Maduro coloca al fiscal general, Tarek William Saab, al frente de una reforma constitucional
El autoproclamado presidente de Venezuela, en plena tormenta por no haber respondido a las pruebas de su fraude electoral, asegura que servirá para “asentar la base de una nueva economía”, pero no ha explicado en qué consiste
El poder chavista descansa ahora mismo sobre un puñado de personas que pueden contarse con los dedos de una mano. Nicolás Maduro, en este momento crítico en el que se ha autoproclamado presidente de Venezuela ante el repudio de la comunidad internacional, solo quiere rodearse de los más fieles. El fiscal general, Tarek William Saab, es uno de ellos. Por eso lo ha colocado al frente de una reforma constitucional de la que venía hablando Maduro desde antes de las elecciones, pero quiere acelerar menos de una semana después de tomar posesión sin haber refutado las pruebas que demuestran que cometió un fraude en las elecciones presidenciales.
“Le he pedido al constituyente Tarek William Saab que sea el presidente de la Comisión Nacional por la Reforma Constitucional. Por su experiencia como jurisconsulto, como defensor de los derechos humanos, como Constituyente redactor de la Constitución, como miembro más joven de la Comisión Presidencial del Comandante Hugo Chávez en el año 98-99 para hacer la Constitución. Está calificado moralmente, éticamente, tiene los conocimientos y va a hacer una gran labor”, dijo Maduro en tono solemne, durante el mensaje anual a la nación llevado a cabo en el teatro Teresa Carreño. William Saab, el constituyente más joven con Hugo Chávez, según recordó el propio Maduro, es uno de los principales responsables de la detención de 2.000 críticos con el chavismo durante el periodo postelectoral. Más de 1.400 fueron liberados hace dos semanas.
Los alcances de estos cambios en la carta magna no están claros, pero el líder del chavismo ha dicho que buscará “ampliar la democracia, definir el perfil de la sociedad a construir y las bases de la nueva economía”. “Ya estamos en condiciones de hacerlo”, aseguró. A este grupo ha sumado a otros incondicionales como su esposa Cilia Flores, la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el abogado y constituyente Hernann Escarrá, antiguo opositor que desde hace más de una década se ha alineado al chavismo
En momento de máxima tensión, con Maduro deslegitimado y el ganador de las elecciones asegurando que volverá a Caracas y contando con el apoyo de Estados Unidos, el chavismo recurre a las reformas constitucionales. En 2007, con el país encendido en protestas estudiantiles, Hugo Chávez intentó una y fue su primera gran derrota electoral, que calificó para la narrativa oficial como “una victoria de mierda” de la oposición. Ahí buscaba instaurar el llamado Estado comunal y establecer la reelección indefinida para asegurarse la permanencia en el poder, una maniobra que ha socavado a fondo la democracia y que en otros países de la región han logrado contener con el contrapeso de la independencia de poderes.
Dos años después, a través de una enmienda a la Constitución, Chávez aprovechó un momento de desmovilización opositora por la campaña electoral para gobernadores y alcaldes, para lograr el objetivo de asegurar la repetición al infinito de los funcionarios en todos los cargos de elección popular. En ese tiempo, precisamente, Saab se estrenaba como gobernador y era uno de los partidarios de la reelección indefinida.
En 2017, Maduro también convocó a una Asamblea Nacional Constituyente que sesionó por dos años y medio, pero no reformó la Constitución. Se erigió como un contrapoder al Parlamento que un año antes había sido conquistado por la oposición, en su segunda victoria electoral contra el chavismo. En esa instancia Saab fue nombrado fiscal en reemplazo de Luisa Ortega Díaz, que entonces rompió con el chavismo y huyó del país luego de haber actuado por años por sus intereses, persiguiendo a opositores y manifestando y encarcelando a dirigentes como Leopoldo López, líder de Voluntad Popular en el exilio.