Por mucho que se hagan reformas normativas, por mucho que se insista en modernizar la universidad, si éstas no quieren, "harán un maravilloso juego de caderas" para volver al punto inicial. El ministro de Educación, ex rector, ex presidente de los rectores, Ángel Gabilondo, decía estas palabras el pasado miércoles para explicar que quien quiera cambiar el sistema universitario español primero tendrá con convencer a las universidades.
"Padres ricos para todos". La frase escrita en negro sobre una enorme pancarta verde sujetada por los universitarios berlineses se ha convertido desde hace unas semanas en la imagen de la protesta estudiantil en Alemania. Varios centenares de alumnos salieron a la calle el martes pasado en Leipzig siguiendo la estela de la semana anterior, cuando más de 80.000 estudiantes se manifestaron en 35 ciudades.
Entre la épica y la lírica parece moverse en estos días la profesión docente; la épica de un trabajo que se ha complicado más que nunca; y la lírica de la vocación del enseñante. Lo único que puede dar autoridad y prestigio a la profesión es "el amor a lo que se enseña y el amor a los que se enseña", sentenció el filósofo Emilio Lledó en la última sesión de la XXIV Semana Monográfica de la Educación de la Fundación Santillana, que analizó a fondo la semana pasada el trabajo de los profesores.