Francia Márquez: “Nos tocará aceptar el resultado que salga, así no nos guste”
La candidata a la vicepresidencia de Colombia teme, como Gustavo Petro, que haya fraude el domingo, pero rebaja la tensión: “No vamos a llevar a este pueblo a un estallido social insostenible”
Francia Márquez está a dos días de saber si será la primera vicepresidente afrocolombiana de Colombia. “Tengo mucha ansiedad, cosquillas en el estómago”, cuenta a EL PAÍS en una casa al sur de Cali, una ciudad al suroccidente de Colombia que votó mayoritariamente por ella y por el candidato a la Presidencia Gustavo Petro en la primera vuelta. Márquez ha sido el gran fenómeno electoral en esta campaña después de obtener la tercera mayor votación en las p...
Francia Márquez está a dos días de saber si será la primera vicepresidente afrocolombiana de Colombia. “Tengo mucha ansiedad, cosquillas en el estómago”, cuenta a EL PAÍS en una casa al sur de Cali, una ciudad al suroccidente de Colombia que votó mayoritariamente por ella y por el candidato a la Presidencia Gustavo Petro en la primera vuelta. Márquez ha sido el gran fenómeno electoral en esta campaña después de obtener la tercera mayor votación en las primarias de marzo, por encima de políticos tradicionales. Ahora está cerca de alcanzar el poder en un país liderado históricamente por las élites, donde nunca ha gobernado una mujer como ella: madre soltera, negra, feminista, ambientalista y activista de un municipio minero muy pobre en el Pacífico colombiano.
Márquez (Suárez, Cauca, de 40 años) vive rodeada de asesores de campaña y guardias de seguridad. Antes de llegar al lugar de la entrevista, todos llegan a vigilar el lugar en varias camionetas de la policía. Ella, que fue desplazada de su pueblo hace unos años por el conflicto armado y es víctima de amenazas, ha arriesgado su vida para llegar a este momento.
Pregunta. Si gana el domingo, usted y Petro han dicho que sería también Ministra de Igualdad ¿Cuál sería su primera propuesta?
Respuesta. Para mí lo más doloroso, y lo digo como mamá, es saber que nuestros hijos se mueren de hambre. No imagino el dolor de las mamás cuando hacen lo que sea porque sus hijos se acuesten alimentados. Eso hacemos las mujeres de Colombia, que en su mayoría son mamás cabezas de familia. Nuestra primera acción tendrá que ser un plan de emergencia frente al hambre que atienda a esos niños que están agonizando. Por supuesto, recuperar la seguridad alimentaria toma más tiempo, es recuperar la producción en el campo, y eso significará mejoramiento de vías, sistemas de riego, conectividad, que la gente tenga las condiciones para producir. Hay que atender ya ese tema y eso es un plan de emergencia para que, en los primeros 100 días, luchemos para que ningún niño más muera de hambre en este país.
P. ¿Qué le diría a quienes la critican por no tener ninguna experiencia de gobierno?
R. Eso es cierto, no tengo esa experiencia en el ejercicio de la administración pública. Pero tengo una experiencia de vida, de cuidar la vida. Tengo la experiencia de luchar por los derechos de los más pobres de este país, por el cuidado del medio ambiente. De contribuir a la construcción de la paz en medio de un territorio que ha tenido que padecer la guerra. Ojalá quienes nos han gobernado se atrevieran a vivir un día en el pueblo donde yo he vivido, en medio de la guerra, en medio de la violencia. Yo sé lo que es la guerra. Yo sé lo que es la violencia. Y esa es una experiencia que, por supuesto, se coloca al servicio de un país. Ojalá los otros hubieran tenido esa experiencia, seguramente no estarían robando plata si tuvieran la experiencia de lo que significa, en medio de la nada, generar condiciones para sobrevivir. Y los que dicen que tienen la experiencia, los que han ido a Harvard, ¿de qué ha servido su experiencia en el Gobierno? ¿Por qué estamos aguantando hambre? ¿Por qué no hemos logrado como sociedad vivir en paz?
