Sócrates, mediocampista de seda, héroe de la democracia
Por ahí llega el doctor Sócrates, la cabeza alta y el balón pegado, la cabellera rizada y la barba negra, orgulloso de representar un fútbol de taconazos, regates y pases picados: comienza el espectáculo. Tan elegante y sobrado, desprende arrogancia sobre el campo.