de inflación más alto de los últimos 20 años, seis jornadas consecutivas de depreciación del peso frente al dólar y el anuncio de una contracción del 0,4% del PIB en el último trimestre. La gestión de la crisis sanitaria no fue la excepción. “Enfrentamos el grave problema de ...
Andrés Manuel López Obrador salió este jueves a encarar varios frentes abiertos de su Administración. Lo hizo desde Zacatecas, uno de los Estados más violentos de México, y en medio de una semana turbulenta para la economía: con el dato de inflación más alto de los últimos 20 años, seis jornadas consecutivas de depreciación del peso frente al dólar y el anuncio de una contracción del 0,4% del PIB en el último trimestre. La gestión de la crisis sanitaria no fue la excepción. “Enfrentamos el grave problema de la pandemia con eficacia”, aseguró el presidente en una conferencia mañanera que se extendió por más de dos horas. “Nadie se quedó sin una cama, sin un ventilador, sin un médico, sin un especialista”, agregó, “no se dejó de atender a la gente”.
El presidente recordó que en México no se llegó al extremo de algunos países europeos y americanos en las primeras etapas de la epidemia. Sus dichos, sin embargo, contrastan con las imágenes que ha dejado el coronavirus en los momentos álgidos de los últimos 20 meses en el país: ambulancias peregrinando de un centro de salud a otro, letreros colgados en las rejas de los hospitales anunciando que no había cupo y casos críticos que tuvieron que pagar facturas exorbitantes en clínicas privadas por no encontrar lugar en el sistema público. Contradicen también los registros de su propio Gobierno, actualizados en tiempo real, que dan cuenta de 83 hospitales públicos y privados con ocupación del 100% en camas de hospitalización general, 12 unidades médicas que ya no tienen camas con ventilador disponibles y 13 sin disponibilidad en terapia intensiva. El mapa de la saturación tiene puntos de norte a sur: desde Sonora hasta Yucatán. Y todo esto, sin picos epidémicos de por medio y a pesar de tener cifras mínimas en el año en hospitalizaciones por covid, un 89% menos que durante el punto más alto de enero.
La gestión de la pandemia en México ha estado desde el inicio en un terreno polémico, con el Gobierno y sus críticos en extremos contrapuestos. Cuando el país atravesaba momentos críticos, en los que se llegó a tener la tercera mayor cifra de defunciones del mundo en términos absolutos, las autoridades insistían en no comparar con otras latitudes, hablaban del tamaño de la población y de condiciones sociales y económicas que lo hacían diametralmente distinto de otros puntos del planeta. Condiciones reales que impedían a millones de habitantes quedarse en casa. “No se puede comparar”, admitió este jueves el presidente, aunque segundos después lo hizo de todas formas: “En el concierto de las naciones, nuestros resultados son mejores”.
“Tenemos menos fallecidos, de acuerdo con nuestra población, que en Estados Unidos, que en Brasil, que en Argentina, que en Colombia, que en Perú, pero eso no se dice”, argumentó el mandatario. Es cierto. Pero las estadísticas mexicanas no eran mejores en términos per cápita que las de sus pares latinoamericanos, salvo Perú, hasta marzo de este año. En ese momento no hubo esas comparaciones. De hecho, las defunciones por covid en México por millón de habitantes, 2.248 muertes, son mucho mayores que el promedio mundial (657) y el de los países de ingresos medios y bajos (344), según los últimos datos de Our World in Data. Tampoco se habló en la conferencia matutina del exceso de mortalidad asociado a la covid-19: casi 437.000 fallecimientos en lo que va de año según la Secretaría de Salud, comparado con las más de 293.000 defunciones confirmadas en el tablero oficial (las que se consideran en los conteos internacionales) desde el inicio de la pandemia, en marzo del año pasado.
Sobre las vacunas, López Obrador señaló que “nunca nos han faltado”, obvió los primeros meses de desabasto y dijo que ahora se tienen suficientes. A pesar de que en la capital se tienen tasas de vacunación superiores al 90% entre la población adulta, el porcentaje baja respecto de esquemas completos hasta el 67% de los 96 millones que son la población objetivo del Plan Nacional de Vacunación y hasta el 50% si se considera toda la población. “Tenemos que seguir vacunando”, insistió López Obrador e hizo un llamado a quienes no lo han hecho a que se protejan. “No debemos confiarnos”, agregó.
El registro de vacunación para los jóvenes de 15 a 17 años sin comorbilidades ya está abierto y el presidente adelantó que se analiza aplicar una tercera dosis, empezando por los adultos mayores de 60 años, aunque todavía no se han dado más detalles. Las autoridades sanitarias advirtieron esta semana de que “hay pequeños indicios” de una cuarta ola por coronavirus y la Organización Panamericana de la Salud apuntó que, aunque los esfuerzos del país para llegar a una cobertura universal han sido “muy importantes”, “todavía no es suficiente para garantizar que el país no pueda tener otros brotes”.
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