P. ¿Le sorprendió como se ha manifestado el racismo en esta campaña electoral?
R. No, nunca me ha sorprendido. Seguramente sorprendió a mucha gente que negaba la existencia del racismo. A mí no, siempre lo he vivido, vengo de una comunidad racializada. Y la forma en que la gente ha ocultado el racismo es decir ‘no existe’. Nunca una persona que no sabe lo que es el racismo, que no lo ha vivido, puede decir que no existe. Y bueno, yo celebro que esto se haya colocado así, tan evidente. Mucha gente antes decía ‘es que ustedes son muy acomplejados’, o ‘es que ustedes todo el tiempo están hablando de racismo’. Ahora se dan cuenta de que existe, y lo reconocen, entonces es importante porque hay un avance en el reconocimiento, que es el primer punto para poder transformar las violencias.
P. Usted es feminista y Gustavo Petro, en cambio, ha sido acusado a veces de tomar posiciones machistas
R. El machismo no es cuestión de una persona, aunque es importante que esa persona haga su esfuerzo por transformarlo. No es suficiente decir ‘yo no soy machista’ o ‘yo no soy racista’, sino que hay que ser antiracista, hay que ser antipatriarcal. Eso implica acciones sobre cómo comportarse y, por lo menos, en lo que llevo con Gustavo, he visto como él hace su mayor esfuerzo por no tener ese tipo de prácticas. Por ejemplo, en estos días nos iban a hacer una foto y me sorprendió que Gustavo dijera ‘no, esa foto se ve muy colonial y muy machista’. Era una foto en la que él estaba sentado y nosotras, su esposa y sus hijas, paradas. Yo creo que cuando la gente reflexiona eso es porque está dispuesto a transformar. Todos nacimos en una sociedad machista, patriarcal, clasista y racista. Hacernos conscientes de ello es poder ir transformando.
P. Usted no aparece en ninguno de los videos que filtró la prensa sobre la campaña de Petro. ¿Qué opina de lo que ocurría allí?
R. Primero, no vi en ninguno de esos videos que mi fórmula presidencial expresara algo que fuera indebido o incorrecto. Segundo, sí había unas personas que son de la política tradicional con las que yo misma he tenido discusiones muy fuertes, como con [el senador] Roy Barreras. Nosotros dos no hemos tenido buena empatía en esta campaña, por razones obvias. Pero de eso se trata, él está aquí y estamos construyendo juntos, y enfrentando lo que hay que enfrentar. Y pues todas las campañas hacen eso. La razón por la que no estoy ahí es porque mi campaña es diferente, y lo he hecho diferente, y me he esforzado porque tenga una coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos.
P. ¿Cómo es la interacción entre las dos campañas entonces?
R. Acordamos estrategias de qué hace el uno y qué hace el otro, tenemos un espacio donde nos encontramos cada semana para evaluar lo que hacemos, para revisarnos y para ver cómo seguimos hacia adelante. Yo tengo que decir que puedo mirar a Colombia de frente con honestidad, y decir que yo no le he faltado a mi país en esta campaña, y creo que Gustavo Petro tampoco. Hemos hecho un proceso en coherencia.
Otra cosa es la gente que hace parte de ese proceso también, y con esa diversidad uno tiene que construir. Una persona que ha estado 20 años en política haciendo lo mismo, es muy difícil que le cambie el chip. Yo vi lo de Roy Barreras, que decía ‘hay que quemarlos’. No es que hay que prenderles fuego. La gente habla en ese lenguaje y deconstruir eso es parte de lo que hemos ido intentando hacer. Pero es muy difícil que una persona como él vaya a cambiar su lenguaje.
P. Hay temor de que Gustavo Petro no acepte los resultados del domingo si pierde. ¿Cuál es su posición al respecto?
R. Yo he hecho el llamado a toda Colombia a que transitemos estas elecciones en paz. Este país no necesita más violencia, no necesita más sufrimiento. Gustavo Petro ha hecho un llamado al pueblo colombiano, que es decir: participamos, y sabemos que no tenemos todas las garantías, porque el software que debía auditarse no se auditó. Y sabemos que es una herramienta de corrupción, y sabemos que muchos se han elegido allá en la Registraduría. Tenemos preocupaciones de que nos hagan fraude. Tristemente, eso no lo podemos cambiar, y nos tocará aceptar el resultado que salga así no nos guste. Nos toca aceptarlo, con o sin garantías, porque no vamos a llevar a que, por este proceso electoral, nuestro pueblo termine matándose entre sí. No vamos a llevar a este pueblo a un estallido social insostenible que después todos tengamos que lamentar.
