Reformar el Sistema de adopción: los niños, niñas y adolescentes no pueden seguir esperando
Hoy, un niño o niña en proceso de adopción debe pasar por lo menos por tres procedimientos. Esta fragmentación no solo genera duplicidad en las gestiones, sino que también decisiones que pueden ser contradictorias
Tras casi 11 años de tramitación en el Congreso Nacional, hemos logrado avances sustantivos en la reforma integral al sistema de adopción. Gracias al apoyo transversal y al trabajo colaborativo entre senadores de distintos sectores políticos y el Gobierno, el pasado lunes 12 de agosto el proyecto de ley fue despachado de la Comisión de Familia del Senado y sigue decididamente su curso legislativo. Un avance que obedece a un imperativo urgente: los niños, niñas y adolescentes, especialmente los más vulnerados, no pueden seguir esperando.
Hoy, un niño o niña en proceso de adopción debe pasar por lo menos por tres procedimientos: uno de protección, un juicio de susceptibilidad de adopción que puede durar años, para finalizar con el procedimiento de adopción, todo con jueces y tribunales que pueden ser diferentes. Esta fragmentación no solo genera duplicidad en las gestiones, sino que también decisiones que pueden ser contradictorias, incertidumbre, así como una larga trayectoria judicial que desde la dictación de la primera medida de protección dura en promedio cuatro años, doblándose en casos de adolescentes.
Ello no se condice con los importantes avances legislativos que hemos tenido los últimos años. Desde la presentación del proyecto original, distintos gobiernos han aprobado importantes reformas en materia de niñez, estableciendo el Sistema de Garantías de la Niñez a través de la ley N°21.430; creando el nuevo Servicio de Protección Especializada a la niñez y adolescencia, separando a los menores infractores de ley, de aquellos gravemente amenazados y vulnerados en sus derechos, por medio de la ley N°21.302 y una política de Estado que busca poner el foco en el interés superior de los niños, niñas y adolescentes, siendo también un hito de estas semanas, la actualización de la Política Nacional de la Niñez y Adolescencia para el periodo 2024-2032. Estos cambios requieren una puesta al día de los procesos de adopción.
Las modificaciones recientemente aprobadas buscan poner a los niños, niñas y adolescentes (NNA) en el centro del proceso de adopción, poniendo el foco en la trayectoria de vulneración de derechos y de desprotección. Para ello se busca garantizar el derecho de todo niño, niña o adolescente a vivir en familia, velando en todo momento por su interés superior. Para ello se busca garantizar realmente la subsidiaridad de la adopción, estableciendo un único procedimiento judicial que conozca la trayectoria proteccional, que priorice el bienestar del niño, niña o adolescente, con una atención integral, coordinada, continua y coherente, desde la protección inicial hasta la eventual adopción. Con ese fin, se propone la creación de una etapa de revinculación y fortalecimiento familiar dentro del procedimiento de medidas de protección judicial, que tenga como propósito el reintegro del NNA a su familia de origen y, cuando ello no sea posible, se declare, subsidiariamente, su adoptabilidad.
El proyecto de ley busca también acortar los plazos de intervención en la etapa de revinculación familiar a un máximo de 12 meses, para evitar la eternización de los niños, niñas y adolescentes en cuidado alternativo, alejados de un ambiente familiar. Asimismo, se incorporan los principios y derechos consagrados en la Ley de Garantías, como el derecho a ser oído y el derecho a conocer los orígenes, entre otros. Se recogen también las preocupaciones transversales de las y los parlamentarios en relación con los contactos post adoptivos, junto a la adecuación de todos los procesos judiciales de adopción especiales, buscando acortar los plazos y disminuir los riesgos de dilación en aquellos casos en que el niño, niña o adolescente esté separado de su familia de origen.
Avanzar en la reforma al sistema de adopción es una necesidad urgente. Es avanzar en el bienestar de los niños, niñas o adolescentes más vulnerados, garantizando su derecho a vivir en familia. Es poner en el centro de todas las decisiones su interés superior, ofreciendo un enfoque integrado y centrado en sus necesidades, velando por el respeto y garantía de sus derechos. Es buscar que todos los niños y niñas de nuestro país crezcan en un ambiente familiar de cuidado y amor. Esperamos que el sentido de urgencia, el trabajo colaborativo y el apoyo transversal expresado en la Comisión de Familia se proyecte en lo que resta de tramitación para que contemos prontamente con una nueva Ley de Adopción.
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