“Nos veremos muy pronto en Caracas”: Edmundo González insiste en su promesa de regresar

El dirigente opositor venezolano mantiene su intención de enfundarse la banda presidencial, aunque no ha avanzado cómo piensa cumplir sus planes

El líder opositor venezolano Edmundo González, acompañado por un grupo de expresidentes latinoamericanos, en Santo Domingo.ORLANDO BARRÍA (EFE)

El próximo paso de Edmundo González Urrutia es un misterio. “Nos veremos todos muy pronto en Caracas, en libertad”, ha reafirmado este jueves el líder opositor venezolano desde el Palacio Nacional de Santo Domingo, donde se reunió con el presidente dominicano, Luis Abinader, y un grupo de expresidentes latinoamericanos. República Dominicana era justamente la última parada anunciada de la gira americana que arrancó en este comienzo de 2025 en Argentina para reivindicar su triunfo en las elecciones presidenciales del 28 de julio, recabar apoyos internacionales y desafiar a Nicolás Maduro, atrinc...

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El próximo paso de Edmundo González Urrutia es un misterio. “Nos veremos todos muy pronto en Caracas, en libertad”, ha reafirmado este jueves el líder opositor venezolano desde el Palacio Nacional de Santo Domingo, donde se reunió con el presidente dominicano, Luis Abinader, y un grupo de expresidentes latinoamericanos. República Dominicana era justamente la última parada anunciada de la gira americana que arrancó en este comienzo de 2025 en Argentina para reivindicar su triunfo en las elecciones presidenciales del 28 de julio, recabar apoyos internacionales y desafiar a Nicolás Maduro, atrincherado en juramentarse este viernes como presidente de Venezuela para otros seis años, en contra de todas las evidencias que demuestran fue derrotado en las urnas.

González Urrutia, respaldado también por el 85% de las actas electorales que logró recolectar la oposición en condiciones muy adversas, ha insistido en la idea de que será él y no Maduro el que se cruce sobre el pecho la banda presidencial. Pero no ha dicho la manera en la que eso podría ser posible. Al opositor, en el exilio desde septiembre, lo recibieron como presidente electo de Venezuela a lo largo de la última semana los mandatarios Javier Milei en Argentina, Luis Lacalle Pou en Uruguay, Joe Biden en Estados Unidos, José Raúl Mulino en Panamá y Abinader en República Dominicana. También recibió el apoyo de un grupo de expresidentes conservadores que incluye al colombiano Andrés Pastrana, los mexicanos Vicente Fox y Felipe Calderón o la costarricense Laura Chinchilla, quienes se han mostrado dispuestos a acompañarlo en su prometido regreso a Caracas para su propia investidura, un plan del que nunca han trascendido los detalles.

Washington siempre ha sido el principal aliado de la causa opositora, y cuando Edmundo González anunció sus planes para regresar “por cualquier vía” a Venezuela, un portavoz de la Administración Biden aseguró que Estados Unidos podría colaborar en ese propósito, si así se lo pidiera. El propio mandatario demócrata, a días de dejar el poder, lo recibió el lunes en la Casa Blanca con el rótulo de “presidente electo”, pero el venezolano no llegó a reunirse con el nuevo presidente Donald Trump, que toma posesión el 20 de enero. El magnate republicano, sin embargo, exigió este jueves que se respete la integridad física y la seguridad tanto de González como de María Corina Machado, la inhabilitada líder opositora a la que relevó, a quienes calificó como “luchadores por la libertad”.

El misterio sigue sin develarse. “Hay una gran sorpresa que va a estremecer al continente”, dijo con una sonrisa confiada el canciller de Panamá, Javier Martínez Acha, en sus declaraciones durante la parada de González en el país centroamericano, que custodiará las famosas actas electorales en la bóveda de su Banco Nacional. “No me exijan que haga pública la estrategia”, respondió ante la insistencia de los periodistas. El tiempo se agota para este viernes, la fecha que todos tienen anotada en el calendario, pero la “gran sorpresa” podría hacerse esperar unos días más.

En la vecina Colombia, que comparte más de 2.200 kilómetros de porosa frontera con Venezuela, el Gobierno de Gustavo Petro no ha reconocido ganador en los comicios venezolanos, pero no piensa tampoco romper las relaciones diplomáticas que restableció al inicio de su mandato. El colombiano ha tratado de perfilarse sin éxito como un mediador entre el chavismo y la oposición. Eso en principio descarta que el país se preste para ser cabeza de playa de la causa opositora, como lo fue en el periodo de Iván Duque, que promovió un fallido “cerco diplomático” contra Maduro. Sin embargo, en Bogotá ha trascendido que representantes del Centro Democrático, el partido del expresidente Álvaro Uribe al que pertenece Duque, viajarán este fin de semana a la ciudad fronteriza de Cúcuta con el propósito de “acompañar” a Edmundo González, lo que ha desatado todo tipo de especulaciones. Por su estatus de asilado, Colombia no impediría el ingreso de González, más allá de desaconsejarle alguna acción temeraria, señalan altas fuentes diplomáticas.

El pulso psicológico nunca cesa en Venezuela. A la espera del desenlace, la gira ya le ha dado un nuevo impulso a la misión que Edmundo González comparte con María Corina Machado, que no es otra que conseguir una transición democrática, a pesar de que el chavismo mantiene el férreo control de todos los poderes del Estado. En un confuso episodio, la propia María Corina, como todos la conocen, acabó fugazmente detenida este jueves, en víspera de la fecha señalada para la juramentación, después de haber salido de la clandestinidad para sumarse en Caracas a las manifestaciones que convocó en Venezuela y otras ciudades del mundo.

Es una evidencia más de que el periplo diplomático del que un número creciente de países reconoce como presidente electo de Venezuela también ha puesto en máxima alerta al chavismo, que apoyado en las armas de los militares y policías ha exhibido toda su capacidad de intimidación con una ola de detenciones contra opositores, activistas y ciudadanos extranjeros que incluyó también al yerno de González, del que no se tienen noticias. Nada más conocerse que planeaba visitar varios países de la región, la policía venezolana ya había anunciado que ofrecía 100.000 dólares por su captura, después de que la Fiscalía reactivara una orden de detención en su contra por un rosario de delitos, lo que multiplica los riesgos de cualquier plan de regreso. El aislamiento total de Venezuela también está en juego.

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