Carlos Fernando Galán: “La seguridad es el problema más urgente de Bogotá. La ciudadanía está desesperada”
El hijo de Luis Carlos Galán vuelve a aspirar a ser alcalde de la capital por el Nuevo Liberalismo
La carrera por el segundo cargo de elección popular más importante de Colombia ya tiene un favorito. Carlos Fernando Galán (Bogotá, 46 años) anunció la noche de este lunes que aspira por tercera ocasión a la Alcaldía de Bogotá, un secreto a voces que despeja el panorama de la naciente campaña. Hace cuatro años perdió por un estrecho margen frente a la alcaldesa Claudia López. El...
La carrera por el segundo cargo de elección popular más importante de Colombia ya tiene un favorito. Carlos Fernando Galán (Bogotá, 46 años) anunció la noche de este lunes que aspira por tercera ocasión a la Alcaldía de Bogotá, un secreto a voces que despeja el panorama de la naciente campaña. Hace cuatro años perdió por un estrecho margen frente a la alcaldesa Claudia López. Ella logró el 35% de las preferencias contra el 32% de Galán, pero ambos obtuvieron más de un millón de votos. En ese entonces se postuló como independiente, pero ahora lo hace por el Nuevo Liberalismo, el partido que fundó su padre, el popular líder político Luis Carlos Galán, asesinado en 1989 en plena campaña presidencial. “Infortunadamente somos un país donde la violencia nos ha marcado a todos”, concede en esta entrevista, que responde el mismo día que lanzó su campaña.
Pregunta. ¿Por qué le tomó este tiempo definir su candidatura?
Respuesta. Mi proyecto de vida es trabajar por Bogotá. Es importante, antes de anunciar una decisión, tener en cuenta todos los elementos de juicio que le permitan a uno presentar el mejor equipo, el mejor programa. Y eso es lo que me han enseñado estos 16 años de trabajo en esta ciudad. Yo fui concejal, fui presidente del Concejo, tuve la oportunidad de recorrer la ciudad, de escuchar a la gente. Eso me llevó a tomar el tiempo de reflexionar y de anunciarla en el momento justo.
P. Es la tercera ocasión en que busca la Alcaldía. ¿Qué representa su candidatura?
R. Es una propuesta que va a responderle a la ciudadanía ante la situación de abandono, de falta de gobierno que se siente en Bogotá. No surge de un ejercicio de tres o cuatro meses, sino de un estudio profundo. Como decía, mi proyecto de vida es Bogotá. La ciudad necesita un gobierno que se acerque a la gente, que se dedique a resolver los problemas. Es una propuesta que tiene conocimiento, que no es populista, que le hablará al ciudadano con la verdad y que tiene propuestas viables de cómo se pueden enfrentar los retos que tiene Bogotá.
P. Hace cuatro años sacó más de un millón de votos, pero el año pasado la lista del Nuevo Liberalismo al Senado, a la que pertenecía, no superó el umbral. ¿Teme que su figura haya sufrido el desgaste del naufragio de la coalición de centro en las pasadas elecciones?
R. No, ese fue un ejercicio que surgió a raíz del renacimiento como partido del Nuevo Liberalismo por la decisión de la Corte. Yo quise ayudar a esa institución, lo que representa un partido en Colombia, y por eso le aposté a eso. Hicimos un ejercicio franco, honesto, que buscaba cambiar la forma de hacer política. Una lista cerrada, cremallera, donde le presentamos un equipo al país, donde había presencia de mujeres liderando, del territorio, de las minorías, de aquellas zonas que no han tenido una voz en el Congreso. Tal vez al Nuevo Liberalismo le faltaba organización política. Creo que eso fue lo que llevó al resultado, pero nos generó aprendizajes. Las derrotas y los errores ayudan a aprender y sirven para gobernar.
P. ¿Y teme que sus electores bogotanos lo castiguen por haber dejado su puesto en el Concejo?
R. Como explicaba, eso tuvo que ver con una decisión que se vinculaba al resurgimiento de un partido histórico y un legado con el que estoy vinculado inexorablemente. Esa fue la razón que me motivó. Yo como concejal de Bogotá fui presidente del Concejo y le di las herramientas a la Administración para que pudiera cumplir lo que le había prometido a los bogotanos. Ahí también tenía en mente seguir trabajando desde el Congreso por Bogotá, como lo hice cuando fui senador.
P. ¿Mantiene su promesa de no polarizar a Bogotá?
R. La ciudad necesita despolitizar una cantidad de cosas que infortunadamente han impedido solucionar los problemas. Se politizó el metro, y por eso no tenemos metro todavía, se está empezando a construir. Es fundamental que Bogotá supere esa polarización y trabaje para poner todo el empeño en buscar acuerdos.
P. ¿Cuál considera el problema más urgente por resolver?
P. Evidentemente, la seguridad. La ciudadanía está desesperada. Nadie está tranquilo en ninguna parte. Hemos visto un crecimiento de los hurtos muy complejo, una incapacidad para lograr desarticular las bandas que operan en la ciudad. Ese va a ser el tema más urgente. Ahora, el más importante, que tiene que ver con eso también, va a ser lograr que esta ciudad vuelva a creer en sí misma. Sentimos una ciudad abandonada, sin esperanza, sin optimismo, que no cree que los problemas se puedan resolver. Esta ciudad era un faro hace unos años. Infortunadamente los errores que se han cometido, la politización profunda de algunos temas que requieren solución técnica, ha impedido que se resuelvan. Entonces, el tema importante para mí, en el fondo, va a ser garantizar que esta ciudad vuelva a creer en sí misma y se encarrile bien.
