CRISIS EN HAITÍ
JUAN JESÚS AZNÁREZ | Puerto Príncipe
Los marines ocuparon ayer el Palacio Nacional, sede de la presidencia haitiana, y los centuriones Guy Philippe y Louis-Jodel Chamblain fueron aclamados como caudillos libertadores por el jubileo que colmó la principal plaza de una nación todavía anárquica y sin vertebración institucional.
Al atardecer del sábado, Jean Bertrand Aristide, acorralado pero todavía presidente de Haití, claudicó ante los demás y ante sí mismo haciendo lo impensable en un hombre de su altanería política: mandar un emisario a la Embajada de Estados Unidos mendigando que le facilitaran la salida. En la carta al embajador James Foley preguntaba si le podían garantizar su seguridad y si podía elegir dónde exiliarse con protección de Washington.
Una de cal y una de arena. Al final, el compromiso permitió que el Consejo de Gobierno concluyera en la madrugada de ayer la redacción de la Ley para la Administración del Estado Iraquí durante el Periodo Transitorio. El islam se reconoce como religión oficial, pero no será la única fuente legal.
Opositores violentos continuaron ayer causando disturbios en importantes calles y autopistas de Caracas, en protesta contra la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre la invalidez de un millón de firmas contra el presidente. La crisis de este organismo parece acentuarse a cada paso.
Fiel a su carácter frío y manipulador, el pederasta Marc Dutroux sembró ayer la polémica en Bélgica, en el primer día del juicio que se sigue contra él, al culpar de sus crímenes a una red mafiosa y dormitar relajadamente ante el tribunal.
A menos de dos semanas de las elecciones presidenciales rusas, Vladímir Putin eligió a Mijaíl Fradkov, el representante de Rusia en la Unión Europea, para dirigir el próximo Gobierno de su país. La apuesta por un tecnócrata de 53 años que dirigió el servicio federal de la policía fiscal tras una larga carrera en las organizaciones estatales de comercio exterior fue un golpe de efecto no previsto en las quinielas políticas.
"No pagaremos deuda a costa del hambre y exclusión de millones de argentinos, generando más pobreza y conflictividad social", dijo ayer el presidente Néstor Kirchner, en un discurso dirigido a la nación y al mundo durante la inauguración del periodo de sesiones del Parlamento.