Venezuela se ofrece a mediar en el “conflicto” generado tras la investigación electoral a Petro

El Gobierno chavista se propone facilitar un diálogo amplio “en nuestro hermano país” después de que el presidente colombiano dijera que está sufriendo un “golpe de Estado”

Gustavo Petro y Nicolás Maduro ofrecen una rueda de prensa en el Palacio de Miraflores, en Caracas (Venezuela), en 2022.Miguel Gutiérrez (EFE)

La discusión generada en Colombia por la investigación que se le ha abierto a Gustavo Petro por un delito electoral tiene ahora un sorprendente nuevo actor, Venezuela. El Gobierno chavista se ha ofrecido este viernes a mediar en lo que el presidente colombiano ha tildado de “golpe de Estado”, mientras que muchos juristas y analistas sostienen que se trata de una exageración, ya que la imputación, por más que tenga un defecto de forma y el Consejo Nacional Electoral (CNE) se extralimite en sus funciones, no supone ninguna amenaza real contra Petro. Solo el Congreso, llegado el caso, tendría la potestad de destituirle. (Ningún presidente colombiano ha sufrido ese castigo).

El propio Gobierno colombiano, según fuentes a las que ha tenido acceso EL PAÍS, se ha tomado la idea como un reto a Petro, al que le pide que no dé lecciones de democracia cuando en su propio país se fragua una rebelión. En cualquier caso, el ofrecimiento, como poco, suena extravagante. El Gobierno chavista vive la mayor crisis de credibilidad desde que Nicolás Maduro es presidente, después de que él y el CNE, la autoridad electoral venezolana, se negaran a entregar las actas de las elecciones presidenciales del 28 de julio. El consenso generalizado es que el chavismo las perdió, y por un amplísimo margen, frente al opositor Edmundo González Urrutia. El Gobierno chavista ni siquiera ha recibido el respaldo de países de izquierdas de la región como México, Colombia y Brasil, lo que les deja en una situación muy precaria.

La intención del chavismo tampoco tiene mucho sentido porque, claramente, una parte en la negociación sería Petro, pero no queda muy claro cuál sería la otra, ya que el CNE se trata de un ente electoral encargado de auscultar las elecciones, entre ellas sus topes en campaña. Por tanto, se trata de una institución dentro del Estado. “Después de un profundo debate en el foro político sobre la grave situación que atraviesa Colombia, se propuso la mediación de Venezuela, junto con la CELAC y ALBA-TCP, para facilitar un diálogo amplio en nuestro hermano país en aras de promover la estabilidad y la paz”, distribuyó en un comunicado el canciller venezolano, Yván Gil.

Colombia, por el momento, no ha dado acuse de recibo. Resulta obvio que el país no vive “una grave situación”, ni mucho menos cerca de la venezolana, que continúa con las sanciones impuestas por Estados Unidos y sigue sufriendo económicamente, lo que ha llevado a millones de venezolanos a emigrar. Instituciones como la ONU han dado cuenta de persecuciones, torturas y encarcelaciones para acallar a la oposición, que se ha rebelado contra los resultados oficiales. Ahora mismo, en Venezuela hay más presos políticos que en Nicaragua y Cuba, de lejos.

El Pacto Histórico, la coalición de izquierdas con la que Petro llegó al poder, organizó una marcha para este viernes que no ha sido masiva. El presidente excusó su presencia por una gripe fuerte que lo ha mantenido al margen de su agenda del día. Después de dos días de agitación por la imputación del CNE, las aguas parecen haberse calmado y el Gobierno se centra en el acuerdo nacional, el verdadero objetivo de los siguientes dos años de Petro, el tiempo que le queda en la Presidencia.

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