La falta de infraestructura y el avance de la pandemia en México impiden garantizar un regreso seguro a las aulas

El 81% de los inmuebles está ubicado en construcciones con condiciones mínimas de sanidad, mientras expertos proponen mejoras en las escuelas y menos estudiantes en cada salón de clases

Un estudiante toma clases en línea en Ciudad de México.Nayeli Cruz (El Pa’s)

Las autoridades educativas de México se enfrentan a un reto gigantesco: garantizar que millones de estudiantes regresen a las escuelas de forma segura, en medio de la segunda ola de la pandemia de covid-19 que se ha cobrado la vida de más de 150.000 mexicanos. Los planes de la Secretaría de Educación son que ...

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Las autoridades educativas de México se enfrentan a un reto gigantesco: garantizar que millones de estudiantes regresen a las escuelas de forma segura, en medio de la segunda ola de la pandemia de covid-19 que se ha cobrado la vida de más de 150.000 mexicanos. Los planes de la Secretaría de Educación son que el retorno a las aulas comience en los Estados que han pasado a verde dentro del semáforo epidemiológico creado por las autoridades sanitarias, pero padres y maestros dudan que los colegios cuenten condiciones básicas. Un estudio publicado en 2019 por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) muestra que el 81% de los inmuebles están ubicados en construcciones con condiciones mínimas de sanidad y la matrícula de 25 estudiantes por docente sobrepasa la cantidad de alumnos recomendada por la OCDE. “Se prepara un regreso a las aulas seguro y prudente, sin titubeos ni riesgos, que brinde certeza en lugar de incertidumbre e inestabilidad, como ha ocurrido en otros países, ante un virus impredecible”, dijo a inicios de enero el extitular de la SEP, Esteban Moctezuma. ¿En qué condiciones debe darse esa reapertura? ¿Cómo se debe hacer?

Los ojos de los mexicanos están puestos estos días en el Estado de Campeche, localizado al sureste del país y que hasta hace unos días se encontraba en semáforo verde. Allí, las autoridades han comenzado un controvertido programa de vacunación a maestros como una medida urgente para poder retornar a las aulas, que ha sido una de las sugerencias hechas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que anunció el fin de semana que ha dado positivo a covid. Ricardo Koh Cambranis, secretario de Educación de Campeche, ha dicho a EL PAÍS que hacen un análisis de las condiciones de las escuelas, la salud de los maestros y la situación de la pandemia en el Estado para decidir si abren los colegios, decisión que deben tomar el 7 de febrero. El plan preliminar es que se formen grupos de estudiantes de acuerdo al número de matrícula, para que no todos asistan el mismo día. El funcionario reconoce, sin embargo, que hay temores de padres y maestros, que se niegan a la reapertura. En su Estado, el 40% de los docentes sufre enfermedades como diabetes, hipertensión y otras que los convierten en una población de riesgo. “Ese es un factor importante para considerar el regreso a las clases presenciales”, afirma Koh Cambranis. “Muchas familias no quieren el regreso, porque sienten que es un riesgo para sus hijos, para ellos mismos”, agrega.

En Campeche, dice, su cartera y otras instituciones del Estado han evaluado la infraestructura de las escuelas y afirma que el 85% de las 1.896 escuelas de educación básica cuentan con infraestructura rehabilitada. “Hemos hecho un recorrido por la mayoría de municipios y donde había problemas de agua potable hemos instalado tanques de almacenamiento”, explica.

Si bien los servicios básicos como agua limpia y baños son importantes, expertos en sanidad advierten que en las escuelas deben garantizarse otro tipo de condiciones. En un seminario virtual sobre los retos que enfrenta México frente a la pandemia, organizado a finales de noviembre por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el director de esa institución, Eduardo Lazcano Ponce, recomendó que se hiciera una evaluación de la infraestructura de cada escuela tomando en cuenta las características específicas de ventilación en las aulas para garantizar la buena calidad del aire y así minimizar la exposición y contagios a la covid-19. “Las aulas susceptibles de utilización deben de procurar una buena ventilación, con la certeza de circulación y renovación del aire”, explica.

En el caso de los centros que no cuenten con aulas con suficiente ventilación, Lazcano Ponce recomienda que se habiliten “carpas o espacios alternativos en ambientes abiertos”, donde los alumnos puedan aprender siempre y cuando se mantenga la distancia de 1,5 metros entre cada estudiante. Otro reto importante es reducir la cantidad de alumnos por aula de clase. El informe de Coneval muestra que en México un maestro atiende a 25 alumnos, una cifra superior a la recomendada por la OCDE, por lo que Lazcano Ponce afirma que la cantidad de estudiantes por aula no debe ser mayor de 10 alumnos. Además se debe garantizar el uso obligatorio de cubrebocas durante todo el tiempo que maestros y estudiantes estén en las escuelas.

“Se debe considerar que profesores mayores de 60 años y aquellos que tienen comorbilidad [sobrepeso y enfermedades crónicas, entre otras], no podrán regresar a clases presenciales en el siguiente ciclo escolar”, advierte el experto. Recomienda, también, que se desarrollen actividades de docencia que mezclen lo presencial con la educación a distancia, para evitar que haya aglomeraciones en los centros de estudio. Estas recomendaciones se incluyen en el extenso informe que estos expertos han preparado, con el auspicio gubernamental, para enfrentar los retos que sigue planteando la pandemia en todos los ámbitos.

Diana Carpio Ríos, secretaria de Salud de Michoacán, ha dicho que en ese Estado del oeste del país han iniciado un análisis de las condiciones de salud de los trabajadores del sector educativo. El Estado cuenta con 80.000 trabajadores en esa cartera, de los que el 6% tienen más de 60 años. “Iniciaremos con una herramienta para determinar el factor de riesgo de cada trabajador, analizando su estado de salud, principalmente comorbilidades como de diabetes, hipertensión y obesidad. Otro elemento para considerar al momento de la reapertura en el sector educativo será cuántos menores son atendidos por sus abuelos por la situación laboral de sus padres y cuántos viven en núcleos familiares con personas de riesgo”, ha explicado.

Carpio Ríos afirma que trabajan también en una estrategia para atender los brotes dentro de los centros educativos. “No debe ser una alternativa cerrar la escuela”, ha zanjado, por lo que propone crear un plan de vigilancia epidemiológico para contactar con las personas que estuvieron expuestas a la enfermedad y aislarlas “de manera inmediata o canalizar su atención de manera temprana”. La funcionaria, sin embargo, sabe que lo que tienen entre manos es un tema delicado. Las escuelas en el Estado, en semáforo naranja, por el momento seguirán cerradas, pero Carpio Ríos resume así la tarea que se les viene encima: “Será un reto importante que enfrentar, no solo por el control necesario en las instalaciones educativas, sino por la movilidad que generará la apertura de aulas”.

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