Boric cambia su Gabinete necesitado de un nuevo impulso ante el segundo año de Gobierno en Chile
El presidente, que mañana cumple 12 meses en el poder, descabeza la Cancillería y renueva cuatro ministros sectoriales con el propósito de mejorar la gestión y la percepción de su trabajo
El presidente chileno, Gabriel Boric, ha llevado a cabo este viernes su segundo gran cambio de Gabinete. Lo ha hecho a horas de conmemorar mañana su primer año en La Moneda. Ha descabezado la Cancillería, que estaba en manos de la socialista Antonia Urrejola y, de paso, ha hecho cambios en otros cuatro ministerios, todos sectoriales. El mandatario de izquierda está necesitado de un nuevo impulso con vistas a su segundo año en el poder, luego de uno de los comienzos de mandato de mayor complejidad que se hayan visto en Chile en los últimos períodos de gobierno. Tras el referéndum constitucional...
El presidente chileno, Gabriel Boric, ha llevado a cabo este viernes su segundo gran cambio de Gabinete. Lo ha hecho a horas de conmemorar mañana su primer año en La Moneda. Ha descabezado la Cancillería, que estaba en manos de la socialista Antonia Urrejola y, de paso, ha hecho cambios en otros cuatro ministerios, todos sectoriales. El mandatario de izquierda está necesitado de un nuevo impulso con vistas a su segundo año en el poder, luego de uno de los comienzos de mandato de mayor complejidad que se hayan visto en Chile en los últimos períodos de gobierno. Tras el referéndum constitucional de septiembre pasado, que echó por tierra una propuesta de nueva Constitución que el Ejecutivo chileno apoyaba, La Moneda quedó debilitada y tuvo que hacer cambios fuertes, como incorporar a sectores moderados en cargos claves como Interior, donde aterrizó Carolina Tohá. Esta renovación del equipo encuentra al Gobierno en un momento muy complejo: los diputados derribaron esta semana la propuesta de reforma tributaria, con lo que queda en entredicho la financiación de parte de su programa.
“Hemos tenido dificultades, qué duda cabe”, ha dicho Boric desde el palacio de la Moneda, tras anunciar los cambios en su equipo de Gobierno, en un discurso donde ha hecho un recuento de sus principales logros este año. “Lo que me motiva a hacer estos cambios no son las presiones políticas ni compensaciones menores, sino mejorar la capacidad de respuesta y gestión, ante las urgencias de nuestra patria”, ha agregado el mandatario.
Boric hoy no ha cambiado a las piezas fundamentales de su equipo de ministros políticos. El corazón del Gobierno seguirá en manos de los socialistas, de la izquierda moderada: Interior, Hacienda y la Secretaría General de la Presidencia, que lleva las relaciones con el Parlamento. Pero para este nuevo período necesita agilizar la gestión de carteras fundamentales para la vida de los ciudadanos, como Obras Públicas, Deporte, Cultura y Ciencias, donde ha hecho los cambios. Necesita que el equipo que lo acompañe en esta etapa tenga mayor conexión con la gente: un Gobierno más preocupado de la gestión y de generar resultados concretos para la ciudadanía. Menos promesas y anuncios, más logros y acciones. De acuerdo a la última encuesta Criteria, solo 4 de sus 24 ministros tenían un conocimiento mayor al 60%. La ciudadanía, por lo tanto, quería una reformulación del Gobierno. Según el sondeo de la encuestadora Data Influye de esta semana, un 79% apoyaba la idea de una transformación en el equipo de Boric.
Con este cambio de piezas, las dos coaliciones del Gobierno quedan con una representación equivalente en el Gabinete, como hasta ahora. Tanto el Socialismo Democrático liderado por el Partido Socialista, como Apruebo Dignidad, la alianza del Frente Amplio de Boric con el Partido Comunista, son similares en cantidad de ministros. Es en las subsecretarías, los segundos de a bordo en cada cartera, donde se produciría un reequilibrio de ambas fuerzas.
Es el segundo cambio de Gabinete en el primer año del presidente de izquierdas, de 37 años. Luego de la derrota de la propuesta de nueva Constitución el 4 de septiembre, que el Gobierno apoyó abiertamente, Boric realizó una transformación profunda. Sacó a dos de sus compañeros de ruta política del primer anillo de poder. La médica Izkia Siches fue reemplazada por Tohá, militante del partido de centroizquierda PPD de amplia trayectoria política en las administraciones que gobernaron Chile en la transición, entre 1990 y 2010. El ingeniero Giorgio Jackson, uno de los principales aliados de Boric, parte del Frente Amplio como el propio presidente y su compañero de ruta, fue designado en una cartera relevante, pero de menor protagonismo, el Ministerio de Desarrollo Social. Fue reemplazado por una socialista cercana a Michelle Bachelet, la abogada Ana Lya Uriarte. Una de las principales dudas del cambio de este viernes era si Jackson saldría finalmente del Gabinete, pero Boric ha optado por mantenerlo.
