México resiente el alza en los precios de los enérgeticos tras la nevada en Texas
La escasez de combustibles ocasionada por el clima helado está impulsando el precio del gas licuado del petróleo y la gasolina en el país latinoamericano
Los efectos de la parálisis energética en Estados Unidos la semana pasada siguen sintiéndose en México. Las temperaturas más extremas pasaron y el sector energético en Texas se reactivó. Los precios del gas natural, el cual se usa para generar electricidad, llegaron a dispararse hasta en un 7.700%, en Estados Unidos, pero ahora se han estabilizado. Ya no hay una escasez de combustible, con la reactivación de refinerías, pozos de petróleo, gas natural y fuentes...
Los efectos de la parálisis energética en Estados Unidos la semana pasada siguen sintiéndose en México. Las temperaturas más extremas pasaron y el sector energético en Texas se reactivó. Los precios del gas natural, el cual se usa para generar electricidad, llegaron a dispararse hasta en un 7.700%, en Estados Unidos, pero ahora se han estabilizado. Ya no hay una escasez de combustible, con la reactivación de refinerías, pozos de petróleo, gas natural y fuentes renovables. Sin embargo, los consumidores mexicanos están pagando más por su energía y, en algunos casos, los precios seguirán subiendo hasta principios de marzo.
A pesar de que la empresa eléctrica estatal, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), tuvo que buscar fuentes alternativas de energía para generar la electricidad de millones de mexicanos durante la escasez en Texas, los usuarios no verán este incremento reflejado en sus recibos. México regula las tarifas de electricidad para evitar que este tipo de fluctuaciones o actos de fuerza mayor impacten el bolsillo de las familias. Sin embargo, otros combustibles sí están subiendo.
El precio del gas licuado del petróleo, combustible del que dependen 79% de las viviendas mexicanas para cocinar y calentar el agua, subió en la última semana. De acuerdo con la información más reciente de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), un kilo de gas LP, como se conoce, costó en promedio 21,80 pesos en la primera semana de enero. A pesar de que la CRE no ha publicado la cifra promedio para la última semana, los datos diarios muestran que algunas partes de la república el kilo de gas LP se está vendiendo hasta en 26,90 pesos, un precio históricamente alto.
Los incrementos en los precios derivados de la escasez de combustibles en Texas la semana pasada vienen después de un primer incremento este año, el de los precios del petróleo a nivel a internacional. A partir de un acuerdo entre los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en el que se redujeron las cantidades de petróleo producido, los precios del crudo comenzaron a avanzar. El precio del gas LP en México, el cual es un derivado del petróleo, avanzó un 9% en enero, de acuerdo con un análisis de Banco Base.
Los precios subieron en la última semana porque México también importa este gas de Texas, dice Ramsés Pech, analista de energía de la firma Caraiva y Asociados. “Como las tarifas eléctricas, hay otros combustibles que están regulados”, asegura el experto, “pero el gas LP es más complicado porque es un precio que está libre, y su incremento dependerá de las condiciones en que lo importamos”. Cuando los precios suben en Texas, explica Pech, los mexicanos vemos los efectos en los precios durante dos o tres semanas.
Los precios de la gasolina también han estado subiendo este año, a causa de los recortes en producción de la OPEP. A esto se le suma ahora el efecto de la helada en Texas. A principios de mes, la Secretaría de Hacienda anunció que a partir del 6 de febrero se reduciría el impuesto a la gasolina, el llamado Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), una decisión que no se tomaba desde marzo del año pasado. En México, el precio de la gasolina tiene dos impuestos: el IEPS y el del valor agregado (IVA), que son fuente importante de ingresos para el Gobierno federal. Cuando los precios internacionales suben, la gasolina sube, ya que mucha es importada también, debido a la baja capacidad de refinación de la empresa del Estado Petróleos Mexicanos (Pemex). Para no afectar la inflación o un disparo sin control en los precios de la gasolina, el Gobierno puede reducir el impuesto, algo que llama “un estímulo”.
“Como importamos combustible, dependemos del precio referencia en EE UU, entonces contenemos a través del estímulo la inflación”, señala Pech. El especialista asegura que México compra mucho de sus combustibles a Texas por adelantado. Solo el 30% del gas natural, por ejemplo, se compra en el mercado spot, o en tiempo real. “Esto lo que implica es que cuando suben los precios en Texas, se tarda en sentirse el efecto en México entre dos y tres semanas”, agrega el experto, “a principios de marzo debemos ver los incrementos en la gasolina por el cierre de pozos en Texas por el invierno, pero si los precios suben más allá del objetivo que se puso el Gobierno, entonces entrará el estímulo”.
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