Esos rockeros bajitos
Los padres ya no son lo que eran. El rock, tampoco. Y ya no hablemos de la moda. Las grandes firmas contratan rockeros domesticados y exfoliados para sus desfiles y les nombran fuente de inspiración; las marcas de grandes superficies replican logos de viejos grupos y 30 años después de su apogeo los insertan en camisetas que se presentan como lo último en ironía rockera.