La ofensiva contra la entrada de Italia, España y Portugal en el euro a partir de 1999 cobró ayer especial virulencia. A los mensajes surgidos hace un mes y en la reciente cumbre de Davos se unió ayer la noticia sobre un informe de los bancos centrales que propone retrasar la entrada de esos países en el curo hasta el 2000. La reacción fue inmediata. Más airada en Roma y Lisboa que en Madrid. La Comisión Europea se apresuró a decir que no hay voluntad de retrasar nada y Alemania negó la existencia de un plan al respecto.
Juan María Atutxa, consejero de Interior del Gobierno vasco, se desmarcó ayer de la cúpula de su partido, el PNV, y dejó muy claro que "actualmente no se cumplen las condiciones para un diálogo" con ETA. Insiste así en su opinión de que esa vía sólo debe abrirse si los terroristas dejan antes de matar.
El fiscal general del Estado, Juan Ortiz Úrculo, acaparó ayer duras críticas del PSOE e IU y la perplejidad de colectivos de jueces y fiscales por la nota de prensa que difundió el martes, en la que anunciaba la apertura de dos investigaciones: una sobre la empresa Ferrer Europa -con la que se ha intentado relacionar a Jesús de Polanco, presidente de PRISA- y otra sobre Antena 3, presidida por Antonio Asensio.