Petro en Medellín: empuje “en segunda”

Si Gustavo Petro insiste en impulsar al alcalde Daniel Quintero tendrá que “arrancar empujado”

El alcalde de la ciudad de Medellín, Daniel Quintero Calle, durante una entrevista el 12 de mayo de 2022.Luis Eduardo Noriega A. (EFE)

El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, retomó sus funciones después de que la Procuraduría General de la Nación (PGN) levantara la medida de suspensión en su contra por participar en política a favor del Pacto Histórico. ...

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El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, retomó sus funciones después de que la Procuraduría General de la Nación (PGN) levantara la medida de suspensión en su contra por participar en política a favor del Pacto Histórico. Su retorno se dio tras la elección del nuevo presidente, Gustavo Petro, quien obtuvo en la segunda vuelta 942.005 votos en Antioquia y 372.356 en Medellín.

En su discurso triunfal, y sin temor de vulnerar la separación de poderes, el presidente electo solicitó al órgano de control la “restitución en sus puestos de los alcaldes de elección popular”. La alusión al alcalde de Medellín fue evidente ―el exmagistrado de la Corte Constitucional José Gregorio Hernández, explica que la suspensión fue “adoptada sin observar la Convención Americana de Derechos Humanos, ni la jurisprudencia de la Corte Interamericana; sin oír al investigado y sin darle derecho a la defensa”―.

La ciudadanía en Medellín se pregunta si Petro insistirá en su apoyo al alcalde restituido; no solo porque su proceso continúa, también porque en diversos despachos cursan trámites judiciales en su contra, como los emprendidos por el exgerente de EPM, Álvaro Rendón, la veeduría Todos por Medellín, el Comité Revocatorio y el diputado Luis Peláez.

La deuda de Petro

Aunque en la segunda vuelta presidencial los registros electorales de Petro en Antioquia superaron los de la primera, Rodolfo Hernández casi los dobló con 1′822.700 votos. Lo mismo ocurrió en Medellín, donde el candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción obtuvo 684.161 apoyos.

Gustavo Petro debería cuestionarse si valió la pena “jugársela” con su apoyo a Quintero y a la ficha de su Movimiento Independientes, hoy senador electo por el Pacto Histórico, Álex Flórez (señalado por violencia de género, entre otros cuestionamientos).

¿Quién responde por los resultados electorales del PH en Antioquia?

La Representante a la Cámara por Antioquia, Luz María Múnera, sospecha que Quintero e Independientes “van a intentar cobrar lo que pasó y creo que no les corresponde”. Asegura que este es el producto del trabajo de muchos sectores, como los liberales y la izquierda democrática.

El proceso social está fortalecido en las calles y en las urnas, dice Luis Peláez, diputado de Dignidad. Comenta que Independientes “más que construir proceso colectivo, querían imponer su protagonismo por tener el poder de la Alcaldía, muchos ni se conciben de izquierda”; y coincide con Múnera: “Independientes intentará apoderarse de muchas de las luchas de la izquierda antioqueña y sus votos”.

Adolfo Maya, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Eafit, augura que Petro hará una “demarcación estratégica, no pública” del alcalde: “Si bien Quintero fue un alfil electoral para que Petro fuese presidente, lo hace bajo una premisa, que también es un sofisma, y es que Quintero encarna la narrativa social de descontento económico; que puede asumir las banderas de la crítica al modelo de desarrollo en Antioquia”.

Para Maya es clave entender que “el electorado paisa es de una profunda matriz feudal conservadora: la base social de apoyo, del prestigio y la popularidad del expresidente Álvaro Uribe Vélez” y el alcalde no es muy diferente: “Quintero es igualmente un feudal conservador en términos políticos, no en términos macroeconómicos. Ha construido su proyecto en contravía de los símbolos antioqueños, pero manteniendo la idea feudal del poder, lo está construyendo como un terrateniente metropolitano del poder, con base en alianzas que tiene hoy”. Exalta la contradicción: “Quintero quiere arrebatar, hacer un raponazo a la historia del dolor de la tragedia. Quiere tirarse al agua sin mojarse, cuando asume como su propia bandera la reivindicación de los más necesitados, la enunciación a nombre de la democracia, la libertad, la paz, la inclusión”.

El académico observa en Quintero un comportamiento como de “alcalde del Área Metropolitana” (con diez municipios), por sus alianzas con “líderes de dudosa procedencia de Itagüí, La Estrella y Bello, como los Suárez, Julián Bedoya, Juan Diego Echavarría”.

