La oposición venezolana busca reconstruirse tras el trauma de las candidaturas

Sectores cercanos a María Corina Machado acusan de traición a Manuel Rosales, que sí pudo inscribirse en la presidenciales. “Busquen a alguien que pase las trabas del Gobierno y yo le entrego la candidatura”, dice el candidato

Manuel Rosales se dirige a sus seguidores en un mitin este miércoles en Maracaibo.Isaac Urrutia (REUTERS)

En amplios sectores de la oposición venezolana se palpa un enorme descontento con la decisión unilateral de Manuel Rosales, el actual gobernador del Estado de Zulia y líder de Un Nuevo Tiempo. Rosales dio la sorpresa la noche del lunes al romper filas por cuenta propia y presentar su candidatura para las elecciones presidenciales del 28 de julio. El consenso opositor fraguado por María Corina Machado en torno a la académica Corina Yoris, su sustituta, se había desmorona...

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En amplios sectores de la oposición venezolana se palpa un enorme descontento con la decisión unilateral de Manuel Rosales, el actual gobernador del Estado de Zulia y líder de Un Nuevo Tiempo. Rosales dio la sorpresa la noche del lunes al romper filas por cuenta propia y presentar su candidatura para las elecciones presidenciales del 28 de julio. El consenso opositor fraguado por María Corina Machado en torno a la académica Corina Yoris, su sustituta, se había desmoronado. En el último minuto del plazo dado por el Consejo Nacional Electoral, el dirigente socialdemócrata Enrique Márquez también logró postularse.

Este episodio, que se ha repetido muchas veces en el pasado dentro de las distintas facciones del campo opositor, ha caído como una granada fragmentaria. Machado, en uno de sus discursos públicos de los últimos días, fue clara al respecto: “Son muchas las personas que sienten que se han burlado de ellos. Esto hay que asumirlo, no se puede minimizar lo que acaba de pasar. Las traiciones y las decepciones se convierten en aprendizaje para seguir”.

El Poder Electoral negó el acceso de la clave digital a Yoris -la candidata que la alianza democrática escogió para dar continuidad al liderazgo inhabilitado de Machado-, pero se la aceptó a Rosales, un dirigente de línea moderada que ha clamado por el fin de las sanciones internacionales y que, como gobernador del Estado de Zulia, tiene relaciones institucionales con el Palacio de Miraflores.

Rosales y sus seguidores defienden que ese camino era el único posible para permitir a las fuerzas democráticas seguir en la ruta electoral. En el entorno de Un Nuevo Tiempo consideran que en los últimos días se agotaron todas las opciones posibles para acatar el mandato de las primarias, en las que Machado arrasó el pasado mes de octubre.

El propio Rosales ha llegado a afirmar que estaría dispuesto a renunciar a su nominación. “Busquen un candidato que pase las trabas y los obstáculos que pone el Gobierno y yo le entrego la candidatura”, dijo en un mitin de su partido realizado en El Palacio de los Eventos, en Maracaibo, en lo que parece ser el primer acto de su candidatura. “Búsquenlo, pero no difamen, no hagan guerra sucia”, pidió.

El gobernador tiene el apoyo de algunos sectores minoritarios de la oposición, vinculados a la academia y al chavismo disidente, que tienen una enorme prevención con el liderazgo de Machado. Estas facciones, alejadas también de los postulados de Leopoldo López, insisten en la idea de participar en los eventos electorales del chavismo a cualquier costo y de alejarse de las protestas o la violencia callejera. Rosales también ha recibido el apoyo de Fuerza Vecinal, una organización que controla los municipios del este de Caracas, dominados por la oposición, pero criticada por algunos sectores por sus supuestos vínculos con el chavismo.

Tanto Rosales como Un Nuevo Tiempo y Fuerza Vecinal son miembros de la Plataforma Unitaria, y por lo tanto, se supone que están comprometidos con el cambio democrático y la restauración del espíritu de la Constitución Nacional. A Un Nuevo Tiempo pertenece también Omar Barboza, secretario ejecutivo de la Plataforma. Pero en un país acostumbrado a las desilusiones, la desconfianza aumenta cada día y se ve lo sucedido como una componenda de Rosales con Maduro para lavarle el rostro a la ya muy cuestionada cita electoral.

A diferencia de Yoris, es muy poco probable que Rosales, un político con sus propios objetivos y muy interesado en no perder sus relaciones con el Gobierno, se acople a los términos de María Corina Machado, el liderazgo sobre el que giran ahora las ansias de cambio.

Al final, entre tantas pugnas, el Consejo Nacional Electoral permitió a la Plataforma Unitaria presentar su candidatura y fue admitido como “solución temporal” el diplomático Edmundo González Urrutia, cercano a Vente Venezuela. Las posibilidades de cambiar el nombre de la tarjeta electoral están abiertas hasta diez días antes de la votación, por lo que en las próximas semanas la oposición debatirá cómo proceder.

A pesar de que no ha podido disimular su furia con lo sucedido, Machado ha pedido a sus seguidores “mucha serenidad y firmeza” y no ha querido alejarse del relato de la ruta electoral. Sus palabras marcarán las próximas decisiones y, gracias a su enorme arrastre popular, definirán el papel de la oposición en unas elecciones que, hasta ahora, el madurismo se niega a jugar.

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