Casi cincuenta años después de que su deformado y gigantesco cuerpo fuera enterrado en el cementerio del Montparnasse acompañado de centenares de pintores, poetas, músicos, prostitutas, barrenderos, pero ningún director de museo, el pintor surrealista Óscar Domínguez resucita en París.
"Las novelas tienen que ser más creíbles que la vida real", afirma John Irving, a sus 63 años, mientras, en el auditorio de la Fundació Tàpies de Barcelona, se esfuerza por entrar a fondo en el mundo de ficción de Hasta que te encuentre (Tusquets y Círculo de Lectores en castellano y Empúries en catalán), el novelón más autobiográfico de todos los que ha escrito.
El músico Daniel Barenboim anunció ayer en Milán que comenzará una intensa colaboración con el teatro de la Scala. Barenboim tendrá una relación continua con la institución lírica, pero no ocupará el lugar de director musical, vacante desde hace más de un año, tras la renuncia de Riccardo Muti.
Son las citas estivales con el teatro clásico más esperadas en España. El Festival de Almagro, centrado en autores del XVI y el XVII, y con la presencia de Vanessa Redgrave, Declan Donnellan y Lindsay Kemp, entre otros, y el Festival de Mérida (del 6 de julio al 15 de agosto), más inclinado por el mundo grecolatino, con Mario Vargas Llosa, Terele Pávez, Esperanza Roy, José Manuel Castanheira y Aitana Sánchez-Gijón, entre otros.