República Dominicana rechaza una incursión de hombres armados desde Haití y llama al país vecino a poner orden en su territorio
El canciller Roberto Álvarez denuncia una “violación flagrante” de la demarcación fronteriza mientras se eleva la tensión entre Santo Domingo y Puerto Príncipe
El Gobierno de República Dominicana manifestó el jueves su rotundo rechazo a la incursión de un grupo de hombres, algunos de ellos armados, que el martes elevó la tensión en la frontera con Haití. El ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Álvarez, llamó a las autoridades del país vecino a “asumir el control del orden” y aseguró que “los eventos en cuestión fueron iniciados por ciudadanos haitianos que irrumpieron en ter...
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El Gobierno de República Dominicana manifestó el jueves su rotundo rechazo a la incursión de un grupo de hombres, algunos de ellos armados, que el martes elevó la tensión en la frontera con Haití. El ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Álvarez, llamó a las autoridades del país vecino a “asumir el control del orden” y aseguró que “los eventos en cuestión fueron iniciados por ciudadanos haitianos que irrumpieron en territorio dominicano excavando una zanja con el propósito de impedir las labores de las patrullas fronterizas”. “Mientras llevaban a cabo esa acción arriaron y se apropiaron de una bandera dominicana que demarcaba nuestro suelo patrio”, agregó en una comparecencia en la que exhibió fotografías y grabaciones para documentar los incidentes, ocurridos en el área del canal que construye Haití en el río Masacre-Dajabón y que República Dominicana ha denunciado como un trasvase ilegal.
La obra, iniciada en 2021, se reanudó el pasado septiembre y agravó la crisis entre los dos países, que comparten la isla La Española y están separados por 376 kilómetros de linde. El Ejecutivo de Luis Abinader respondió entonces con el cierre de la frontera, pero la situación ha degenerado ahora con la que el canciller calificó de “violación flagrante al territorio dominicano”. Álvarez informó de que el grupo de haitianos actuó, además, con “el apoyo de personas portando armas de fuego, de incierta filiación institucional”, ya que aún no se sabe si pertenecen a algún cuerpo oficial.
Tras lo sucedido, el ministro de Exteriores habló con su homólogo, Jean Victor Geneus. Este reconoció que la incursión era “inaceptable” y envió a una brigada que dispersó a los presentes. No obstante, el miércoles se produjo un episodio similar y “otro grupo intentó destruir la pirámide número 13″, una de las 311 señales de demarcación fronteriza. Pero lo que más ha tensado la cuerda ha sido un comunicado de la Cancillería haitiana que, valiéndose del testimonio de “observadores” sin identificar, acusa al Ejército dominicano de supuestas violaciones territoriales.
La contestación de República Dominicana es terminante: “La gravedad de estos hechos está muy bien documentada, no por supuestos ‘observadores’ mencionados en el comunicado haitiano, sino por grabaciones videográficas que se difundieron ampliamente el mismo día. En ellas se muestra a los militares dominicanos intentando convencer pacíficamente a los violadores [del territorio] de su error”. “En ese comunicado”, prosigue la nota leída por Álvarez, “se muestra una tendencia manipuladora que intenta presentar a los dominicanos como los provocadores”.
Haití es un país sumido en una emergencia humanitaria permanente y fuera de control desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse, en julio de 2021. El Estado está al borde del colapso y la población vive bajo el yugo del crimen organizado. En este contexto, las autoridades de Puerto Príncipe suelen atribuir estos episodios a sectores incontrolados. Sin embargo, el Gobierno de Abinader, que reiteró su voluntad de diálogo, se pregunta ahora “si realmente existe la voluntad de remediar el conflicto de la parte haitiana”.
Roberto Álvarez, quien habló también con el primer ministro Ariel Henry, hizo “un enérgico llamado a las autoridades haitianas para que asuman el control del orden en su territorio y eviten nuevas situaciones que sigan agravando la ya delicada situación” y solicitó “una ratificación pública informando que no cuestionan en ninguna medida la actual delimitación basada en los acuerdos de 1929, 1935 y 1936″.
La frontera marca las relaciones entre los dos países desde hace décadas. A finales de octubre República Dominicana inauguró el primer tramo de la verja perimetral que está construyendo para frenar el flujo migratorio y las actividades ilegales. El ministro de Exteriores enfatizó precisamente durante un discurso ante la Cámara Americana de Comercio que “este debe ser un momento de inflexión”. “La porosidad de la frontera que facilita el delito impune exige un cambio radical. Es imperativo construir un nuevo orden fronterizo: democrático, justo e institucional. Esto implica romper con los nocivos intereses particulares a ambos lados de la frontera que se benefician del contrabando ilegal de mercancías, el tráfico de drogas, armas y migrantes, la trata de personas y otros delitos”, afirmó. “No podemos responder a este momento desde la frustración. Debemos realizar los sacrificios necesarios para tener una relación institucional, justa y transparente con Haití”.
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