P. ¿Cómo se plantea atajar la inseguridad?
R. La propuesta de seguridad recoge el esfuerzo que hemos hecho en estos 16 años. Voy a mencionar tres temas principales. Uno es entender bien las dinámicas de delincuencia en Bogotá. Aquí operan organizaciones transnacionales como los Maracuchos, el Tren de Aragua, y eso tiene una implicación; organizaciones nacionales como el ELN y las disidencias de las FARC; y operan bandas locales como los Pascuales de Usaquén, como los Ganchos que están en Santa Fe, en San Bernardo, entre otros. Si uno se dedica solamente al último eslabón de la cadena delincuencial, que es capturar al ladrón en la calle, lo más probable es que salga libre, porque no estamos atacando la cadena completa. Dos, hay que utilizar mejor la Policía. Y un tercer tema tiene que ver con las víctimas. Calculamos que Bogotá tuvo alrededor de 300.000 víctimas de delitos de hurto el año pasado. Esas víctimas se sienten solas, abandonadas, son revictimizadas. Nosotros vamos a llegar a esas víctimas.
P. ¿Cómo calificaría sus relaciones con la alcaldesa Claudia López?
R. Hemos tenido diferencias en varios momentos. Le reconozco que tuvo un liderazgo muy importante en la pandemia, que tuvo que replantear muchas de las cosas que se pensaban en ese momento en la ciudad por cuenta de algo que nadie se esperaba. Su liderazgo fue importante inclusive a escala nacional. Ha tenido aciertos en algunos aspectos, como la educación. Me gusta mucho el esfuerzo por crear el sistema distrital de cuidado y ese cambio de enfoque en la Secretaría de la Mujer. Creo que ha fallado en el tema de seguridad. Entonces, la relación es respetuosa.
P. ¿A quién vislumbra como su principal competidor?
R. Falta mucho para saber eso. Va a haber un debate interesante, rico en ideas. Es lo que necesita la ciudad, contrastar posiciones y visiones de cómo se pueden resolver los problemas. Ojalá no sea una competencia de ataques y agravios.
P. Juan Daniel Oviedo madrugó a hacer campaña como independiente, ¿eso le otorga ventaja?
R. En el fondo, la campaña, el debate sobre los temas de Bogotá, realmente va a empezar en este momento.
P. Compartió la coalición Centro Esperanza con Jorge Enrique Robledo, que también será candidato. ¿No hubo manera de reagrupar a los sectores de centro en la capital?
R. El debate en Bogotá no se debe enfocar tanto en quién es de centro y quién no, sino en qué proponen para la ciudad. Yo creo que se requiere en este momento un esfuerzo muy fuerte en el tema de seguridad, contundente, y una política social más efectiva que lo que se ha hecho. Entonces, esa discusión sobre la ideología para el ciudadano de a pie es un poco irrelevante.
P. Será candidato por el Nuevo Liberalismo. ¿Planea apelar a la figura de su padre en campaña?
R. Hace cuatro años fui muy respetuoso de la figura de mi padre, y lo voy a ser nuevamente, porque yo entiendo que los ciudadanos están esperando es qué les propongo yo. Y tienen toda la razón. Claro, yo me inspiro por lo que fue esa lucha, ese talante, pero la ciudadanía hoy está esperando soluciones concretas a los problemas de Bogotá. Eso por ningún motivo va a tener un sustento en el hecho de que yo soy hijo de Luis Carlos Galán. Tiene que ser en lo que yo, Carlos Fernando, les proponga a los ciudadanos.
P. ¿Cómo serán las relaciones con el presidente Gustavo Petro en caso de ser elegido alcalde?
R. Serán relaciones siempre pensando en Bogotá, en cómo logramos sacar adelante los proyectos de la capital. Será clave trabajar con el Gobierno del presidente Petro en el tema de la infraestructura, por ejemplo, sacar adelante el metro de Bogotá, no solamente la primera línea. Tendremos que trabajar el tema de seguridad. Mi objetivo será, a pesar de diferencias que hemos tenido, trabajar por el bien de Bogotá en equipo con el Gobierno Nacional.
P. En otras ciudades están planteando las elecciones regionales como una suerte de plebiscito sobre el Gobierno nacional…
R. El plebiscito tiene que ser sobre los problemas de Bogotá y las soluciones.
P. ¿Metro elevado o subterráneo?
R. El metro que está contratado, hay que hacerlo. No hay que ponerlo en duda, no hay que ponerlo en riesgo, hay que vigilar que se construya bien. Ese metro tiene ya 20% de avance en su construcción. Ya trajeron inclusive maquinarias importantes para hacer los pilotes. Tenemos es que terminarlo bien y dar los siguientes pasos ―que ya ha dado la Administración actual― para la segunda línea. E inclusive llegar a una tercera línea que está proyectada en el Plan de Desarrollo.
P. Bogotá por primera vez va a tener una segunda vuelta, ¿cómo cambia eso sus planes?
R. La segunda vuelta es una herramienta que va a buscar unir a Bogotá para que no salga un alcalde con un mandato precario, muy limitado, como ocurrió en el pasado, con alcaldes que salen con 30% de la votación. Va a obligar a los candidatos a que no se dediquen a dividir y a agredir, sino a construir consensos. A ver cómo logramos identificarnos. Quien se dedique en una primera vuelta a agredir, a dividir, atacar, a solamente pensar en egos, no tendría ninguna posibilidad de unir a la ciudad en una segunda vuelta.
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