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Un triunfo en absoluto silencio

La Universidad de Chile avanzó en la Copa Sudamericana tras el fallo de la Conmebol, pero sus hinchas, que iniciaron los desmanes ante Independiente en Avellaneda, no podrán ver a su equipo en los próximos 14 partidos internacionales

La Universidad de Chile avanzó a la siguiente fase de la Copa Sudamericana tras el fallo de la Conmebol, desatando una tormenta en Buenos Aires. La cerrada defensa de Independiente de Avellaneda no prosperó ante los jueces en Asunción, que le otorgaron la responsabilidad de los violentos incidentes al cuadro rojo, organizador del partido que desató la barbarie.

Las sanciones aplicadas a ambos cuadros son las más severas de la historia. Ambas instituciones deberán jugar sus próximos catorce partidos de las competencias internacionales sin presencia de sus hinchas. Siete como visitantes y otros siete como locales, lo que implica dejar de recibir las recaudaciones que permiten conformar planteles competitivos y cuadrar las arcas para competir con los poderosos cuadros brasileños, dominadores del continente. Hubo además fuertes multas.

Michael Clark, el cuestionado financista presidente de la Universidad de Chile brindó una conferencia de prensa apenas confirmada la resolución, que fue tomada como una victoria por los cuerpos directivos, fuertemente cuestionados por los mismos hinchas por los tentáculos propietarios no esclarecidos, pero que a la luz de los hechos acaecidos en el estadio de Avellaneda ganó puntos por la defensa -a nivel gubernamental incluso- brindada a los agredidos con sadismo en las gradas una vez culminado el encuentro.

Los equipos chilenos son los que más sanciones han recibido en esta temporada por la violencia de sus parciales, por los desmanes cometidos en el extranjero y por gritos racistas y fuegos artificiales, lo que también se ha hecho extensivo a la selección chilena, que deberá afrontar el próximo partido de las clasificatorias frente a Uruguay con la mitad del aforo en el Estadio Nacional.

Pocas escenas han sido más sangrientas que las vividas en el pleito de vuelta, que terminó empatado uno a uno. La U deberá enfrentar ahora a Alianza de Lima, desatando otra tormenta en el fútbol chileno, ya que ha solicitado que el polémico partido final de la Supercopa, contra el archirrival, Colo Colo, sea reprogramado, incluso bajo la amenaza de presentarse con juveniles debido a la recarga del calendario de los azules, que han visto muy mermado su rendimiento en el segundo semestre, donde han perdido casi todas sus chances de disputar el título frente al sólido líder, Coquimbo Unido.

Seguir en la carrera internacional puede considerar una victoria, pero celebrada en silencio al saberse que, por un tiempo largo y doloroso, no bajará aliento desde las tribunas y los pleitos que devuelven al club al plano internacional se jugarán en canchas vacías, despojadas de toda pasión. Porque, los mismos directivos que festejan el fallo, no han sido capaces de controlar a sus vándalos.

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