Álvaro Elizalde: “No descarto una reforma al sistema político, pero la prioridad del Gobierno son las reformas sociales”
El ministro de la Segpres, que lleva las relaciones de la Administración de Boric con el Parlamento, analiza el resultado del referéndum constitucional y el segundo tiempo del mandato
El socialista Álvaro Elizalde (54 años, Talca) fue convocado al Gabinete del presidente Gabriel Boric en abril pasado. Era, hasta entonces, senador y, el año pasado, presidente de la Cámara Alta. En el equipo de Gobierno, desde la Segpres lleva las relaciones con el Congreso, donde el Ejecutivo chileno no tiene mayorías. Elizalde, como Carolina Tohá (Interior) y Mario Marcel (Hacienda), forma parte del puñado de izquierdistas mo...
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El socialista Álvaro Elizalde (54 años, Talca) fue convocado al Gabinete del presidente Gabriel Boric en abril pasado. Era, hasta entonces, senador y, el año pasado, presidente de la Cámara Alta. En el equipo de Gobierno, desde la Segpres lleva las relaciones con el Congreso, donde el Ejecutivo chileno no tiene mayorías. Elizalde, como Carolina Tohá (Interior) y Mario Marcel (Hacienda), forma parte del puñado de izquierdistas moderados que han tomado un peso protagónico frente a la coalición de origen de Boric, Apruebo Dignidad, compuesta por el Partido Comunista y el Frente Amplio, una formación hermana de Podemos.
En esta entrevista con EL PAÍS, realizada el viernes en el Palacio de La Moneda, Elizalde analiza el resultado del plebiscito de hace una semana, donde la opción en contra, que defendían los partidos oficialistas, ganó por 55% a un 44% a la alternativa a favor de una nueva Constitución, que empujaban las derechas. En la conversación, el ministro se referirá al post plebliscito y a los desafíos del Gobierno chileno en la segunda mitad que le queda por delante. Será un período marcado por las elecciones municipales y de gobernadores de 2024 y las presidenciales y parlamentarias de 2025.
Pregunta. ¿Por qué ganó el en contra?
Respuesta. Ganó el en contra porque el texto propuesto a la ciudadanía no incorporaba las miradas diversas que existen en la sociedad chilena y, en alguna medida, se cometió un error similar al del primer proceso. Una Constitución debe ser el resultado de un diálogo inclusivo y no se aprueba por una mayoría circunstancial. Tiene que ser expresión de acuerdos sustantivos. Por el contrario, cuando responde a miradas parciales por legítimas que sean, no se cumple con el sentido que debe tener toda Constitución. Y el pueblo de Chile se pronunció de manera clara al respecto. Finalmente, el texto no satisfizo lo que la ciudadanía estaba demandando.
P. ¿Qué representó para el Gobierno el resultado?
R. Las fuerzas progresistas hemos promovido por mucho tiempo la necesidad de tener una Constitución que sea un factor de unidad. Pero el Gobierno ha estado en este tiempo abocado a algo distinto, gobernar. Y tomó una decisión explícita de mantenerse al margen de este proceso, cumpliendo con la obligación de garantizar su éxito desde el punto de vista logístico y proveer a la ciudadanía de toda la información necesaria al momento de tomar la decisión de concurrir a las urnas.
P. Para La Moneda, ¿el resultado fue un respiro?
R. El presidente fue explícito en su mensaje la noche del domingo. Y esto tiene además una historia: el 7 de mayo, cuando se produce la elección de los consejeros constitucionales, el presidente hace un llamado a quienes habían resultado ganadores [la derecha y en especial el Partido Republicano] a no cometer los mismos errores del primer proceso. Fueron palabras honestas y, a mi entender, claras. Y por lo tanto, concluido el proceso, el presidente insiste en la necesidad de los acuerdos.
P. ¿Está triunfalista el Gobierno tras el plebiscito?
R. En absoluto.
P. Al día siguiente del referéndum, el Ejecutivo planteó una reforma de pensiones en términos que, según la oposición, no ayuda a los acuerdos.
R. El sentido de urgencia de la reforma de pensiones no tiene que ver con una supuesta actitud triunfalista, que no es tal. Tiene que ver con que los pensionados están viviendo un drama.
P. ¿Qué lecciones sacan tras cuatro años de constituyente?
R. Es la principal lección de todo el proceso constituyente: necesitamos buenos acuerdos que permitan resolver los problemas que afectan a los chilenos en su vida cotidiana. Porque, finalmente, el resultado de este nuevo plebiscito muestra el rechazo a la falta de acuerdos. La política ha quedado en deuda. Y de ahí el llamado que el Gobierno realiza para concurrir a entendimientos sustantivos que permitan destrabar reformas que están pendientes pero que, sabemos, es necesario llevar adelante: la reforma de pensiones y el pacto fiscal. El 1º de junio ante el Congreso Nacional, el presidente hace una interpelación por Chile: dejar de lado las peleas políticas menores, concentrarnos en lo importante y, sin renunciar a las convicciones de los distintos sectores, concurrir a un buen acuerdo que nos permita resolver dramas de la vida cotidiana de nuestros compatriotas.
P. Estos llamamientos a los acuerdos parecen recurrentes por parte del Gobierno y no parecen tener efectos. ¿Por dónde pasa una solución que permita de verdad avanzar?
