El incierto futuro de los cigarrillos electrónicos en México

El Gobierno prohíbe la importación de vaporizadores y calentadores de tabaco, pese a que el Supremo declara inconstitucional el veto

Una mujer utilizando un dispositivo calentador de tabaco.Getty Images/EyeEm

Marco Antonio López dejó de fumar cigarrillos hace casi un año, pero no ha dejado de consumir nicotina, lo hace a través de un calentador de tabaco. “Creo que es menos dañino que como fumaba antes”, comenta el usuario de 36 años. Sin embargo, esta alternativa podría quedar prohibida en el país. El presidente Andrés Manuel López Obrador emitió un decreto para prohibir la importación de cigarros electrónicos, dispositivos para calentar tabaco y vaporizadores, además de las soluciones, mezclas, cartuchos y unidades usadas en estos Sistemas Alternativos de Consumo de Nicotina (SACN). De acuerdo ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Marco Antonio López dejó de fumar cigarrillos hace casi un año, pero no ha dejado de consumir nicotina, lo hace a través de un calentador de tabaco. “Creo que es menos dañino que como fumaba antes”, comenta el usuario de 36 años. Sin embargo, esta alternativa podría quedar prohibida en el país. El presidente Andrés Manuel López Obrador emitió un decreto para prohibir la importación de cigarros electrónicos, dispositivos para calentar tabaco y vaporizadores, además de las soluciones, mezclas, cartuchos y unidades usadas en estos Sistemas Alternativos de Consumo de Nicotina (SACN). De acuerdo con el Diario Oficial del 22 de octubre, el Gobierno restringe las importaciones de este tipo de dispositivos, los cuales aún no se fabrican en el país. “Aun y cuando hoy en día existe regulación estricta y está prohibida la venta de cigarros a menores de edad, la realidad es que los mismos tienen acceso a dicha mercancía”, argumenta el decreto firmado por el presidente.

El 19 de octubre, la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional la prohibición de toda clase de cigarros electrónicos y vaporizadores, por considerarla una medida desproporcionada al señalar que Estado carece de legitimidad para prohibir a las personas adultas sobre este consumo relativo. No obstante, la mayor parte de estos dispositivos se importan y comercializan en la ilegalidad. Catalina Betancourt, vicepresidenta de asuntos públicos de Philip Morris México, explica a EL PAÍS que el 95% de los vaporizadores o cigarros electrónicos son ilegales, entre uno y dos millones de unidades. “Nadie sabe qué contienen, no hay vigilancia sanitaria y los menores de edad pueden acceder a ellos, es una realidad”, comenta.

El humo del cigarro que emiten los 15,6 millones de fumadores en México afecta a buena parte de la población no fumadora, según indica la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco. En los últimos cinco años, la industria del tabaco aumentó sus ventas de 878 a 1.246 millones de pesos al año, de acuerdo con estimaciones del Inegi. El mercado ilegal del tabaco representa el 19% del total del mercado, según un estudio realizado por la Confederación de Cámaras Industriales de México. Entre 2019 y 2020, aunque hubo un incremento de los impuestos al tabaco por concepto de impuesto especial, la recaudación se contrajo debido al comercio de productos apócrifos de tabaco.

“Creemos que esta decisión obedece a falta de información, un estadio donde la conversación no es suficientemente madura y lamentablemente no se está hablando de ciencia, sino de percepciones y creencias”, dice Betancourt. Philip Morris, la mayor empresa tabacalera del mundo, comercializa un dispositivo para calentar tabaco desde 2015, con alrededor de 20 millones de usuarios a nivel global y con 32.000 en México.

El número de fumadores se ha incrementado en las últimas dos décadas, por ello las alternativas para los consumidores nicotina son primordiales para la industria. “Si se lanza un refresco sin azúcar, se le recibe bien y como una alternativa, o bien un auto híbrido o una cerveza sin alcohol, pero en nuestro caso tiene una carga distinta, que entendemos por el impacto que tiene a la salud”, refiere Betancourt.

Leyes viejas para dispositivos nuevos

La prohibición de vaporizadores o cigarrillos electrónicos no es exclusiva de México. Países de Asia como Nueva Zelanda prohibieron la importación y comercialización y en 2017 incluyeron la definición de vaporizadores en sus leyes, lo que permitió su comercialización. En Reino Unido, La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios está por publicar guías que permitirán la prescripción de cigarrillos electrónicos a quienes quieran dejar de fumar.

Sin embargo, en México el marco legal no considera estos dispositivos. La Ley General para el Control del Tabaco fue puesta en circulación hace más de una década, cuando los dispositivos vaporizadores aún no se comercializaban en el país y determinó que los espacios públicos estarían libres de humo. “El camino es actualizar la Ley que prevé controles a los cigarrillos y que se actualice con las alternativas de tabaco sin humo”, comenta.

En el país, al año se comercializan alrededor de 48.000 millones de cigarros de tabaco que se queman y que causan la muerte de unas 53.000 personas. Philip Morris posee el 68% del mercado en el país, seguida por British American Tobacco, con 23,9% y el resto por menores empresas, según datos de la consultora de consumo Euromonitor. “Si queremos un México libre de humo de tabaco tenemos que abrir el diálogo con los reguladores y tomadores de decisiones”, dice Betancourt.

La discusión sobre la importación y comercialización de estos los cigarrillos electrónicos aún no termina. Tanto el Gobierno como los legisladores tendrán que debatir sobre la regularización de los productos alternativos de nicotina y tabaco en los próximos meses.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país

Sobre la firma

Más información

Archivado En