Trump tiende la mano a Milei para frenar el avance del peronismo en Argentina
El presidente de Estados Unidos recibe a su homólogo en el marco de la Asamblea de la ONU en Nueva York con la expectativa de un rescate financiero de la Casa Blanca
Donald Trump tiende su mano a Javier Milei. Y lo hace cuando el presidente argentino más lo necesita. La economía del país sudamericano se tambalea y las peleas dentro de la Casa Rosada han puesto en riesgo la gobernabilidad, mientras el peronismo, una palabra malsonante en Washington, acecha. Trump ha recibido este martes a Milei en el marco de la Asamblea General de la ONU. La idea de la Casa Blanca es apoyar con dinero contante y sonante al argentino para que llegue en mejor forma a las elecciones legislativas del 26 de octubre próximo. Una derrota sería devastadora y echaría por tierra cualquier posibilidad de reelección del presidente en 2027.
Por eso, tras ofrecer su duro discurso a la Asamblea General, y entre de las reuniones que tenía previstas —con António Guterres, secretario general de la ONU, Volodímir Zelenski, presidente ucranio, y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea—, Trump encontró el tiempo de mandar un mensaje en su red social, Truth, “sobre el muy respetado presidente de Argentina, Javier Milei”. Lo definió como “un líder verdaderamente fantástico y poderoso para el gran pueblo de Argentina”, que ha avanzado “en todos los niveles a una velocidad récord”. Trump también ofreció “un completo y total respaldo” para su “reelección como presidente”.
“Heredó un desastre total con una inflación horrible causada por el anterior presidente de izquierda radical”, continuó el mensaje, en el que el presidente de Estados Unidos aprovechó para atacar a su predecesor, Joe Biden. “Pero [Milei] ha devuelto la estabilidad a la economía de Argentina y la ha elevado a un nuevo nivel de prominencia y respeto. Hemos tenido una estupenda relación con Argentina, que se ha convertido en un fuerte aliado, gracias al presidente Milei. Espero seguir trabajando estrechamente con él para que ambos países [Estados Unidos y Argentina] puedan continuar en sus increíbles caminos de éxito”, añadió.
En una foto difundida en la cuenta en X de Milei, se vio a los pocos minutos posar a ambos, con un Trump sonriente y lo que parece la impresión en una carpeta del Truth que Trump acababa de dedicarle al presidente argentino. Por todo texto, el post dice: “¡VIVA LA LIBERTAD, CARAJO!”, eslogan favorito de Milei, que también le devolvió los halagos a Trump. “Muchas gracias (...) por su gran amistad y este gesto extraordinario”. En el video de la reunión, difundido en redes por la oficina del presidente argentino, Trump comparte a Milei el texto impreso de su mensaje en redes, como gesto de apoyo.
La ayuda de Estados Unidos es el resultado del alineamiento sin condiciones que Milei ha ofrecido a Trump desde que llegó al poder en diciembre de 2023. El presidente argentino viajó una docena de veces a los Estados Unidos, arropado por la extrema derecha trumpista y, en una aparición que dio la vuelta al mundo, por Elon Musk, entonces un estrecho aliado de la Casa Blanca y recibió de Milei el regalo de una motosierra. Este es su momento de mayor debilidad política y también económica, y aquella relación, que linda con la devoción en el caso del argentino, parece haber dado finalmente algún fruto.
Argentina necesita como mínimo 8.500 millones de dólares para cubrir vencimientos de deuda durante el primer semestre del año que viene. Milei espera ese dinero como el oxígeno, luego de tres semanas con la economía y su modelo de ajuste contra las cuerdas. Las reservas líquidas del Banco Central están bajo mínimos y la semana pasada debió desprenderse de 1.100 millones para mantener el tipo de cambio dentro de las bandas de flotación comprometidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La posibilidad cierta de que, a ese ritmo de sangría de dólares, Argentina no pudiese cumplir con sus compromisos espantaron a los inversores, que se apuraron desprenderse de sus posiciones. El riesgo país, que es el diferencial que Argentina paga por su deuda con respecto a Estados Unidos, se duplicó entre agosto y septiembre, hasta alcanzar los 1.500 puntos el viernes, una cifra que lo pone en zona de default. Los bonos argentinos, en tanto, cayeron más del 20%.
Bastó que el lunes el secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunciase la posibilidad de un rescate financiero al Gobierno de Milei para que volviese cierta calma. El riesgo país estaba este martes por debajo de los 1.000 puntos y el dólar cotizaba en el mercado oficial a 1.375 pesos tras superar los 1.500 pesos la semana pasada.
Estados Unidos considera a Argentina “un aliado de importancia sistémica en América Latina y estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para apoyarlo”, dijo Bessent el lunes en un mensaje publicado minutos antes de la apertura de los mercados en Buenos Aires. La región está bajo gobiernos de diferentes versiones de izquierda, con Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Claudia Sheinbaum en México, Gustavo Petro en Colombia y Gabriel Boric en Chile.
El triunfo del peronismo en las legislativas en Buenos Aires el pasado 7 de septiembre, encendió las luces rojas en Washington, que teme que el resultado se repita en las elecciones para renovar el Congreso nacional en octubre, la última cita en las urnas antes de las presidenciales de 2027.
La modalidad de la ayuda está aun por concretarse. Entre las posibilidades, están un swap de monedas que funcionaría como un blindaje para neutralizar una eventual cesación de pagos, la compra de pesos argentinos o la adquisición de deuda argentina denominada en dólares por parte del Fondo de Estabilización Cambiaria del Tesoro de Estados Unidos (ESF, por sus siglas en inglés). Se habló en un principio, al menos en Buenos Aires, de un rescate de 30.000 millones de dólares, una cifra que supera los 22.000 millones que tiene el ESF. El canciller argentino, Gerardo Werthein, ya había aclarado el lunes que la cifra sería sensiblemente menor a la difundida en principio desde el propio Gobierno por canales informales.