El mercado negro de citas para el pasaporte colombiano
La dificultad de conseguir cita por Internet genera una mafia de tramitadores inescrupulosos.
Frente a una de las sedes donde expiden el pasaporte en Bogotá hay una veintena de personas esperando. Llevan en la mano su documento de identidad y el pantallazo de la cita en su teléfono. La fila avanza rápidamente. Una pareja de ancianos, con el rictus contrariado, está a un lado, a la espera de que alguien les ayude. El anciano cuenta que lleva meses sin poder apartar la cita para renovar su pasaporte; no usa teléfono inteligente y su hija se ha cansado de pedir sin suerte la cita por internet. Su esposa y él han decidido ir personalmente a la oficina de la Calle 53, pero ningún funcionari...
Frente a una de las sedes donde expiden el pasaporte en Bogotá hay una veintena de personas esperando. Llevan en la mano su documento de identidad y el pantallazo de la cita en su teléfono. La fila avanza rápidamente. Una pareja de ancianos, con el rictus contrariado, está a un lado, a la espera de que alguien les ayude. El anciano cuenta que lleva meses sin poder apartar la cita para renovar su pasaporte; no usa teléfono inteligente y su hija se ha cansado de pedir sin suerte la cita por internet. Su esposa y él han decidido ir personalmente a la oficina de la Calle 53, pero ningún funcionario les da razón sobre el trámite que en otro tiempo era sencillo. Son las 10:30 de la mañana de un martes nublado.
Los que hacen fila en el andén han obtenido la cita, que no tiene costo, por la página de la Cancillería; algunos admiten que no lo han hecho directamente, sino que han tenido que pagar a un intermediario que les cede la cita, porque se ha vuelto tortuosa conseguirla. En las redes sociales, principalmente en Facebook y Twitter, hay anuncios de venta de citas. Con solo buscar “cita pasaporte” se despliegan avisos como estos: “Citas rápidas pasaporte, cobro 50 después de que te entrego la cita”; “Citas para la ciudad de Bogotá de un día para otro”; “Tengo cupos para citas pasaporte en Bogotá para mañana”.
El costo del pasaporte ordinario es de $172.000 (40 dólares aproximadamente), pero a este valor hay que sumarle la coima que, pese a ser ilícita, se ven obligados a pagar los necesitados de realizar el trámite. En los anuncios, los tramitadores dejan un número móvil. El teléfono suena. Alguien contesta al otro lado y explica cuál es el procedimiento. El usuario debe proporcionar datos privados como el número de la cédula (documento de identidad) o la fecha de expedición. Una vez logra la fecha de la cita —generalmente para el día siguiente—, el “cliente” debe hacer el pago, que oscila entre 50.000 y 100.000 pesos (hasta 25 dólares). Lo que nadie se explica es cómo consiguen la cita por la misma página web por la que miles de personas lo intentan infructuosamente. Para conseguirla, los usuarios deben intentarlo durante días en distintos dispositivos y contar con suerte. Las quejas son permanentes
El colapso con la expedición de los pasaportes comenzó durante la pandemia, cuando se decretó el confinamiento. La Cancillería suspendió las citas, lo que generó un represamiento de solicitudes. Hasta hace dos años el proceso para obtener el pasaporte era simple, se efectuaba de un día para otro. Desde el año pasado, un mercado negro de citas ha ido creciendo. El Gobierno de Gustavo Petro, recién posesionado, heredó esta situación y no ha podido solventarla. No deja de ser una paradoja que la Cancillería anuncie, en su página web, que “solicitar la cita es muy fácil” o que “El agendamiento de citas es totalmente gratuito y no requiere intermediarios”.
Antes de que comenzara la pandemia, Colombia expedía 4.400 pasaportes diarios; hoy se expiden en promedio más de 10 mil, un incremento notable. En 2021 fueron 1.245.929 pasaportes y, en lo corrido de 2022, hasta el 7 de agosto, se habían emitido 1.314.439, ha informado la Cancillería.
Hay tres oficinas en Bogotá para la expedición de pasaportes. Diariamente se asignan 1.200 citas, pero hay más de dos millones de intentos. Las citas se habilitan a las cinco de la tarde en la página web de la Cancillería; a las 5:30 ya se han agotado los cupos.
Sobre los tramitadores que venden las citas, la directora de Asuntos Migratorios, Consulares y Servicio al Ciudadano, Fulvia Benavides, ha dicho que los usuarios tienen la responsabilidad y asumen el riesgo de entregar los datos personales. “No hay ninguna garantía de que esos datos no puedan ser utilizados fraudulentamente”.
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