Jorge Gesell, el último buscador de oro de Tierra del Fuego

El premiado documental ‘La fabulosa máquina de cosechar oro’, del director chileno Alfredo Pourailly, estrenado en 2024, sigue por seis años los pasos de un hombre que mantiene el oficio en el fin del mundo

Jorge Gesell, el último pirquinero en Tierra de Fuego, Chile.Cortesía

En 2017, cuando el director chileno Alfredo Pourailly (36 años, Iquique) comenzó a grabar el documental La fabulosa máquina de cosechar oro, su protagonista, Jorge Gesell, a quien siguió con su cámara hasta 2023, tenía 56 años, pero podría haber tenido 70 o 75 años. Las manos agrietadas, las arrugas que acechaban su rostro y el pelo blanquecino, parecían hablar de un hombre gastado por la vida. Pero, más que los años mismos, a Gesell lo gastó la búsqueda insistente para encontrar oro. Y no cualquier oro, sino que el de Tierra del Fuego, en el extremo austral de Chile, donde por más de cuatro décadas ha trabajado expuesto al viento, al sol, al frío y la nieve. Esa perseverancia es la que lo convirtió en el último pirquinero del fin del mundo.

Fue a finales del siglo XIX cuando se descubrió oro en Tierra del Fuego. Ese hallazgo del marino Ramón Serrano Montaner, en 1876, provocó la llegada de una oleada de hombres expectantes de riqueza. Jorge Gesell, al que le apodan Toto, es heredero de esos sueños.

Fue en esa “fiebre del oro” en Magallanes que Alfredo Pourailly cuenta que “llegó gente de todos lados, incluso, maquinaria”. “En una misión cruzaron a Tierra del Fuego y descubrieron que había oro en un río. Y en ese momento empezó el interés del mundo chileno y europeo de empezar a poblar este lugar, pero el oro no fue suficiente. Luego, dada la geografía del terreno, vieron que era un buen sitio para el negocio de las ovejas”.

Jorge Gesell y su padre, del mismo nombre, en una escena del documental 'La fabulosa máquina de cosechar oro'.Cortesía

El director del documental, que ha sido premiado en los festivales de Guadalajara y de Lima, comenta que Jorge Gesell, hoy de 63 años, se encantó con el oficio a muy temprana edad. “Cuando él era joven había varios mineros y Toto veía que ellos llegaban con dinero y no tenían jefe. Él repite mucho en el documental que lo que le gusta de su oficio es la libertad que tiene. No le tiene que rendir horarios a nadie, solo a sí mismo”, explica. Sin embargo, sus propios horarios lo han llevado a trabajar incluso en las noches, con los pies enterrados en el barro y con el viento magallánico que no cesa. “Uno no quiere perder el día, pero al final pierde la vida”, relata Gesell en el documental sobre los peligros y malas condiciones propias de su labor.

La cámara de Pourailly se adentra en la vida en el “rancho”, como Gesell le llama a su pequeña casa bajo tierra que tiene junto a los cordones de Baquedano, a unos 30 kilómetros de Porvenir, el poblado más próximo. En ese lugar, el hombre pasa la mitad del año extrayendo de las rocas los ínfimos granos de oro, que luego guarda en unas cajas de madera para venderlas a turistas. Es un trabajo bruto, pero a la vez delicado. “Es muy bonito ver cómo con paciencia va separando y soplando granito a granito de arena para que quede solamente el oro”, acota el cineasta.

Gesell sostiene algunos granos de oro en una toma del documental. Cortesía

Ese oficio, con pala y picota, no se heredó en Magallanes. “Jorge dice que las nuevas generaciones no se involucran en este trabajo porque es muy pesado. En la zona han surgido otras oportunidades laborales como las salmoneras”, explica Alfredo Pourailly.

El giro del documental es que el hijo de Jorge Gesell, que lleva el mismo nombre que su padre, se involucra en la tarea que llaman “cosechar oro”. El joven, de 20 años, le propone a su padre construir una máquina tipo trómel para facilitar la extracción del mineral. “El hecho diferenciador de esta historia es la determinación con la que el hijo de Jorge quiere emprender este desafío”, comenta el documentalista.

A la vez que el hijo emprende este proyecto, regaña a su padre: “Si ya no te hiciste rico de joven, menos de viejo”, le dice en el filme. “Jorge no quiere que trabaje como los antiguos”, escribe el pirquinero en un cuaderno, una especie de diario que llena regularmente con actividades y pensamientos del día a día.

La odisea de construir la máquina tardó siete años. Cada temporada de grabación del documental se enfocó en los avances que tenía el proyecto hasta que comenzó a funcionar el 7 de mayo de 2023. Pourailly, que hace poco visitó a los protagonistas del filme, comenta que Jorge Gesell, a la vez que utiliza el trómel, no suelta su pala y picota para “cosechar” oro. “A los viejos no los cambia uno”, dice en una escena el hijo del buscador de oro.

Alfredo Pourailly en Providencia, Santiago de Chile el 17 de diciembre.FERNANDA REQUENA (Fernanda Requena)

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