La fiesta de Israel, paria y estrella del Mundial sub-20 de Argentina, termina en semifinales
Uruguay elimina a una selección hebrea que jugó de local en Argentina, el país con la comunidad judía más grande de Latinoamérica
El Hatikva, el himno nacional de Israel, se escuchó fuerte entre bombos y trompetas este jueves en la ciudad de La Plata, unos 60 kilómetros al sur de Buenos Aires. La selección sub-20 de Israel había dado la sorpresa en el Mundial de Argentina y se jugaba el pase a la final contra Uruguay. Lo hizo de local. La comunidad judía argentina, la más grande de Latinoamérica, se volcó de a cientos en su apoyo. Un gol de rebote en el minuto 60 agrió la tarde y Uruguay terminó clasificando, pero no apagó la fies...
El Hatikva, el himno nacional de Israel, se escuchó fuerte entre bombos y trompetas este jueves en la ciudad de La Plata, unos 60 kilómetros al sur de Buenos Aires. La selección sub-20 de Israel había dado la sorpresa en el Mundial de Argentina y se jugaba el pase a la final contra Uruguay. Lo hizo de local. La comunidad judía argentina, la más grande de Latinoamérica, se volcó de a cientos en su apoyo. Un gol de rebote en el minuto 60 agrió la tarde y Uruguay terminó clasificando, pero no apagó la fiesta de Israel, que fue el suceso más llamativo de un Mundial organizado de emergencia.
La Copa debía haberse jugado en Indonesia. Pero el rechazo de algunas autoridades locales a la presencia de Israel hizo que la FIFA despojara al país de mayoría musulmana de la organización dos meses antes de su inicio. El gobierno del fútbol mundial había decidido que Indonesia ya no sería sede del torneo tras quejas del gobernador de la isla de Bali, en el sur del archipiélago, que había amenazado con no recibir a la selección hebrea en su territorio. Indonesia condena la ocupación militar israelí en Palestina y no tiene relaciones diplomáticas con ese país. La amenaza colmó la paciencia de la FIFA, que tras dos semanas con el torneo en el aire, buscó una nueva sede. Fue una ventana de oportunidad para Argentina: su selección sub-20, que con seis títulos es la mayor campeona del certamen, se había quedado sin plaza para este año tras un mal paso en la competencia sudamericana.
La sub-20 argentina desató poca ilusión, aun con el recuerdo fresco de millones de personas celebrando en las calles el Mundial de Qatar, y fue eliminada por Nigeria en octavos de final. Sin los locales en el torneo, la sorpresa la dio Israel. La selección hebrea, cuya clasificación al torneo había causado un temblor diplomático en la FIFA, pasó de paria a sorpresa y convocó a multitudes. En San Juan, mil kilómetros hacia el centro del país desde Buenos Aires, la selección hebrea dio el batacazo y venció a Brasil frente a su hinchada.
“¡Yo soy judío, es un sentimiento, no puedo parar!”, fue una de las reversiones de las canciones que se escuchan en los estadios de Argentina que más se cantó en el estadio de La Plata cuando Israel se enfrentó a Colombia, Senegal o Uruguay en esa ciudad al lado de Buenos Aires. “Como no todos sabemos hebreo, porque la mayoría somos judíos argentinos, se cantan canciones de cancha argentinas metiendo a Israel en el medio”, explicaba un adolescente con la camiseta de Atlanta, un equipo de barrio de Buenos Aires identificado con la comunidad, en un vídeo publicado por la FIFA. “Ver a nuestros hermanos jugando en Argentina es un orgullo y me encanta”, contaba otro hombre.
El torneo lo definirá Uruguay contra el ganador de la otra semifinal entre Italia y Corea del Sur el domingo en La Plata. Israel, que jugó su primer torneo mundial desde 1970, definirá el tercer puesto ese mismo día en el estadio.
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