R. Hay una canción de Joaquín Sabina que se llama Ruido y hace referencia a una pareja que está en crisis y su terapeuta les dice que entre ellos hay mucho ruido. Y en alguna medida, nuestro sistema político también está lleno de ruido y es necesario despejar lo relevante para que nos concentremos en las tareas que realmente importan a la ciudadanía porque, en caso contrario, vamos a seguir profundizando la brecha que existe entre la política y la gente. Y a veces en el debate político hay una tendencia al tuit o a la declaración que permite sacar titulares, pero que no se hace cargo de los problemas de fondo. Y esto genera una dinámica muy poco conducente para la promoción de acuerdos. Es el contexto del llamado del presidente.
P. En este ambiente ruidoso, como lo llama, ¿cómo el Gobierno pretende destrabar el debate político a dos años de finalizar el mandato? ¿No será necesario bajar la vara en la reforma de pensiones y el pacto fiscal?
R. El Gobierno ha tenido mucha flexibilidad. La propuesta original de pensiones ha sido modificada y hemos puesto sobre la mesa distintas alternativas, pero hay un principio básico que nos parece necesario consagrar, que es lo que le da sentido a la reforma: la reforma de pensiones es para mejorar las pensiones. Pues bien, una propuesta que implica que habrá un aumento del monto de las pensiones pero en varias décadas más, no resuelve el problema que afecta hoy a los pensionados. Por lo tanto, el Gobierno actúa con flexibilidad, pero hemos sido explícitos en que necesitamos un sistema que técnicamente de respuestas a la principal razón para llevar adelante las reformas: mejorar las pensiones a la brevedad posible.
P. ¿Están las condiciones para llevar adelante en este mandato una reforma del sistema político para, justamente, solucionar el ruido político del que habla y fenómenos como la atomización en el Congreso? Era uno de los puntos que generaba consenso de la propuesta de nueva Constitución que se rechazó.
R. El Gobierno ha planteado una agenda muy ambiciosa que se hace cargo de la seguridad social, la seguridad económica y la seguridad pública. Ahora, si se quieren abordar en paralelo reformas al sistema político, bien. Pero la prioridad del Gobierno son las reformas sociales.
P. ¿El Gobierno descarta que de aquí a marzo de 2026, cuando se acaba el mandato, pueda empujar las reformas al sistema político, tan cruciales para que la política avance?
R. Sin lugar a dudas es un tema muy importante: necesitamos un sistema político que evite la atomización y que dé respuesta oportuna a las demandas de la ciudadanía. Por lo tanto, no descarto una reforma al sistema político, pero, reitero, la prioridad del Gobierno son las reformas sociales.
P. Este Gobierno generó muchas expectativas en la gente porque la nueva izquierda prometió un cambio en la forma de hacer política. Y en la mitad del mandato, las cosas no han cambiado. ¿Cómo se le explica eso a los chilenos?
R. Hemos sacado adelante cambios importantes y la lista es larga, porque tenemos récord de leyes aprobadas. Cito la ley de jornada laboral de 40 horas y royalty minero. Pese a la atomización parlamentaria y a las dificultades para construir mayorías hemos logrado ir destrabando la agenda propuesta por el Gobierno, incorporando también medidas y propuestas de otros sectores. Y creo que es fundamental sacar adelante la reforma de pensiones. ¿Y qué van a hacer los distintos actores? La gente va a sancionar a quien no tenga voluntad de resolver sus problemas.
P. Tras el plebiscito, ¿usted está porque el Gobierno mantenga el statu quo o estima conveniente un cambio estratégico pensando en la segunda mitad?
R. El Gobierno tiene un claro sello social y, por lo tanto, vamos a persistir y profundizar en ese sello social sobre la base de las propuestas que hemos presentado al Congreso.
P. “El proyecto político de Boric ya fracasó”, dijo el analista Carlos Peña en este periódico. ¿Qué opina?
R. No comparto la opinión de quienes insinúan que hay que renunciar al desafío de enfrentar las desigualdades, erradicar los abusos y profundizar nuestra democracia.
P. ¿Cómo queda el oficialismo pensando en las elecciones de 2025 y 2026?
R. El resultado del domingo hay que tomarlo con mucha humildad. Porque Chile tenía problemas antes del plebiscito y esos problemas persisten después.
P. Sobre el caso Convenios, ¿no parece conveniente la salida del Gabinete del ministro Carlos Montes, socialista como usted, que enfrenta una acusación constitucional?
R. No. Es un servidor público de la toda la vida que está concentrado en sacar adelante el principal desafío del ministerio que es hacerse cargo del déficit habitacional, que se está cumpliendo. Y respecto de estos casos, apenas tomó conocimiento proporcionó todos los antecedentes públicos y ha sido un promotor de que estas investigaciones se lleven adelante de manera exitosa. Ahora, el que evalúa esto es el presidente, que ha sido explícito en que cuenta con su confianza.
P. ¿Cómo quedó la oposición tras el plebiscito?
R. Han pasado muy pocos días para tener un diagnóstico concluyente respecto de cuál será la disposición de las derechas. Algunos han insistido en su voluntad de diálogo, otros han endurecido sus declaraciones, pero, finalmente, ¿cuál será la conducta mayoritaria de ese sector? Lo vamos a ver dentro de las próximas semanas.
P. ¿El Partido Republicano, pese al resultado, ya tiene una hegemonía en la oposición chilena o es algo que está en disputa?
R. Si hay algo que nos han enseñado las elecciones recientes es la volatilidad electoral. Por lo tanto, nadie puede creer que tiene clavada la rueda de la fortuna.
P. Tras cuatro años de constituyente, Chile se quedó con la misma Constitución que la izquierda buscó cambiar durante décadas. ¿Es un fracaso para el progresismo?
R. Hay una oportunidad perdida y la principal lección, no solo para la izquierda, es que Chile requiere que los políticos nos pongamos de acuerdo.