Chocados por una tractomula robada, saqueados en el rescate: un padre y un hijo sufren en una insólita madrugada en Bogotá

Las autoridades investigan el hurto de un vehículo de carga que por poco termina en tragedia luego de que el ladrón chocara a una familia al intentar escapar. La víctima del choque denuncia que quienes lo auxiliaron le quitaron sus pertenencias

Incidente vial en Bogotá, Colombia. Policía Metropolitana de Bogotá

Pasada la medianoche del 18 de diciembre, en Bogotá iniciaron una cadena de hechos que se salieron de todas las posibilidades de lo insólito. Una banda de ladrones interceptó en el municipio de Soacha, que colinda con la capital de Colombia, una enorme tractomula que venía del puerto de Buenaventura, sobre el Océano Pacífico, con una carga de envases de spray para fiestas. Los delincuentes amenazaron al conductor, lo golpearon y lo abandonaron en otro punto del municipio. Uno de los integrantes de la banda se puso al volante del vehículo y huyó a toda velocidad hacia el norte, buscando atravesar la gran mancha urbana de Bogotá. Las autoridades, alertadas por los vecinos, iniciaron una persecución que, unos 15 kilómetros más adelante, por poco termina en tragedia.

El ladrón, de 21 años, tomó la avenida Boyacá, uno de los principales corredores viales de la ciudad. La policía, cuenta uno de sus miembros, el oficial de guarnición Diego Villar, desplegó un operativo con el que logró encontrarla y perseguirla. Entonces se desató el caos. Hacia las 2.20 de la madrugada, según muestran videos de cámaras de seguridad ubicadas a pocos metros del cruce de la avenida Boyacá con la avenida La Esperanza, el delincuente intentó cruzar el separador para huir en contravía. Pero perdió el control de la tractomula y se llevó por delante a un pequeño carro blanco.

El enorme vehículo, de cabezote morado y container rojo, terminó volcado. Debajo, totalmente destrozado, quedó el Logan en el que iban un hombre y su hijo de tres años. Un testigo relató a Noticias Caracol que los primeros auxilios los brindaron los pocos ciudadanos que a esa hora transitaban por ese punto del occidente de la ciudad. “El ladrón salió por la puerta de la derecha con las manos arriba, varios policías lo rodearon rápido. Después, fuimos a verificar el carro y en la parte de atrás estaba el niño. Rompimos la ventana y el niño estaba en el piso, pero estaba consciente”, relató el hombre. Dos mujeres, que eran hermanas, cargaron en brazos al pequeño, que estaba ileso, y lo cuidaron hasta que llegaron una ambulancia y los bomberos. “En eso, pueden llegar personas a robar. Por eso le dije a mi hermana ‘No suelte al niño para nada”, dijo a Noticias Caracol Lizeth Jiménez, una de ellas, que tuvo una suerte de premonición del desenlace de la historia.

Mientras las hermanas Jiménez protegían al menor, los bomberos maniobraron para tratar de sacar al padre. Tras más de una hora, lo consiguieron. Tenía varias fracturas. Entonces, trasladaron a padre e hijo a la cercana Clínica Colombia. Pero en ese trayecto, al parecer, hubo otro robo. Jeimmy Paola Peña, esposa y madre de las víctimas, ha denunciado la desaparición de dos millones de pesos (más de 450 dólares) que llevaba el padre en la billetera y de una cadena de oro que el pequeño tenía en el cuello. “Cuando los paramédicos lo ayudaron, le abrieron la ropa y él tenía un dinero en su billetera. El paramédico se lo sacó y le dijo que luego se lo entregaba”, ha asegurado la mujer.

Eran las 4.07 de la mañana cuando en la cuenta de X de Bogotá Tránsito, administrada por la Secretaría de Movilidad y consultada por los ciudadanos para conocer el estado del tráfico, publicó una escueta novedad: “Se presenta novedad vial en la localidad de Fontibón, por volcamiento de tractocamión en la Av. Boyacá con Av. La Esperanza, sentido Norte - Sur”. Al amanecer, Bogotá despertó con la noticia del robo, el choque, el volcamiento, el rescate, la captura, y el milagro de que en semejante suceso no hubiera un solo muerto. Al día siguiente, se enteró de la denuncia del robo a las víctimas.

Las autoridades, por lo pronto, buscan al resto de la banda para establecer qué hay detrás del intento de robo de la tractomula. Uno particularmente insólito entre las 3.837 denuncias de hurto de automotores que registra la Secretaría de Seguridad de Bogotá en este año que ya termina.

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