Noboa y González se disputarán la presidencia de Ecuador tras una ajustada primera vuelta

El presidente y la candidata de la izquierda empatan y se emplazan a una votación definitiva el 13 de abril. González saca un mejor resultado del esperado

Daniel Noboa y Luisa González en sus cierres de campaña, el pasado 6 de febrero.Foto: Dolores Ochoa / Vicente Gaibor | Vídeo: EPV

La primera vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador ha dejado un empate técnico entre los dos principales candidatos, aunque la izquierda lo ha interpretado como un triunfo porque su resultado ha sido inesperado. Se verán las caras el 13 de abril, en una votación que resultará definitiva. Con más del 91% escrutado, Daniel Noboa obtiene un 44,3% frente al 43,8% de Luisa González. El presidente había aparecido como favorito en las encuestas y su equipo de campaña instaló la idea de que lograría la mayoría absoluta y no habría necesidad de otra votación. La habrá, pese a que ha contado con los recursos estatales para publicitarse. Al conocer los resultados, González ha salido eufórica a hablar con sus seguidores en Quito. Noboa ha dejado plantados a los suyos. Su sede, con sillas vacías y vasos por el suelo, reflejaba su estado de ánimo.

Los ecuatorianos decidirán dentro de dos meses si desean continuar con un presidente millennial, de 37 años, que ha logrado infiltrar casi todos los poderes del Estado. El hijo de la primera fortuna del país. O se decantan por una representante de la izquierda que cuenta con la base social del expresidente Rafael Correa. González podría convertirse en la primera presidenta de la historia de Ecuador. Noboa empezó su mandato con una popularidad muy alta, por encima del 70%. Lideró una ofensiva militar contra la criminalidad que redujo los homicidios y permitió controlar las cárceles. Sin embargo, la estrategia comenzó a hacer aguas y las mafias han redoblado su desafío al Gobierno. Ha subido la pobreza y el desempleo, y los ecuatorianos han sufrido apagones de 16 horas durante cuatro meses. El fenómeno Noboa se resquebrajó.

La campaña que ha precedido la votación ha sido inusual. Noboa no es un gran orador y no se ha dejado ver mucho en público. Llenó un coliseo en su cierre de campaña y habló tres minutos. Este domingo ni siquiera se dejó ver. Su publicidad se ha centrado en Internet, que se ha inundado de banners con su rostro, y a través de la prensa en las obras que ha inaugurado. Ha buscado un resquicio legal para ser el primer candidato-presidente, algo vetado por ley. El poder judicial y electoral se han plegado a sus intereses. Solo la Corte Constitucional ha servido de dique de contención a sus deseos de controlar la institucionalidad ecuatoriana.

Millones de ecuatorianos acudieron a las urnas durante la primera vuelta de las elecciones presidenciales y legislativas realizada este domingo.David Diaz Arcos (REUTERS)
Daniel Noboa emitió su voto en Olón. El actual presidente, hijo de un empresario bananero, busca consolidar su apellido en la política. Carlos Durán Araújo (EFE)
Luisa González votó en una casilla instalada en Canuto. La candidata de la izquierda, apadrinada por el exmandatario Rafael Correa, busca convertirse en la primera presidenta de EcuadorJosé Jácome Ariel Ochoa (EFE)
Noboa y González ya se enfrentaron en una segunda vuelta en 2023, cuando se celebraron comicios anticipados por la muerte cruzada en la Asamblea ecuatoriana que decretó el anterior presidente, Guillermo Lasso.Gianna Benalcazar (EFE)
Mujeres esperan para votar este domingo, en una caseta en Olón. La inseguridad se ha convertido en un tema central de la campaña con enero siendo el mes con más homicidios de la historia de la nación.Carlos Durán Araújo (EFE)
Una votante en Tanicuchi, Cotopaxi. Los ciudadanos también eligieron a 151 asambleístas para renovar el Congreso y cinco parlamentarios andinos.David Diaz Arcos (REUTERS)
La vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, asiste a votar en Cuenca. En los últimos meses, Noboa recurrió a diversas estrategias para impedir que Abad lo reemplazara en la presidencia durante la campaña.Robert Puglla (EFE)
Una monja introduce su voto en un puesto electoral en la Escuela 10 de Agosto en Quito. Noboa ha ordenado cerrar las fronteras la víspera de los comicios y restringir el ingreso de extranjeros hasta el 10 de febrero.Gianna Benalcazar (EFE)
Soldados vigilan un puesto de votación en Olón. Desde la madrugada, contingentes de militares vigilan la frontera sur, con Perú, y la norte, con Colombia. Carlos Durán Araújo (EFE)
La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Diana Atamaint, ha señalado una participación del 83,4%, una cifra similar al porcentaje histórico de comicios anteriores.Henry Romero (REUTERS)

