Los entresijos de la cumbre
| La reacción de los Gobiernos
Jueves, al filo de las cinco de la madrugada. Los pasillos de la Comisión Europea, en Bruselas, se pueblan de jefes de Estado encaminándose hacia las salas de prensa para explicar las bondades del acuerdo "integral, exhaustivo" para salvar el euro. La fanfarria de las grandes palabras se topa con la crudeza del pasado inmediato: se trata del segundo rescate "definitivo" en tres meses.
Los entresijos de la cumbre
| La actuación del eje francoalemán
¿Merkel y Sarkozy o Merkozy, como apodan en Bruselas a la inestable pareja que gobierna Europa han logrado domar a los banqueros esta semana? O mejor dicho, ¿están los banqueros dispuestos a perder el 50% de su inversión en Grecia, es decir, unos 100.000 millones de euros? Esta es la mayor de las incógnitas que quedan por descifrar de los acuerdos alcanzados.
Las implicaciones geopolíticas
Alemania ha ganado claramente. Ha conseguido todo lo que quería en las reuniones mantenidas por los líderes europeos durante la última semana. Ha logrado una mayor participación de la banca en el reparto de las pérdidas de Grecia, aunque falten flecos por concretar.
Los movimientos de la banca
"Optimización de los activos ponderados por riesgo". Es el nuevo eufemismo de la banca tras el cual se esconde un nuevo cierre del grifo del crédito. La gran recapitalización de 106.447 millones anunciada por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) se hará sin apenas nuevo capital y las empresas temen que pueda acabar lastrando aún más el crédito.
Cuesta imaginarse cómo perder de vista 55.500 millones de euros, el 2,6% del producto interior bruto (PIB) de la primera economía europea. El Ministerio de Hacienda reconoció ayer que la proeza es posible. La aparición de semejante cantidad en las cuentas públicas es una buena noticia para Hacienda y, a la vez, la evidencia de un monumental error de cálculo.
Las consecuencias para el sector español
La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) se ha convertido en uno de los organismos europeos más poderosos. El grupo de supervisores bancarios ha asumido como tarea medir la solvencia de la banca. Y España es el único gran país del euro que no tiene un nacional en los órganos de poder real de la entidad.
España se encamina inexorablemente hacia un incumplimiento que puede salirle caro: la meta de déficit público que comprometió ante Bruselas para 2011. El frenazo de los ingresos públicos conocido esta semana y, sobre todo, la certeza de que las comunidades cerrarán el año con desequilibrios muy superiores a lo previsto, convierten en ilusoria la cifra del 6% del PIB.