Perú declara la emergencia sanitaria en 20 regiones tras 32 muertes por dengue
La epidemia registra más de 31.000 casos y las autoridades investigan si otros ocho fallecimientos están relacionados con la enfermedad
Desde los noventa, el virus del dengue es una amenaza latente para los peruanos. Pero como sucede con otras catástrofes, suele coger al Estado desprevenido, que actúa con el reloj en contra, cuando la situación ya se ha desbordado. Tras un 2023 alarmante, con 18 muertes y 12.264 contagios a causa del zancudo Aedes aegypti, los especialistas habían dado recomendaciones claras sobre qué hacer para impedir un daño similar en la salud pública. Entre ellas medidas de prevención, compra de medicinas, estrategias comunicacionales, mejora de infraestructura, capacitación de profesionales, y un mayor a...
Desde los noventa, el virus del dengue es una amenaza latente para los peruanos. Pero como sucede con otras catástrofes, suele coger al Estado desprevenido, que actúa con el reloj en contra, cuando la situación ya se ha desbordado. Tras un 2023 alarmante, con 18 muertes y 12.264 contagios a causa del zancudo Aedes aegypti, los especialistas habían dado recomendaciones claras sobre qué hacer para impedir un daño similar en la salud pública. Entre ellas medidas de prevención, compra de medicinas, estrategias comunicacionales, mejora de infraestructura, capacitación de profesionales, y un mayor acceso de la población al agua potable, pues como se sabe el zancudo deposita sus huevos en las aguas estancadas. Sin embargo, la respuesta de las autoridades nuevamente ha sido tardía.
El 5 de febrero, cuando los casos se habían disparado y se había reportado una decena de fallecidos, el ministro de Salud César Vásquez Sánchez negó que fuera una epidemia y consideró que todavía no era necesaria una declaratoria de emergencia. Tres semanas después, el Gobierno ha dado marcha atrás y ha aceptado la crisis, decretando el Estado de emergencia en 20 regiones por un plazo de 90 días. En apenas dos meses, el dengue ha matado a más peruanos que en todo el 2023: 32 decesos confirmados, a los que se sumarían otros ocho que se encuentran en investigación y, además, 31.364 contagiados. Según las estadísticas, si se toma en cuenta el mismo lapso de tiempo, el aumento respecto al 2023 es del 97%.
“No es todavía una situación de epidemia en Lima, pero no podemos esperar a que llegue una situación insostenible. Por eso es que en vez de declarar en emergencia a las cinco regiones donde hay más casos, hemos decidido ir a las 20 que están en riesgo inminente y donde el contagio puede crecer”, justificó el ministro Vásquez, ahora sí asumiendo el compromiso de la prevención. Hasta la séptima semana, de acuerdo al Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades, las regiones donde más se ha esparcido el virus son: La Libertad (4.207), Piura (4.155), Ica (3.313), Áncash (2.462), San Martín (1.633) y Lima (1.495).
Lo preocupante es cuando se compara con la prevalencia de años anteriores en el mismo lapso de tiempo: por ejemplo, la región costeña de la Libertad apenas registró catorce casos a estas alturas del 2023. Áncash presentaba tan solo tres contagiados y Lima, veintidós. Los pronósticos no son nada alentadores. Y el propio Ministro de Salud no ha podido ocultarlo: “Marzo y abril va a ser mucho más fuerte”, dijo escuetamente acerca del crecimiento de la curva de contagios.
A las carencias sanitarias se le suma el contexto: las condiciones climatológicas, el horno en que se han convertido las ciudades y las lluvias intensas a causa del Fenómeno El Niño. Al incrementarse la temperatura, el regimiento de zancudos adultos se expande por una razón: su desarrollo, que antes tardaba una semana, ahora es exprés: demora tres días en promedio. Es preciso recalcar que existen regiones, donde el agua potable es escasa, y acostumbran emplear baldes y otros reservorios que de no contar con los cuidados necesarios acaban convirtiéndose en un foco de dengue. Según la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), 3.3 millones de peruanos aún no cuentan con una red pública de agua potable y 6.4 millones no tienen conexiones de alcantarillado.
Para el infectólogo Juan Carlos Celis, lo más importante es asegurar la atención hospitalaria más que la fumigación. “Todo está escrito. El problema es la fuerza y velocidad con que se hace. Ya es tarde para las campañas de fumigaciones. Lo que se necesita son Unidades de dengue pero completas: 12 camas, 5 médicos, 5 enfermeros y 10 técnicos. Todos entrenados. Para treinta hospitalizados, mínimo dos equipos completos. Lamentablemente, la historia se repite”, señala.
Actualmente circulan tres de los cuatro serotipos de dengue conocidos en el Perú: DENV-1, DENV-2 y DENV-3. Como se sabe, los síntomas más frecuentes del dengue son las fiebres altas, los dolores musculares, sarpullido, deshidratación y dolores de cabeza. De no tratarse oportunamente, el cuadro clínico puede complicarse, y comprometer órganos vitales. Además de desencadenarse afectaciones al sistema nervioso, así como al sistema sanguíneo (una disminución significativa de plaquetas).
Según la Organización Panamericana de la Salud, hasta la sexta semana del 2024, el Perú registró la letalidad más alta en América del Sur y la tercera en todo el continente: 0.1167, apenas por debajo de Panamá (0.1916) y Honduras (0.1411). Por estos días, con el partido en contra, el Ministerio de Salud pretende enderezar la curva con capacitaciones y charlas de cómo identificar y erradicar los criaderos de zancudos.
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