P. Ha hecho su trabajo siempre con movimientos sociales y decidió cambiarse a la política electoral. ¿Valió la pena?
R. Sí, por eso estoy aquí, tal vez a dos días de ser la vicepresidenta de Colombia. Tomé esta decisión porque sentía que no tenía esperanza. Sentía mucha impotencia de ver que los asesinatos de líderes sociales no paraban, los asesinatos de jóvenes en nuestros territorios, de vivir todos los días recibiendo amenazas de actores armados. Todo eso queda en impunidad. Es muy importante nuestra lucha social y no la estoy deslegitimado, creo que hay que seguir. Cuando uno firma un acuerdo con un funcionario público, se va contento, pero no nos saca de estas condiciones. Y eso me hizo decir: ‘bueno, es muy importante sostener eso, pero si acá no hay gente que tiene voluntad política para hacer que estas demandas puedan avanzar, entonces no estamos haciendo nada’.
P. ¿No ha sido a un costo demasiado alto? Ha vivido buena parte de esta carrera bajo amenazas.
R. Es muy agobiante. Yo sé que mis hijos no pueden andar en libertad y tranquilos en este país. Si yo sé que yo misma no puedo andar ya nunca más tranquila en este país, ¿qué más me espera si no es luchar? ¿Qué más le espera a los líderes sociales de este país que los asesinan todos los días y esas muertes quedan en la impunidad? ¿Qué más tendríamos que perder? Para mí no es fácil, ha sido incómodo. El domingo de las elecciones [de mayo], cuando fui a votar, me dolió mucho. Tuve alegría de ir a mi pueblo a votar, pero cuando la gente se me vino a arrimar, todos estos militares y policías estaban ahí haciéndolos a un lado, en mi comunidad, con mi gente. Es triste que uno tenga que venir a este mundo para defenderse. Ya nos tocó a nosotros vivir más de la mitad de la vida defendiéndonos, queremos que otros vivan sabroso, que otros tengan la posibilidad de vivir la vida en su plenitud, en armonía, en paz, en tranquilidad, sin miedo. Eso es lo que estamos haciendo aquí.
P. ¿Por qué cree que le fue tan bien a Rodolfo Hernández presentándose como un cambio?
R. Él se mostró como un cambio y supo hacer una estrategia en redes sociales que le llegó a la juventud. Y los medios de comunicación se han encargado de mostrar a Petro como el malo, el que va a destruir a Colombia, el que va a volver a Colombia como Venezuela. Todo eso hizo que una gente dijera ‘ni derecha, ni izquierda’. El uribismo a última hora se dio cuenta de que su candidato no iba a pasar, y se pasaron a Rodolfo Hernández, ahí están ahora. Espero que este país se dé cuenta y no tome una decisión equivocada. ¿Hoy quién da un peso por Iván Duque? Nadie, yo he visto a muchos que lo apoyaron diciendo que fue un fracaso. Estoy segura de que Rodolfo Hernández sería peor que Duque.
P. Si pierde este domingo, ¿cuál es el plan?
R. No quiero pensar en eso de perder porque tengo toda mi energía en que vamos a ganar. Creo que si perdemos este país va a estar mucho peor, porque Rodolfo Hernández no es la persona adecuada para gobernar. Y no es porque estemos compitiendo, es porque él no tiene las capacidades para hacerlo. Una persona que le dice al otro que le va a dar plomo, ¿cuál es el mensaje que le manda la sociedad? O una persona que, después de toda la lucha que hemos hecho las mujeres, dice ‘váyase para la cocina’. La vida no termina aquí, yo sé que este camino político no es el fin, es el medio. El fin es que en Colombia se viva en paz.
P. ¿Aún quiere ser presidente de Colombia?
R. No sé. Por lo menos por ahora me interesa ser vicepresidente, y servirle a mi país.
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