Chile, una ducha de fría y fea realidad
La fecha clasificatoria fue pésima para La Roja. Ganó un punto de seis, Berizzo renunció y se busca con urgencia un reemplazante para detener la degradación de la escuadra. Todo en medio de un debate por las condiciones sanitarias de los vestuarios del seleccionado
Por séptima vez en ocho procesos clasificatorios largos, Chile cambió de técnico a mitad de camino. La renuncia de Eduardo Berizzo en medio de la tercera fecha clasificatoria obligaron a la Federación Chilena a convocar a Nicolás Córdova, el primer entrenador chileno en 18 años, para hacerse cargo del partido frente a Ecuador en Quito. La Roja volvió a perder —esta vez por 1 a 0— para terminar la temporada 2023 de la peor manera posible. En el octavo lugar de la tabla, fuera de zona de...
Por séptima vez en ocho procesos clasificatorios largos, Chile cambió de técnico a mitad de camino. La renuncia de Eduardo Berizzo en medio de la tercera fecha clasificatoria obligaron a la Federación Chilena a convocar a Nicolás Córdova, el primer entrenador chileno en 18 años, para hacerse cargo del partido frente a Ecuador en Quito. La Roja volvió a perder —esta vez por 1 a 0— para terminar la temporada 2023 de la peor manera posible. En el octavo lugar de la tabla, fuera de zona de clasificación y sólo superando a Bolivia y Perú.
Más allá de la derrota, Córdova, un exjugador que militó en nueve equipos del fútbol italiano y que venía de entrenar a la selección sub 20 de Qatar, valoró las mejorías en el juego que alimentaron una ilusión pequeña: Chile estuvo a punto de empatar en la última jugada del partido y la hinchada local despidió con abucheos a Félix Sánchez, el adiestrador español que tiene a la tricolor enrielada hacia el Mundial 2026, pero jugando feo.
En la previa al encuentro y tras el empate ante Paraguay que significó la dimisión indeclinable de Berizzo, el tema de debate en Chile fue el estado sanitario e higiénico en que se prepara la selección. Alexis Sánchez, el único sobreviviente de la generación dorada en esta sexta fecha que jugó en Quito, denunció que en el lugar de entrenamiento —Juan Pinto Durán— los jugadores disponen de apenas tres duchas habilitadas tras los entrenamientos. Y que en el vestuario del Estadio Monumental, donde hacen de locales, por los desagües circulan heces. Las acusaciones fueron respaldadas por otros jugadores, dejando en evidencia que hay falencias históricas y contingentes en el manejo del seleccionado, que no ha podido encontrar terrenos ni recursos para construir un nuevo centro de entrenamientos, a la altura de los tiempos que corren.
Gary Medel, otro sobreviviente de épocas más dulces, acusó que las escasas refacciones que se han realizado en el recinto han salido del bolsillo de los entrenadores, lo que fue desmentido por Pablo Milad, el timonel de la Federación, que deberá ahora abocarse, con escasos recursos, como se ve, a escoger a un nuevo técnico para La Roja.
La magra cosecha de cinco puntos en seis partidos se relativiza ante la mala campaña de Brasil, que no sumó puntos en la fecha doble, tras caer ante Uruguay y Argentina. El grupo de los “aspirantes” al repechaje que entrega el sistema de clasificación tiene además a Perú, Bolivia, Paraguay y Chile peleando por el séptimo puesto, que otorga boletos a una repesca intercontinental para conseguir pasajes al 2026.
Futbolísticamente no hay mucho para ilusionarse, pese a que el receso será largo. Las clasificatorias se reanudarán en septiembre del 2024 y habrá instancias —como la Copa América de junio próximo— que permitirán al nuevo entrenador ponderar al escaso contingente joven que ha surgido en los últimos años en el intento de reverdecer laureles. Gustavo Quinteros (adiestrador de Colo Colo) y el argentino Ricardo Gareca, que clasificó a Perú al Mundial de Rusia, son los principales candidatos, pero no hay mucho margen para la ilusión.
La semana que pasó Chile recibió una nueva cuota de realismo. El equipo no juega bien y no hay figuras individuales que reviertan la situación. Y las duchas seguirán siendo un problema. Pasó el mejor momento para renovarlo todo, y ahora hay que conformarse con lo que hay. Aunque todo parezca y huela de la peor manera posible.