En cuanto a la paridad, el Gobierno con que debutó hace un año tenía 14 mujeres y 10 hombres. Con este cambio, la primera línea del Ejecutivo chileno quedará con 12 mujeres y 12 hombres.
En la Cancillería, en reemplazo de Urrejola, llega Alberto Van Klaveren, de la izquierda moderada del PPD, de amplia trayectoria diplomática. En Obras Públicas, sale Juan Carlos García, independiente, y entra Jessica López, socialista, la primera mujer en presidir el Banco Estado, cargo que tenía hasta hoy. En la cartera de Deportes, Claudio Pizarro, popular exfutbolista, asumirá en el cargo que tenía Alexandra Benado, independiente. En Cultura, el reconocido ejecutivo de televisión Jaime de Aguirre reemplaza a Julieta Brodsky, de Convergencia Social, el partido del presidente. En Ciencias, Aisén Etcheverry, independiente, llega al puesto de Silvia Díaz, cercana al PPD.
El presidente persigue mejorar la percepción de su Ejecutivo con una fecha muy relevante en el horizonte, el 7 de mayo. En dos meses, la ciudadanía volverá a las urnas luego de un 2020, 2021 y 2022 con una agenda electoral intensa, pero para elegir a los 50 miembros del consejo constitucional que redactará una nueva propuesta de Constitución. Es una elección relevante por el mismo proceso constituyente, pero esconde un asunto de fondo: será una elección con voto obligatorio, la primera desde que se repuso este sistema, con lo que los resultados darán cuenta de la fuerza del oficialismo y de la oposición y, a su vez, de las hegemonías dentro de cada alianza. Aunque en este proceso La Moneda ha tomado la decisión de no involucrarse abiertamente, para no repetir el fiasco anterior, Boric necesita un equipo de ministros mejor valorado por los ciudadanos, que no cometa errores de incompetencia y desprolijidad como se han visto en estos 12 meses. En mayo, la elección no será probablemente un juicio al Gobierno, como sucedió de alguna forma en el plebiscito de septiembre, pero una derrota del oficialismo le sería impugnada a La Moneda.
Este cambio de Gabinete encuentra herido a Boric y a su Gobierno, luego de que los diputados echaran abajo el miércoles el proyecto de reforma tributaria, que enfrentaba en su primer trámite legislativo. La propuesta pretendía recaudar el 3,6% del PIB para financiar el programa de Gobierno y no parece evidente una salida. En entrevista con EL PAÍS, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, explicó las razones que, a su juicio, causaron la gran derrota legislativa: “Lo que estuvo detrás de la votación fue mucho más que la reforma tributaria. Es un momento político más complejo, en que el Gobierno ha estado fortaleciéndose en la opinión pública, la economía va mejorando y donde, al mismo tiempo, se discuten proyectos emblemáticos como la reforma previsional”.
Marcel se refería a los buenos aires que se respiraban en La Moneda hasta hace pocos días. Luego de un apoyo presidencial que ha llegado a un piso de un 25% en enero, según el sondeo Cadem que lo mide semana a semana, su popularidad está ahora en un 35%, de acuerdo a la misma encuestadora. Algo similar muestran otros sondeos. Los analistas lo atribuyen a medidas atrevidas en materia de seguridad sobre todo para un Gobierno de izquierda, como la militarización del norte del país para controlar la inmigración irregular y la seguridad pública en una zona del territorio con problemas graves de delincuencia.
Pero existe un segundo asunto importante: la economía. La inflación cayó en febrero un 0,1%, que sorprendió al mercado, lo que proyecta una inflación a la baja este 2023. La desocupación está en menos de dos dígitos y el precio del dólar con respecto al precio chileno se ha controlado. Pese a los pronósticos, además, la economía chilena registró un crecimiento en enero de 0,4%, de acuerdo a las últimas cifras. El ministro de Hacienda, que atribuye este escenario a factores locales, ha asegurado que son el anticipo de una tendencia sólida. “Es innegable que el conjunto de cosas que se han ido observando es positivo”, aseguró Marcel a EL PAÍS.
Para mañana se espera que Boric se reúna con su nuevo Gabinete, en la conmemoración del primer año de Gobierno, donde se inauguraría un nuevo relato para los tres años que le quedan por delante, que no se proyectan fáciles.
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