Moda sustentable: un aporte desde la mirada forestal
Al mirar el caso de Chile, vemos que un 3% de la población bota su ropa a la basura cuando se daña y un 10% casi siempre lo hace
La reciente y comentada Met Gala es un evento benéfico creado en 1948, cuyo origen estuvo en la recaudación de fondos para el Costume Institute, ente que resguarda una serie de objetos representativos de la moda. Pero también puede ser una oportunidad para reflexionar en torno a ésta y su sustentabilidad. Probablemente se preguntarán ¿qué diablos tiene que decir la industria forestal al respecto?...Bueno, la respuesta es ¡mucho!. Vamos por e...
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La reciente y comentada Met Gala es un evento benéfico creado en 1948, cuyo origen estuvo en la recaudación de fondos para el Costume Institute, ente que resguarda una serie de objetos representativos de la moda. Pero también puede ser una oportunidad para reflexionar en torno a ésta y su sustentabilidad. Probablemente se preguntarán ¿qué diablos tiene que decir la industria forestal al respecto?...Bueno, la respuesta es ¡mucho!. Vamos por ella.
Según datos del Banco Mundial, la industria de la moda representa actualmente el 10% de las emisiones anuales de carbono del mundo, más que todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos. El porcentaje es abismante y, a pesar de eso, no es un tema que destaque cuando se habla de cambio climático.
Tampoco se ve el cambio que uno esperaría en las personas, que cada vez se adhieren más a la tendencia de la denominada fast fashion. Las estadísticas históricas de la industria no mienten: sólo entre 2000 y 2014, la producción de ropa se duplicó, y los consumidores comenzaron a comprar un 60 % más de ropa y usarla durante la mitad del tiempo que antes.
En el mundo se producen hoy más de 100 mil millones de prendas al año para una población global de 8 mil millones de personas, es decir, se produce más de 12 veces la cantidad de ropa que realmente necesitamos. Y, al mirar el caso de Chile, vemos que un 3% de la población bota su ropa a la basura cuando se daña y un 10% casi siempre lo hace. Claro ejemplo es el impresionante cementerio de ropa en el Desierto de Atacama. ¿Existe solución a esta realidad? Apelar a un cambio de hábitos, pero también el uso de nuevos insumos y telas como la viscosa que proviene de la pulpa textil, un tejido de origen forestal que consume un tercio de la energía y 60 veces menos cantidad de agua si se compara con un tejido de origen sintético o de algodón.
Este fue uno de los temas abordados en la conferencia de Milán Challenge the Fabric 2024, el cual tuvo como foco la sostenibilidad, trazabilidad e innovación en los materiales en la industria de la moda y desafió a diseñadores a crear looks sustentables para promover un cambio hacia materiales de base biológica o reciclados.
Pero el llamado debe ir mucho más allá y llegar hasta los clientes para que el consumidor final también sea parte de un ciclo circular y sostenible, comprando camisas, polerones, calcetines y tapices, entre otros productos, creados a partir de este tipo de fibra que son naturales y biodegradables.
Esperemos que la industria de la moda, y quizá la Met Gala 2025, haga eco de estas reflexiones. Por nuestra parte, desde el sur de Chile seguiremos aportando con la fabricación de esta materia prima para contribuir a una moda día a día más sustentable.
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