Mauricio Macri va por la revancha en Boca Juniors
El expresidente argentino se postula como vicepresidente del club de fútbol que lo catapultó a la política en una elección que lo volverá a enfrentar al máximo ídolo de la hinchada, Juan Román Riquelme
Mauricio Macri ha vuelto a la carga. Con un pie en la candidatura del ultraderechista Javier Milei para la segunda vuelta del 19 de noviembre, el expresidente argentino (2015-2019) acaba de poner el otro en el lugar desde donde catapultó su carrera política: el Club Atlético Boca Juniors. Macri ha anunciado este...
Mauricio Macri ha vuelto a la carga. Con un pie en la candidatura del ultraderechista Javier Milei para la segunda vuelta del 19 de noviembre, el expresidente argentino (2015-2019) acaba de poner el otro en el lugar desde donde catapultó su carrera política: el Club Atlético Boca Juniors. Macri ha anunciado este lunes que se postulará como vicepresidente del club de fútbol en las elecciones del próximo 2 de diciembre. La elección ya ha tomado tientes de batalla épica. Enfrente, Macri tendrá al actual vicepresidente boquense, uno de los artífices de su éxito deportivo y también uno de sus grandes enemigos: Juan Román Riquelme.
“Nunca soñé volver a sumarme a la conducción del club”, ha anunciado Macri en rueda de prensa. Habló acompañado de Andrés Ibarra, un economista que fue su ministro tanto en la ciudad de Buenos Aires como en el Gobierno nacional, y que ahora se presentará a la presidencia de Boca Juniors. “Contar con el apoyo del presidente más exitoso de Boca es un orgullo”, dijo Ibarra, “vamos a recuperar la gloria perdida y poner a Boca entre los cinco clubes más grandes del mundo”. Macri no tardó en lanzarse contra Riquelme: “No puedo abandonar a Boca a la arbitrariedad, al autoritarismo, a la prepotencia. Por ese camino, nuestro querido Boca no tiene futuro”.
Boca Juniors fue el gran trampolín de Macri para alcanzar la Casa Rosada. Fue presidente del club entre 1995 y 2007, 12 años en los que convirtió a Boca en uno de los equipos más ganador del fútbol sudamericano. La historia moderna del equipo no se explica sin Macri: bajo su mando, ganó dos Copas Intercontinentales -contra el Real Madrid en 2000 y el AC Milán en 2003-, y consiguió cuatro de las seis Copas Libertadores de su historia. La última, conseguida en 2007, la ganó mientras Macri se postulaba como alcalde de la ciudad de Buenos Aires. Macri ganó, fue jefe de Gobierno de la capital durante ocho años, entre 2007 y 2015, y presidente de Argentina durante los cuatro años siguientes. Mientras tanto, mantuvo el control sobre Boca.
El tren se estrelló en 2019. En octubre de ese año, con la popularidad por el suelo y la inflación en alza, Macri se convirtió en el primer presidente de la democracia argentina en presentarse a una reelección y perderla; en diciembre, su candidato perdió las elecciones en Boca ante una fórmula que llevaba a Riquelme como vicepresidente. En unas elecciones que registraron la mayor convocatoria histórica de socios a las urnas, Macri perdió el control del club que había manejado durante 23 años.
Como vicepresidente de Jorge Ameal, un antiguo aliado de Macri, Riquelme se convirtió en el hombre fuerte del fútbol profesional, a cargo de todas las decisiones deportivas. Su gestión tuvo altibajos: el equipo ganó seis títulos locales en estos cuatro años, pero no pudo volver a ganar un torneo internacional. Sus afines le reconocen haber dado rodaje a muchos canteranos y devolverle la identidad de club a uno de los equipos más populares del país; sus detractores le critican la improvisación en las decisiones -contrató a cinco entrenadores en cuatro años- y el mal juego del equipo. “Seremos menos malos que los demás”, llegó a decir Riquelme ante los críticos que le reclamaban mejorar el juego mientras su equipo salía campeón.
Riquelme es palabra santa en el barrio de La Boca. Juvenil que gambeteó al Real Madrid de los galácticos en la victoria intercontinental de 2000 y capitán que volvió de Europa en el pico de su carrera para ganar la Copa Libertadores en 2007, muchísimos hinchas de Boca lo ponen a competir taco a taco como máximo referente del fútbol argentino frente a Diego Maradona o Lionel Messi. Retirado del fútbol en 2015, tuvo algo de ambos: con Messi compartió la visión total en el campo; con Maradona, el desparpajo. Riquelme, que encabezará su propia fórmula presidencial, criticó a Macri llamando a la reflexión a los socios de Boca: “¿Querés seguir siendo un club de fútbol o que te lo usen para la política?”.
Riquelme fue el jugador insigne del Boca de Macri que ganó 16 títulos en 12 años, pero también su terror. Los fanáticos aún recuerdan un gol a River en 2001, que celebró con las manos detrás de las orejas señalando al palco de Macri, y cómo el presidente lo dejó marcharse al Barcelona un año después por pensar que sus pretensiones económicas eran muy altas. También cómo la renovación de su contrato una década después, ya convertido en capitán veterano, precipitó la renuncia de los macristas que se oponían.
En el que parecía el peor año de su carrera política, Macri ha vuelto por todo. Su alianza electoral quedó fuera de la competencia presidencial, pero el expresidente se ha enfilado detrás el ultra Javier Milei, que espera vencer al peronismo en las elecciones nacionales del próximo domingo; y logró imponer a su primo, Jorge, como alcalde de Buenos Aires en las últimas elecciones. Ahora va por Riquelme en el último asalto de una pelea que lleva décadas.
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