Héctor Herrera, el triunfo del soldado que supo esperar
El futbolista mexicano renunció a todo por jugar con el Atlético de Madrid y, tras dos temporadas como suplente, celebra el título de Liga
Las paradojas también tienen su lugar en el fútbol. Héctor Herrera (Rosarito, 31 años) jugó la menor cantidad de minutos en su trayectoria Europa la misma temporada en la que el Atlético de Madrid ganó la undécima Liga. El mexicano, pese a cargar con el rol de secundario, fue un engranaje clave para el pelotón de Simeone en el mediocampo. Pero la campaña 2020-21 fue un calvario para el mexicano que tuvo que afrontar una serie de lesiones y la mue...
Las paradojas también tienen su lugar en el fútbol. Héctor Herrera (Rosarito, 31 años) jugó la menor cantidad de minutos en su trayectoria Europa la misma temporada en la que el Atlético de Madrid ganó la undécima Liga. El mexicano, pese a cargar con el rol de secundario, fue un engranaje clave para el pelotón de Simeone en el mediocampo. Pero la campaña 2020-21 fue un calvario para el mexicano que tuvo que afrontar una serie de lesiones y la muerte de su madre por covid-19.
Herrera ha labrado un camino en el fútbol desde las peores canchas de México. Su búsqueda por ser futbolista profesional le llevó a salirse de casa de sus padres cuando tenía menos de 13 años. Recorrió el país hasta que un reclutador le echó ojo. Ángel Coca González le ofreció un lugar para probarse en Pachuca, uno de los equipos que mejor ha trabajado con los juveniles mexicanos. González tenía la reputación de haber descubierto a Cuauhtémoc Blanco, ídolo nacional. En 2011 aterrizó en Primera División. Su capacidad para distribuir el juego en el medio de la cancha y la autoridad para manejar los hilos del equipo le llevaron a tener un ascenso meteórico. Sin hacer ruido, se coló a la lista de futbolistas para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Como titular, Herrera ganó el oro frente al Brasil de Neymar, en uno de los mayores hitos del fútbol mexicano.
El Oporto, uno de los grandes de Portugal, abrió la cartera para ficharle por más de 10 millones de dólares en 2013. El mexicano ganó mayor fuelle y se erigió como capitán, a la par ya era un indiscutible para la selección de su país. Conquistó la Liga en la temporada 2017-18 y puso fin al dominio del Benfica. El club planteaba mantenerle en el equipo, pero Herrera deseaba pegar el salto antes de que se le agotara el tiempo. Con 29 años renunció a la comodidad que había alcanzado en el Oporto para negociar su llegada al Atlético de Madrid como jugador libre. Simeone había ganado un engranaje más al sistema.
El primer año de Herrera con el Atlético fue irregular al jugar solo en 21 partidos de la Liga e incidir en algunos partidos de la Champions League, pero desde el entorno del mexicano se hablaba de una posible vuelta a Portugal o a otro club donde pudiese jugar más minutos y, claro, fuera titular. Herrera defendió su lugar con los colchoneros y se mantuvo. “Si debo ser paciente, así lo seré y apoyaré desde donde me toque, dentro o fuera de la cancha porque quiero ganarme la confianza del técnico”, insistía.
La temporada 2020-21 fue más complicada para Herrera. Cuando Simeone le empezaba a dar hueco entre Koke y Lemar, el mexicano sufrió una lesión muscular en un momento clave: el primer derbi contra el Real Madrid. Herrera, titular, no pudo terminar el partido. La situación se agravó cuando al club llegó Geoffrey Kondogbia para darle más músculo al club en el centro del campo. Las lesiones le alejaron del campo por 49 días.
En febrero, Herrera tuvo que parar un par de semanas tras dar positivo por covid-19. La enfermedad mermó su desempeño. “Es un chico que siempre ha ayudado desde el lugar que le ha tocado y con una influencia dentro del grupo importante”, dijo Simeone. Un mes después, Héctor Herrera tuvo que viajar de emergencia a México en marzo pasado por la muerte de su madre, María Candelaria López, a causa del coronavirus.
Herrera se dispuso a las órdenes de Simeone que en la recta final del campeonato le dio minutos cruciales. El club aprovechó que el mexicano no había tenido el desgaste de los demás mediocampistas. El jugador dorsal 16 ayudó al equipo a no perder partidos clave, como el de Osasuna que ganaron in extremis. “Necesitamos de todos, ya sea cinco o 93 minutos”, había dicho el entrenador argentino. El cabo Herrera sobrepuso al equipo por encima de sus aspiraciones. El mexicano aún aguarda a su gran oportunidad en el Atlético.
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