La guerra por el territorio de la droga: así fue el choque de narcotraficantes en la Riviera Maya
Un enfrentamiento entre bandas rivales en Puerto Morelos se salda con dos muertes y el pánico de cientos de turistas en el Caribe mexicano
Un comando de 15 hombres armados, dos personas acribilladas y cientos de turistas atemorizados. Ese fue el saldo del último enfrentamiento entre narcotraficantes que ha cimbrado a la Riviera Maya. La principal línea de investigación de las autoridades es que una banda criminal cazó y mató a sus rivales para mantener el control de un punto de venta de drogas. La guerra por el territorio entre los grupos de la delincuencia organizada ya no se libra tras bambalinas...
Un comando de 15 hombres armados, dos personas acribilladas y cientos de turistas atemorizados. Ese fue el saldo del último enfrentamiento entre narcotraficantes que ha cimbrado a la Riviera Maya. La principal línea de investigación de las autoridades es que una banda criminal cazó y mató a sus rivales para mantener el control de un punto de venta de drogas. La guerra por el territorio entre los grupos de la delincuencia organizada ya no se libra tras bambalinas ni lejos de las zonas turísticas, sino de forma abierta y a plena luz del día. Después de horas de caos y de confusión, empiezan a surgir las primeras respuestas sobre el tiroteo en Puerto Morelos.
Dos vendedores de droga llegaron a la zona de playa que une a los hoteles Hyatt Ziva Riviera y Azul Beach Resort pasadas las 11.30, sin que dieran aviso a los grupos que controlaban ese punto de venta. “Se presentaron temprano, amagaron a la vigilancia privada del hotel y les dijeron que ellos iban a vender droga ahí”, dijo el fiscal estatal, Óscar Montes de Oca. La respuesta no se hizo esperar. Apenas unas horas después, alrededor de las dos de la tarde, un comando de 15 sicarios con armas largas se bajó de una lancha y abrió fuego contra sus rivales. El grupo de encapuchados capturó al primero y lo asesinó instantes después. El otro narcomenudista intentó huir y corrió hacia uno de los hoteles, pero fue alcanzado por las balas.
Dentro del hotel, varios turistas se tiraron al piso para protegerse. Otros fueron evacuados de las zonas públicas del complejo y se resguardaron junto a los empleados sin recibir explicaciones de lo que pasaba. Los turistas grabaron videos con sus teléfonos y los compartieron en redes sociales, en una búsqueda desesperada de ser auxiliados por sus embajadas y de enterarse de lo que sucedía. En las publicaciones se asegura que varios testigos escucharon los disparos. “Tirador activo en la propiedad del Hyatt Ziva Riviera”, ha publicado Mike Sington, un ejecutivo estadounidense de la NBC hospedado en el complejo hotelero.
“¿Tirador activo? ¿Terrorista? ¿Secuestro?”, publicó Sington en su primer tuit sobre lo sucedido. Durante alrededor de una hora no hubo ninguna versión oficial sobre el tiroteo. A las tres de la tarde, la policía estatal informó de que había recibido una llamada de emergencia tras recibir el reporte de una “actividad irregular”, sin dar mayores detalles, lo que alimentó las especulaciones. Una primera versión aseguraba que el comando había irrumpido en el hotel para secuestrar a un hombre; lo cierto es que uno de los narcotraficantes asesinados fue retenido por los sicarios y luego acribillado. Una media hora más tarde, la Fiscalía confirmó la muerte de los dos narcotraficantes. Las autoridades dijeron que ningún turista había resultado herido de gravedad, aunque al menos uno de ellos tuvo que recibir atención médica en un hospital de la zona.
Para entonces, los agentes ya habían establecido un cerco policial, un portavoz del Hyatt dijo a medios estadounidenses que se había puesto en contacto con las autoridades para contener la situación y la mayoría de huéspedes se concentró en la recepción, antes de ser escoltados de vuelta a sus habitaciones. Algunos, como Sington, se atrincheraron en barricadas tras las puertas de sus cuartos. Pero los 15 perpetradores del ataque habían escapado más de dos horas antes, tras robar una lancha y huir por mar. El capitán de esa embarcación se reporta como desaparecido, según Televisa.
El turismo de sol y playa atrae a millones de visitantes extranjeros al Caribe mexicano, pero también se ha convertido en un imán para el tráfico de drogas, un secreto a voces entre el bullicio de las discotecas y la calma de las tumbonas sobre la arena. El tabú ha tenido que desenterrarse con cada golpe de realidad en Quintana Roo, el Estado que concentra el corredor turístico de la Riviera Maya, el más importante del país.
El tiroteo en Puerto Morelos no fue un caso aislado. Hace dos semanas, disparos en un bar de Tulum acabaron con la vida de dos turistas extranjeras y otros tres resultaron heridos. El gobernador, Carlos Joaquín, admitió la presencia del cartel de Sinaloa y del cartel Jalisco Nueva Generación, los dos más poderosos de México. “Se ha trabajado para desintegrarlos, pero evidentemente les atrae un mercado tan importante como Quintana Roo”, dijo Joaquín en entrevista con la periodista Azucena Uresti. No está claro si las dos bandas involucradas en el tiroteo de Puerto Morelos, una pequeña localidad entre Cancún y Playa del Carmen, eran células de estos carteles u organizaciones criminales más pequeñas.
Cerca de las siete de la noche, la Embajada de Estados Unidos en México publicó un comunicado en el que señalaba que estaba al tanto de los hechos y pedía que los huéspedes se pusieran en contacto con sus familiares para decirles que estaban a salvo. Una hora y media más tarde, el gobernador de Quintana Roo rompió casi siete horas de silencio y lamentó lo sucedido, en especial por las consecuencias para la imagen del Estado. “Fue un golpe fuerte al desarrollo y a la seguridad”, dijo Joaquín. “Es un hecho que lastima a nuestra sociedad y la búsqueda de tranquilidad en la que trabajamos”, agregó.
“La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo practicará todos los actos de investigación para perseguir y capturar a los probables participantes de este hecho ilícito”, señalaron las autoridades en otro comunicado. Después de que un comando armado irrumpiera en un hotel colmado de turistas, abriera fuego contra dos narcotraficantes rivales y robara una lancha para escapar, la joya turística de México ha sido puesta una vez más contra las cuerdas. Y frente al espejo de una ola de violencia que se ha vuelto imposible de ocultar.
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