Henrique Capriles renuncia a la dirección nacional de su partido, Primero Justicia

“La Junta Directiva Nacional no tiene un plan claro ni una propuesta política sólida que le abra caminos democráticos al país en medio de tantas turbulencias e incertidumbre”, dice el excandidato presidencial opositor

Henrique Capriles, exgobernador del Estado de Miranda, en Las Brisas, Miranda (Venezuela), en junio de 2021.Gaby Oraa (Bloomberg)

Henrique Capriles Radonski, ex candidato presidencial en 2012 y 2013, ha renunciado a la dirección nacional de su partido, Primero Justicia, y con ello, ha activado una tormenta interna en una de las principales organizaciones de la oposición venezolana. La decisión de renunciar, afirmó el dirigente en una carta envida al partido el 20 de septiembre y que subió este lunes a sus redes sociales, se expresa “en la pérdida de la visión conjunta, en la falta de unidad interna y conducción colegiada; en la existencia de diferencias irreconciliables entre gran parte de nosotros con un grupo interno de esta propia Junta Directiva; en la falta de transparencia, y la rendición de cuentas de sus administradores, que lo único que hacen es debilitar al partido”.

Entre los argumentos expuestos por Capriles hay diferencias de fondo de larga data y un malestar que ha tomado cuerpo entre figuras fundamentales del partido, en este momento presidido por María Beatriz Martínez. Aunque ha perdido arrastre como líder a nivel nacional, Capriles sigue siendo un dirigente escuchado y con arraigo dentro de su formación.

Los problemas dentro de Primero Justicia, un partido humanista cristiano de centro derecha, fundado en 2000 por Julio Borges, y que agrupa una pequeña tendencia socialdemócrata en sus filas, llevan ya un tiempo. Para algunos, fueron particularmente evidentes en los tiempos del extinto Gobierno interino, aquel encabezado por Juan Guaidó, en el cual tuvieron lugar políticas y posturas contrapuestas.

“Desde finales de 2021, el partido viene atravesando por una profunda crisis interna, que devino en una nueva estructura y en una nueva presidencia”, explica una fuente muy cercana a la organización “Hoy, lamentablemente, tenemos un partido profundamente intervenido por el régimen. El Gobierno sabe en tiempo real todo lo que se discute en el partido, y premia o castiga determinadas posturas a partir de la información que obtiene”, agrega la fuente.

El comportamiento de Eudoro González, dirigente nacional de Primero Justicia que participó en las negociaciones para facilitar la salida del país de Edmundo González Urrutia sin informar a la organización, parece haber saturado el nivel interno de tensiones y fue la gota que derramo el vaso. Lo hecho por Euduro González ha molestado a mucha gente, pero también tiene resueltos defensores.

Capriles acompaña el proceder de Eudoro González, y le defendió de la andanada de críticas que recibió por su intermediación en la Embajada de España para asegurar la salida del país de Edmundo González Urrutia. El líder opositor considera que con González se ha cometido un atropello. Eudoro González ha declarado que aguarda las sanciones internas del partido.

Además de la molestia ante la certeza de que importantes miembros del partido están trabajando como doble agentes, perforados por el chavismo para obrar políticamente en determinadas direcciones, existen diferencias importantes entre Capriles y Julio Borges en torno a temas concretos de la agenda del partido, como la pertinencia de las sanciones internacionales contra Venezuela.

Durante todo este tiempo, Capriles ha resentido la postura de Borges, presumiblemente por su poco compromiso con una salida electoral y su tendencia a comprometerse con estrategias políticas de máxima presión. También hay diferencias importantes sobre la posibilidad de admitir a Edmundo González como presidente electo, que Julio Borges acepta y Capriles objeta.

“La Junta Directiva Nacional no tiene un plan claro ni una propuesta política sólida que le abra caminos democráticos que le abra caminos al país en medio de tantas turbulencias e incertidumbre”, continúa Capriles, quién se comprometió a “seguir luchando en este país, junto a nuestra militancia y dirigencia de los estados, municipios y parroquias”.

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