La pandemia deja al descubierto la plaga de los crímenes sexuales en México
En un año en el que la tasa general de delitos se ha reducido más de un 10% en el país, los que atentan contra la libertad sexual son los más altos de décadas: en 2020 se presentaron 54.314 denuncias
Explica orgulloso el director de Seguridad Pública de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, que durante la pandemia todas las cifras de delitos han caído. Para una ciudad históricamente afamada por la violencia, este ha sido un buen año. Excepto, reconoce, por las violaciones. Son prácticamente lo único que ha aumentado. En Iztapalapa, en Ciudad de México, la revelación es la misma: después de un proyecto de alumbrado público, ...
Explica orgulloso el director de Seguridad Pública de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, que durante la pandemia todas las cifras de delitos han caído. Para una ciudad históricamente afamada por la violencia, este ha sido un buen año. Excepto, reconoce, por las violaciones. Son prácticamente lo único que ha aumentado. En Iztapalapa, en Ciudad de México, la revelación es la misma: después de un proyecto de alumbrado público, la tasa de crímenes se hundió un 60%, menos, de nuevo, las agresiones sexuales. En un año en el que la tasa general de delitos se ha reducido en México más de un 10%, los crímenes sexuales son más altos que nunca. En 2020, se denunciaron 54.314 delitos contra la libertad sexual, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Es la cifra más alta desde los registros disponibles de 1997.
La explicación a este aumento alarmante está escondida en una consigna política: quédate en casa. “Prácticamente todas las violaciones que registramos durante la pandemia tuvieron lugar dentro del hogar y fueron cometidas por algún miembro del núcleo familiar”, señala Jorge Amador, encargado de la seguridad de Neza. Es una vieja idea que la mayoría de las agresiones sexuales las cometen conocidos. Ahora, las medidas de distanciamiento social y los confinamientos impuestos por algunos Estados para luchar contra los contagios de covid-19 han dejado al descubierto esta plaga. “Es una segunda pandemia, una que no quiere ver nadie, que la quiere tapar el sistema”, define Samantha Baéz, directora de Casa Gaviota, una organización de apoyo a mujeres víctimas de violencia.
En México, en 2020 se denunciaron 46 violaciones al día. Este dato no incluye los abusos, acosos u otro tipo de delitos sexuales. En los tres primeros meses de 2021, aumentaron a 53 diarias. La mayoría de las víctimas son mujeres adultas, aunque el año pasado las que más aumentaron fueron las violaciones sufridas por menores de 15 años.
“Los gobiernos se olvidaron de la mirada de género: los confinamientos ponen a las mujeres y a las infancias en una situación de riesgo”, apunta Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios de México. De las víctimas atendidas por esta red, entre un 70% y un 75% había sufrido la violencia dentro del hogar. “Se supone que en nuestra casa tendríamos que estar seguras y protegidas, pero no es así. La pandemia nos ha devuelto a cuando la violencia contra las mujeres era un asunto privado, que ocurría dentro del hogar y no se podía atender. Ahora estamos regresando a ese espacio privado y las violencias se extienden”, añade.
Cae el total de delitos, suben los sexuales
La pandemia supuso un punto de inflexión para la seguridad en México. El año 2019 había sido el más violento de la historia reciente del país: por primera vez se superaron los dos millones de denuncias de delitos, se contabilizaron 44.860 asesinatos y 944 feminicidios y un Estado como Colima tuvo una tasa de homicidios superior a la de El Salvador. No fue difícil que en 2020 y con la llegada de la crisis sanitaria se denunciaran 230.000 crímenes menos que el año anterior. Sin embargo, esta mejora generalizada excluye a las víctimas de violencia sexual. Se interpusieron un 2% más de denuncias.
“Durante todos estos meses, las mujeres tuvieron que estar todo el tiempo con su agresor, 24/7, antes podían salir, ir a trabajar, pero este año han estado encerradas”, apunta Baéz, que cree que la pandemia no solo ha afectado a los delitos sexuales sino que “todas las violencias contra las mujeres y los niños han aumentado en este período”.
Los datos, además, recuerda Figueroa, la directora de la red de refugios, son parciales: “Son una pincelada, porque hay un subregistro de casos que no son conocidos, de mujeres que no han tenido la oportunidad de denunciar”. Las expertas piden al Gobierno que invierta en prevención y que lleve a cabo un monitoreo de cómo se está viviendo la violencia de puertas para dentro. “Quedarse en casa no es una opción con una falta de seguimiento público y con este sistema tan vulnerable”, apunta Figueroa.
La cifra de delitos sexuales más alta en décadas
El registro más antiguo disponible en los informes de incidencia delictiva —preparado bajo una metodología que solo desglosa las denuncias contra la libertad sexual en categoría de violaciones, estupro y otras— es de 1997. Entonces se contabilizaron 20.695 delitos sexuales; en 2010, fueron 34.086, y en 2020, más de 54.314. Esto supone un aumento del 60% de estos crímenes en solo una década. En este período también aumentaron las denuncias totales, pero solo un 7%.
Los datos de ahora son, en palabras de las especialistas, “alarmantes”. “Son un reflejo de la cadena de omisiones, de impunidad y de corrupción, de un sistema revictimizante, creado para ser impune e impedir que las mujeres puedan acceder a la restitución de sus derechos”, valora Figueroa. Además advierte que un gran número de víctimas de violencia sexual sufre también otro tipo de violencias: “Estos delitos sexuales desencadenan feminicidios”.
Las expertas terminan resumiendo de la misma forma esta situación de violencia: “No hay ningún lugar en México seguro para las mujeres, ni la calle, ni las redes sociales, ni la casa”.
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