La megafonía anunció: "Próxima parada: Sol". El tren era un Cercanías procedente de Atocha y se adentraba en la flamante nueva terminal de la Puerta del Sol, que se estrenaba ayer. Los pasajeros pisaron el suelo brillante, como todo en la enorme estación, y subieron las escaleras mecánicas hablando de lo mismo: de lo bonita o fea que les parecía la moderna puerta de entrada.
No son neonazis. No les interesa la política ni, por supuesto, pretenden promover el odio o la violencia. Eso afirmaron, uno tras otro, los 15 presuntos miembros de la banda Hammerskin España, juzgados por asociación ilícita. Pero en las fotos que la Guardia Civil encontró en sus viviendas, incorporadas al sumario, se rodean de parafernalia nazi y saludan con el brazo en alto.
Quieren hacer una denuncia pública de "quiénes están moviendo el mundo". Por eso un grupo de activistas ha okupado los cines Luna, en la plaza de Soledad Torres Acosta, junto a la Gran Vía, cerrados desde 2005.
PATRICIA GOSÁLVEZ | Madrid
El doble asesinato de 1924 es la mayor recreación del Museo de Cera