Las mujeres por primera vez son menos en el Gabinete de Gabriel Boric

El mandatario chileno intentó durante más de un año que su Gobierno mantuviera a los menos un equilibrio entre hombres y mujeres. Pero hoy hay 13 ministros y 11 ministras, tres menos que cuando asumió

El presidente chileno Gabriel Boric en un consejo de gabinete, en diciembre de 2022.Presidencia de Chile (EFE)

Cuando el presidente de izquierdas, Gabriel Boric, asumió el Gobierno de Chile el 11 de marzo de 2022, y tomó juramento a su Gabinete, compuesto por 14 ministras y 10 ministros, dijo: “Estoy profundamente orgulloso de que sean más mujeres que hombres. Y eso es gracias al movimiento feminista”. Para entonces, no solo su equipo principal era mucho más que paritario en favor de las mujeres, sino que su Administración también marcó un hito, porque por primera vez en su historia el país sudamericano tenía una ministra del Interior y Seguridad Pública, la médica Izkia Siches.

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Cuando el presidente de izquierdas, Gabriel Boric, asumió el Gobierno de Chile el 11 de marzo de 2022, y tomó juramento a su Gabinete, compuesto por 14 ministras y 10 ministros, dijo: “Estoy profundamente orgulloso de que sean más mujeres que hombres. Y eso es gracias al movimiento feminista”. Para entonces, no solo su equipo principal era mucho más que paritario en favor de las mujeres, sino que su Administración también marcó un hito, porque por primera vez en su historia el país sudamericano tenía una ministra del Interior y Seguridad Pública, la médica Izkia Siches.

Más de un año después, la cartera de Interior, uno de los cargos políticos de mayor relevancia del Gobierno, sigue en manos de una mujer, la ministra Carolina Tohá. Pero el nombramiento del socialista Álvaro Elizalde en el Ministerio Secretaría de la Presidencia (Segpres) el 19 de abril pasado –en reemplazo de la abogada Ana Lya Uriarte, quien renunció por razones de salud–, quebró la paridad del corazón del Ejecutivo. Hoy, el Gabinete de Boric está conformado, por primera vez, por más hombres que mujeres: 13 ministros y 11 ministras.

La primera en alertar el cambio de equilibrio en la Administración de Boric fue la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana. Dijo que, evidentemente, “por las matemáticas”, el Gabinete dejó de ser paritario. “Pero también creo que es indesmentible que hemos hecho nombramientos paritarios en todas las empresas públicas del Estado”, dijo la ministra, muy cercana al presidente. Agregó: “No me queda nada más que manifestar mi deseo de que podamos volver a equilibrar las cuestiones de acuerdo al compromiso que tenemos con la igualdad de género”.

Boric ha hecho hasta ahora dos cambios del Gabinete. Según las cifras, en ambos intentó resguardar la paridad como un sello de su Administración. El primero fue después del plebiscito de septiembre de 2022, luego que un 62% de la ciudadanía rechazara la propuesta de nueva Constitución. Fue cuando salió la ministra Siches, quien era de su círculo más cercano, y entró Tohá. También cambió de cartera a Giorgio Jackson, su colaborador más estrecho, de la Segpres a Desarrollo Social. En su lugar nombró a Ana Lya Uriarte. Las mujeres siguieron siendo mayoría: 15 frente a nueve.

El segundo cambio de Gabinete fue el 10 de marzo pasado, un día antes de que Boric cumpliera un año en La Moneda. El nuevo diseño contempló dos mujeres menos que cuando debutó el Gobierno, pero quedó igualitario: 12 ministras y 12 ministros. Sin embargo, esa decisión también selló la salida de Relaciones Exteriores de la canciller Antonia Urrejola, quien ocupaba una cartera clave y con visibilidad internacional. Fue reemplazada por Alberto van Klaveren.

Pero, tras la llegada de Elizalde, quien dejó el Senado para integrarse al Gabinete, se perdió el equilibrio total y la ventaja de las mujeres sobre los hombres en el Gabinete de los primeros meses. Según María de los Ángeles Fernández, cientista política y presidenta de Hay Mujeres, una fundación que promueve la visibilidad y liderazgo, Boric, al tomar la paridad como un principio y un mecanismo para conformar su Gobierno, “incurrió en el mismo error que Michelle Bachelet en su primer mandato (2006-2010)”. Esto, porque, en su opinión, la expresidenta socialista, la única mujer en Chile en liderar La Moneda, “inauguró la paridad ministerial en Chile en 2006 con criterio matemático, pero no pudo mantener luego su promesa ya que se alteró con los sucesivos cambios de Gabinete”.

Fernández dice que tanto a la Administración de Bachelet como a la de Boric, “les ha faltado, desde el punto de vista de la comunicación gubernamental, un relato sobre el significado de la paridad en el sentido de que no se trata, necesariamente, de aferrarse a un guarismo matemático, de carácter rígido, sino más bien el anhelo de una relación de equilibrio entre el 60% y el 40% de representación de cada sexo. Es lo que se entiende por paridad flexible”.

Jorge Navarrete, abogado y columnista político, dice a EL PAÍS que, más que los números, con el fin de la paridad en la Administración de Boric lo que se pierde es un simbolismo. “En general este Gobierno solía ser a ratos, y aun lo es, algo grandilocuente en ciertas posiciones. Fue así con el Gobierno medioambientalista y ecológico y el Gobierno paritario. Por lo tanto, las caídas, aunque no sean muy significativas, cuando son desde muy alto, se notan mucho”.

El abogado Navarrete piensa que “conspiró que los primeros cambios de Gabinete del presidente Boric afectaran más a mujeres que a varones”. El analista dice que, cuando uno mira los números, no podría sino reconocer que aun hay una presencia muy importante de mujeres en el equipo. “Sin embargo, lejos de la expectativa que el Gobierno había sembrado, la reciente salida de la ministra Ana Lya Uriarte marca una cierta tendencia de que en los ministerios más relevantes, donde se han jugado los partidos más difíciles, pese a las declaraciones y la vocación del Gobierno, terminan más perjudicadas las mujeres que los hombres”.

El columnista apunta también a otro factor: los cambios culturales, que toman tiempo: “La política chilena sigue preferencialmente dominada no solo por varones, sino en un código masculino. Entonces, cuando llega el momento de recurrir a cierto elenco contingente para reemplazar determinados cargos en una misma categoría, la oferta todavía es siempre mayor de hombres que de mujeres”. Incluso en el primer Gobierno chileno que se ha declarado abiertamente feminista.




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