El Partido Verde, la ficha que falta en el rompecabezas de la gobernabilidad de Petro
La formación, ideológicamente cercana al nuevo presidente, es la única que no está presente en el Gabinete, donde sí están el Liberal, el Conservador o La U
Horas antes de tomar posesión como nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro informó vía Twitter quienes serían sus ministros de Justicia, Transporte y TIC. Con eso cerró las dudas sobre quiénes lo acompañarían en su Gabinete y sobre la representación que le daría a los partidos que lo apoyarán en el Congreso. Estaban presentes el Liberal, el Conservador y La U. Solo faltaba un partido, el Verde, y una cartera, la...
Horas antes de tomar posesión como nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro informó vía Twitter quienes serían sus ministros de Justicia, Transporte y TIC. Con eso cerró las dudas sobre quiénes lo acompañarían en su Gabinete y sobre la representación que le daría a los partidos que lo apoyarán en el Congreso. Estaban presentes el Liberal, el Conservador y La U. Solo faltaba un partido, el Verde, y una cartera, la de Ciencia, que sigue vacante.
En Justicia nombró a Néstor Osuna, un reputado académico de la Universidad Externado de Colombia que es cercano al Partido Liberal; en Transporte al también abogado Guillermo Reyes, que es cuota del Partido Conservador y no sabe del sector; en TIC nombró a Mery Gutiérrez, empresaria de televisión impulsada por el Partido de La U (aunque miembro, ella misma, del petrismo). Con eso, y el resto de un gabinete que le apuesta más a la experiencia que a la renovación, Petro le dio representación política a las fuerzas que lo apoyan en el Congreso. Incluso a los conservadores y La U, que no lo apoyaron en ningún momento de la campaña presidencial, aunque algunos de sus congresistas lo hicieron a título individual.
Eso ha creado molestias entre la bancada verde, que tiene 8 de los 108 senadores y 11 de los 88 representantes, y que es sobre todo relevante en las autoridades locales, pues es el partido de alcaldes de varias de las principales ciudades, como Bogotá, Cali o Cúcuta. El partido apoyó oficialmente a Petro para la segunda vuelta presidencial, y entre ellos hay algunos que lo apoyaron también en primera vuelta. Su respaldo fue tal que el partido casi se rompe, pues otros preferían apoyar al centrista Sergio Fajardo, y finalmente no hubo candidato oficial sino libertad para que cada quien apoyar a cualquiera de los dos.
“Lo natural, lo coherente es que el partido más cercano y con personas con experiencia para acompañar al Gobierno somos los del Partido Verde, incluso para la ciudadanía es algo que aún no se entiende”, asegura a este diario el representante verde Duvalier Sánchez, vocero de su bancada. “Es inédito e inexplicable el maltrato”, añade otro congresista de esa bancada, que optó por hablar bajo anonimato. Si el Partido Verde no está en el gabinete, se acata la notificación que el Gobierno no nos quiere de su lado. Apoyaremos todo lo sensato, pero quedamos en libertad de marcar distancia. ¿Por qué asumir los costos de un gobierno sin hacer parte de él?”.
Los verdes han buscado estar en el Gabinete: enviaron la hoja de vida del exsenador Jorge Londoño, quien fue ministro de Justicia del Gobierno de Juan Manuel Santos, para repetir en el cargo. Y ahora por lo menos algunos de sus congresistas impulsan a Mauricio Toro, exrepresentante a la Cámara, para Ciencias.
El cargo sigue pendiente y Toro se enfrenta a un candidato fuerte: el exsenador liberal Iván Agudelo, quien desde el Congreso impulsó la creación del Ministerio de Ciencias, es miembro de la Academia de Ciencias de Colombia y fue uno de los primeros políticos de su partido en apoyar a Petro en la campaña. Agudelo, además, también fue uno de los primeros congresistas en impulsar a Daniel Quintero para ser elegido alcalde de Medellín, la segunda ciudad del país, en 2019. En campaña, Quintero impulsó a Petro hasta el punto de que la procuradora general, Margarita Cabello, lo suspendió de sus funciones ya que en Colombia los funcionarios públicos no pueden hacer proselitismo electoral.
Los otros dos candidatos que sonaron al Ministerio ya están en otros cargos del alto gobierno. La académica Irene Vélez, cercana a la vicepresidenta Francia Márquez y su movimiento Soy porque Somos, es ministra de Minas y Energía; y el político Mauricio Lizcano, que coordinó el empalme entre los dos gobiernos del lado del nuevo presidente, es el director del Departamento Administrativo de la Presidencia, un cargo que en el pasado ha sido muy poderoso al fungir como un jefe de gabinete.
Aunque ya no estén esos dos candidatos, entre la presión de los verdes y la candidatura de Agudelo, la designación del Ministerio de Ciencias es un dilema para Petro, que probablemente requiera una coalición amplia para sacar adelante en el Congreso las reformas que ha prometido, pues dada la poca disciplina de las bancadas en Colombia, una mayoría estrecha suele resultar insuficiente.
En todo caso, quedan otros cargos de relevancia política que el presidente puede usar para tranquilizar a sus congresistas aliados, pero que no suelen tener la visibilidad política ni la carga simbólica de un ministerio. Los dos más visibles son la dirección del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y la del Departamento de Prosperidad Social (DPS), que tienen presencia en todo el país y decenas de miles de contratistas, y demás entregan beneficios a la población, por lo que en la lógica clientelar suelen ser muy apetecidos.
Un excongresista liberal, que está al tanto de la puja, le dijo a EL PAÍS que los verdes han pedido el SENA, algo con lo que coinciden un excongresista y un congresista verde. Sin embargo, el partido de La U quedó insatisfecho con la ministra de TIC, dado que no viene de su partido y es petrista, y ha pedido la misma entidad.
Estas pujas revelan que para que Petro mantenga contentas a todas las fuerzas políticas que lo apoyan en el Congreso, y así tenga mayores opciones de sacar adelante su ambicioso paquete de reformas, necesita manejar la filigrana política que le permitió a los gobiernos anteriores tener satisfechas a las diferentes bancadas. Y eso explica que haya puesto a políticos que conocen esa lógica desde adentro en cargos neurálgicos: Mauricio Lizcano, exsenador que renunció a La U para crear un movimiento propio y apoyar a Petro, como director administrativo de la Presidencia (que suele servir como una suerte de jefe de gabinete); y Alfonso Prada, excongresista verde de origen liberal, en el Ministerio de Interior (encargado de las relaciones políticas). Pero sigue sin completar el rompecabezas.
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