Una competición a 300 km/h
Ocurre desde hace dos años. Centenares de portátiles, maletines e informes que subrayar viajan lanzados a 300 kilómetros por hora en los 56 AVE que unen los corazones de Madrid y Barcelona entre conversaciones telefónicas de sus dueños, en castellano o catalán. Cada vez son más. El tren ha mordido al avión casi la mitad de los viajeros que se trasladan entre las dos ciudades.