Proteger un corrupto

Carlos Mario Gallego, líder de opinión con sus caricaturas (“Mico”) y los personajes “Tola y Maruja” votó por Daniel Quintero y lo impulsó públicamente: “Debido a ese apoyo, me invitaron VIP a la posesión. Allí me sorprendí al encontrar varios políticos tradicionales, entre ellos a un dirigente uribista. Cuando anunció su gabinete, uno de los cargos más poderosos era para el hijo de ese uribista: ¡ahí me empecé a preocupar!”.

Cuando Petro aceptó aliarse con Quintero, Gallego pensó que sería una “jugada arriesgada” puesto que significaba cambiar los votos de opinión de Medellín por los de maquinaria. En su columna dominical de El Espectador, “Tola y Maruja” le pidieron al candidato del PH que “para arañar otros votos en Medellín en segunda vuelta se desmarcara públicamente de Quintero”.

“Después vino la chambonada del nombramiento del gerente de EPM, un espectáculo tan bochornoso que daba para revocatoria. Y me remató con la entrega de la Biblioteca Pública Piloto a la belleza de Julián Bedoya [senador liberal investigado por la Corte Suprema de Justicia por falsedad en documento privado, falsedad en documento público y fraude procesal.]”, lamenta el caricaturista.

Para el diputado Peláez es muy revelador que Quintero aplaudiera el triunfo de Petro “en un club social”, mientras “muchos del proceso colectivo celebraban en sus casas, lugares de habitual reunión, y en el Parque de la Resistencia”. Compara a los hermanos Daniel y Miguel Quintero con los Moreno en Bogotá: “Lo aseguro porque he visto esa posible corrupción en tantas denuncias que me llegan y que he trasladado a las autoridades. Sus negocios saldrán a la luz”.

Rubén Fernández, subdirector del Centro de Fe y Culturas (organización de la sociedad civil), puntualiza tres contradicciones entre el alcalde y el presidente electo: 1) “el estilo pendenciero de Quintero va en contravía de un presidente que tiene como tarea urgente, concertar y construir los acuerdos políticos y sociales”; 2) “las prácticas de la gestión de gobierno que son abiertamente opuestas a lo pregonado en los textos oficiales del PH; por ejemplo, la vinculación masiva del entorno familiar del Alcalde en la institucionalidad pública municipal, y el incremento notable de la contratación directa”; y 3) “la actuación de Quintero en el borde de la ley y a veces al margen de ella: Es el peligro de la soberbia convertida en guía de actuación, al creerse un sujeto por encima de la ley. Un Petro que se esforzó durante su campaña por afirmar que estará siempre dentro de los marcos de la Constitución y la Ley, mal hace en respaldar a un mandatario local que actúa en la dirección contraria”.

Para Piedad Patricia Restrepo, de la Asociación Todos por Medellín, “Quintero ha demostrado ser un pésimo alcalde, no solo desde las formas de gobernar sino también desde el fondo”. La veedora ciudadana entiende la impopularidad del alcalde a partir de su narrativa según la cual “una gran parte del empresariado de la región es corrupto, y los gobernantes precedentes en los últimos veinte años también”; así mismo señala que presenta “graves indicios de corrupción en el manejode los recursos” y su forma de gobernar autoritaria se basa en “narrativas excluyentes, mentirosas y manipuladoras”.

El profesor Maya considera que si Petro quiere enviar un mensaje honesto de unión y reconciliación “deberá tomar en cuenta lo que realmente pasa en Medellín, escuchar la voz ciudadana y su descontento con un gobierno que divide”.

“Me parece innecesario que Petro se desmarque. Que simplemente espere a que los organismos de control actúen y la revocatoria siga”, opina Gallego.

En Antioquia, el presidente electo deberá decidir entre la protección de su proyecto colectivo o permanecer aliado con el líder de Independientes: entre expandir o limitar posibilidades a la izquierda en Antioquia, usurpada por el alcalde.

Pero los retos superan la simpatía Petro-Quintero, así lo reflexiona Rubén Fernández: “La dirigencia regional debería entrar en un período de honda reflexión y autocrítica, para entender que Colombia es hoy un país que votó mayoritariamente para que hubiera cambios importantes, contrario a la votación mayoritaria de la ciudad. Una región antioqueña distante o en disputa con el nivel central, no es algo que convenga a nadie”.

¿Petro mejoró su votación en Medellín gracias a Daniel Quintero… o a pesar de él?

Mientras el país espera transformaciones, la capital antioqueña permanece inmersa en una pesadilla administrativa. Si insiste en impulsar al alcalde de Medellín; con el “cambio en segunda”, Gustavo Petro tendrá que “arrancar empujado”.

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