Las encuestas abocan a Colombia a una segunda vuelta presidencial

El candidato de izquierda, Gustavo Petro, supera al aspirante de la derecha, Fico Gutiérrez, en 13 puntos en la media de todos los sondeos que elabora EL PAÍS, pero un triunfo el 29 de mayo se antoja por ahora muy lejano

La carrera presidencial en Colombia es, a poco menos de un mes para la primera vuelta, definitivamente cosa de dos. El promedio de sondeos que elabora EL PAÍS destaca a Gustavo Petro, candidato de izquierda, como líder de las encuestas, con un 38,3%, 13 puntos por delante del aspirante de la derecha, Fico Gutiérrez. Desde que ambas candidaturas se definieron el pasado 13 de marzo, los dos se han consolida...

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La carrera presidencial en Colombia es, a poco menos de un mes para la primera vuelta, definitivamente cosa de dos. El promedio de sondeos que elabora EL PAÍS destaca a Gustavo Petro, candidato de izquierda, como líder de las encuestas, con un 38,3%, 13 puntos por delante del aspirante de la derecha, Fico Gutiérrez. Desde que ambas candidaturas se definieron el pasado 13 de marzo, los dos se han consolidado como las opciones preferidas por los colombianos. El único cambio apreciable ha sido la consolidación de su dominio, especialmente destacado en el caso del candidato del Pacto Histórico. La brecha entre ambos se ha ampliado en apenas dos puntos: Petro ha crecido tres; ‘Fico’, uno. La carrera se mantiene por ahora estable y un triunfo de Petro en primera vuelta se antoja aún muy lejano.

También lo hace en el segundo y tercer escalón. Los candidatos de centro, Sergio Fajardo e Íngrid Betancourt, si acaso han perdido algo de voto. El exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, presenta un cierto repunte, pero nada que por ahora parezca significativo ni sostenible de cara a optar por un puesto en la segunda vuelta. La cuestión con todos ellos, especialmente con Fajardo (8%) y Hernández (10,9%) empieza a ser más bien hacia dónde se van a dirigir sus apoyos en la segunda vuelta que prevén las encuestas.

Estas dinámicas en las encuestas confirmarían la hipótesis de que el electorado colombiano se está polarizando, siguiendo los pasos del resto de la región, y también los marcados desde la segunda vuelta de las presidenciales de 2018, en las que Petro perdió frente a la derecha representada entonces por Iván Duque. El líder de la izquierda colombiana se ha apalancado en esta polarización para plantear la primera vuelta casi como si fuera una elección definitiva. El centro, especialmente Sergio Fajardo (que se quedó a solo 250.000 sufragios de ser el que se enfrentara con Duque entonces), ha utilizado los últimos días de campaña para protestar por este empeño polarizador. Acusan a las propias encuestas, que reflejan en sus estimaciones esta creciente divergencia, de ser sus causantes con motivos ocultos e interesados. Pero resulta difícil alinear esta hipótesis con el amplio consenso compartido por casas encuestadoras de diferentes calidades y trayectorias, con distintos sesgos presumibles de partida. Por poner dos ejemplos: CELAG es un centro asociado con la izquierda continental desde su fundación en 2014, Guarumo fue fundada por un consejero de Iván Duque antes de que éste entrara en política. Pero, junto a las demás (las establecidas Invamer o CNC; las relativamente recién llegadas al país Massive Caller o Atlas Intelligence), coinciden en la imagen general de la carrera.

Las discrepancias que existen entre ellas se refieren a la cantidad de votos disfrutada por cada candidato: del 33,8% que Massive Caller anticipa para Petro al 42,6% que prevé CELAG; del 21,8% que ésta le asigna a ‘Fico’, al 31,6% de aquélla. El consenso en torno a los niveles (bajos) del resto de candidatos es, por cierto, mucho mayor. Decisiones técnicas son las que terminan definiendo esta brecha, especialmente la selección de votantes probables: todas las encuestas en Colombia se realizan sobre un universo que no es el conjunto de la población mayor de edad, sino el subconjunto de la misma que acabará acudiendo a las urnas. Todos los estudios comienzan por filtrar a los votantes probables de los improbables, y sólo al primer grupo se le pregunta por sus preferencias electorales. En un país con participaciones alrededor del 50%, en este filtrado se juegan varios puntos porcentuales. Sobre-estimar la probabilidad de la base de un candidato (o infra-estimar la de otro) puede ser suficiente para sumar o restarle millones de votos a la estimación. Agregar y comparar encuestas distintas ayuda en no poca medida a contrarrestar la incertidumbre y variabilidad inherente a este tipo de decisiones metodológicas.

En esas discrepancias sí queda la duda de una carrera más abierta, como presentan Massive Caller o Guarumo, y otra más decidida a favor de la primacía de Petro, como ven CELAG o Invamer. Ninguna de ellas, eso sí, anticipa por ahora una victoria en primera vuelta: entre el 29 de mayo y el 19 de junio habrá en parte borrón y cuenta nueva. Pero la fuerza demostrada en la votación inicial puede ser crucial como trampolín a hacer creíble una victoria definitiva que a los dos líderes todavía les resulta un tanto elusiva: a Petro, porque todavía ninguna de las encuestas demuestra que sea capaz de superar nítidamente el 42% con el que cerró la segunda vuelta de 2018; a Gutiérrez, porque su hándicap de candidato poco conocido aún le mantiene en segundo lugar de manera consistente. Superar las expectativas que se generen en torno a ambos de aquí a finales de mes puede ser la diferencia entre llegar o no a la Casa de Nariño.

Metodología y fuentes

El promedio de encuestas se realiza sobre el total de votantes probables, tanto válidos como indecisos, incluye las últimas publicadas de cada casa encuestadora registrada ante el Consejo Nacional Electoral hasta la fecha de publicación del artículo, desde el 14 de marzo de 2022 (el día posterior a las consultas interpartidistas que terminaron por definir las candidaturas a la presidencia). La recopilación se recoge desde la plataforma recetas-electorales.com, y se contrasta con la publicación en diversos medios.

Cada encuesta tiene un peso ligeramente distinto en el promedio que depende de la valoración numérica realizada por el Semáforo de Encuestadoras de lasillavacia.com, que califica a cada una de las casas de encuestas de acuerdo con una serie de parámetros técnicos, metodológicos y de acierto en el resultado final. Para evitar sesgar en exceso el promedio, el peso asignado solo varía en un 20%, de manera que la encuesta de la encuestadora mejor valorada recibe un 100% y la peor valorada recibe un 80% de peso sobre el promedio final. Cuando una encuestadora sí está registrada ante el CNE pero no está valorada por lasillavacia.com, el promedio le asigna un punto intermedio entre ambos extremos.

Al igual que sucede con los datos utilizados como alimento para el promedio desde las plataformas mencionadas, el código empleado para el presente análisis, así como sus resultados brutos a día de hoy que sirven de base para los gráficos elaborados, está a disposición de cualquiera en este repositorio abierto.

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