Resulta sorprendente la manera en la que un político sin experiencia ha logrado acumular un poder semejante en solo 14 meses, el tiempo que ha gobernado porque el anterior presidente, Guillermo Lasso, dejó su mandato a medias por un caso de corrupción. A su vicepresidenta, Verónica Abad, la apartó de toda responsabilidad, al punto de humillarla enviándola de forma forzosa a Israel. Abad llegó a temer por su vida. Noboa se juega el orgullo familiar en la siguiente votación. Su padre Álvaro, un magnate que hizo fortuna con la exportación de bananos, invirtió decenas de millones de dólares en cinco campañas presidenciales. Nunca lo consiguió. Daniel busca perpetuar el apellido.

González, por su parte, ha protagonizado una campaña alejada de polémicas y de confrontaciones directas con su rival. Muy religiosa, ha llegado a la izquierda por la fusión entre socialismo y catolicismo que hizo Correa. Su forma de ser no tiene nada que ver con la de él, un líder personalista a la manera de otros presidentes latinoamericanos que se creen continuaciones de Simón Bolívar. Esa imagen poderosa lo convirtió en un inspirador, pero también en alguien detestado. A menudo espídico, ahora ha permanecido comedido y en un segundo plano. La candidata no lo ha mencionado mucho para no movilizar a sus críticos. En un espacio público cada vez más agresivo, Luisa González ha dado muestras de cabalidad. Los detractores de ambos temen que aprovechen la presidencia para beneficiarlo a él judicialmente. Correa se encuentra autoexiliado en Bruselas y asegura que sus enemigos le persiguen con casos fabricados en su contra.

El presidente y candidato, Daniel Noboa, tras votar en un centro electoral de Quito, el domingo. Dolores Ochoa (AP)

González ha salido con los ojos brillosos a hablarle a sus seguidores, que le esperaban en un evento organizado en Quito. Vivía el momento más álgido de su carrera política. “No olvidemos contra qué nos enfrentamos: contra un candidato presidente, que usó el poder del Estado y sus bienes para hacer campaña electoral”, ha dicho en un tono exaltado. De paso, ha lanzado un guiño al candidato indígena, que ronda un 5% que podría ser vital en segunda vuelta: “Felicito a Leonidas Iza. Sacó una votación importante”. Su entusiasmo contrastó con el silencio de su oponente.

El que gane de los dos tendrá mucho trabajo por delante. Ecuador tiene una deuda pública de más de 5.000 millones de dólares, lo que ha puesto en peligro hasta la nómina de los funcionarios. Noboa ha conseguido, con astucia, subir el IVA y reducir el subsidio a la gasolina sin que se levantaran revueltas sociales. Sin embargo, se necesitan muchos más ajustes fiscales. Al mismo tiempo, el país vive una crisis de seguridad sin precedentes. Las pandillas locales y los carteles de la droga mexicanos se han infiltrado en las instituciones. Noboa los ha enfrentado con el ejército, pero hay regiones donde la violencia está desatada. Enero ha sido el mes con más asesinatos de la historia. Guayaquil es una ciudad sin ley en la que los ciudadanos son extorsionados y las mafias controlan barrios enteros en los que se guardan toneladas de cocaína que se envían al resto del mundo desde el puerto. Las autoridades conocen este fenómeno, pero no pueden pararlo.

La candidata presidencial del correísmo, Luisa González, tras conocer los resultados de la primera vuelta el domingo en Quito.Gianna Benalcazar (EFE)

Este domingo también se ha votado la configuración de la nueva Asamblea Nacional. Con un panorama político sin vencedor claro, el presidente o la presidenta que asuma el cargo dependerá en buena medida de los pactos que logre entablar. Con la mitad de las actas escrutadas, ADN, el partido de Noboa, obtiene el 45% de los asambleístas, un número mayor que con el que cuenta ahora. La Revolución Ciudadana de Luisa González se queda con un 38,45%. Eso quiere decir que, pase lo que pase en 63 días, deberán entenderse para no entorpecer la gobernabilidad de Ecuador. Uno lo hará desde el Palacio de Carondelet, la sede del Gobierno y a la vez residencia presidencial. El otro, desde la oposición. Los ecuatorianos decidirán el rol de cada uno.

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