La frontera de Texas: el electorado hispano se derechiza en los distritos del sur

Varias batallas al Congreso en los cinco distritos fronterizos muestran el giro de los votantes en las zonas en las que la inmigración es la principal preocupación

Seguidores de Donald Trump durante un mitin de campaña en Houston, Texas, en noviembre de 2023.Brandon Bell (Getty Images)

El distrito 15 de Texas es una angosta franja sobre la frontera a la altura de McAllen y siempre fue un bastión demócrata. En más de un siglo de historia, nunca había sido representado por un republicano en Washington. Hasta hace dos años. En las midterms de 2022, la política novata Mónica de la Cruz dio la sorpresa. En un distrito con un 81% de población latina, la victoria de una candidata cuya campaña fue un reflejo del trumpismo más obstinado y obsesionado con la inmigración, con la promesa de acabar el muro y obligar a solicitantes de asilo a esperar en México, parecía más que improbable. Pero el resultado mostró las corrientes que se mueven por debajo de lo que se ve en la superficie.

El distrito, que se extiende hasta las afueras de San Antonio, es uno de cinco que componen la frontera de Texas con México. Hay uno urbano y relativamente pequeño, el 16, que abarca El Paso; otro vasto, con cientos de kilómetros de frontera y predominantemente rural, el 23; y los siguientes tres, parados en paralelo en el sureste, completan el borde inferior del rompecabezas que es la división de los distritos congresionales del Estado texano.

A pesar de las variaciones geográficas entre ellos, hay un par de constantes: todos tienen una población mayoritariamente latina y son de tradición principalmente demócrata. Sin embargo, este año, después de la victoria de De la Cruz en las elecciones pasadas, su estatus de bastión azul se tambalea y parece más bien que se está coloreando de morado.

Ambos partidos han tomado nota. Si bien el resultado de los distritos 16 y 23 están más bien asegurados, con El Paso para los demócratas y el enorme territorio a su lado, alineado con el resto de las zonas rurales del Estado, para los republicanos desde hace un par de ciclos electorales. Pero los otros tres, en esa esquina densamente poblada, se han convertido en campos de batalla hasta hace poco improbables.

El Partido Republicano los incluyó en su predicción de una marea roja en las midterms y aunque solo De la Cruz salió victoriosa, hubo avances importantes. Y hace poco, el partido estatal anunció una considerable inversión y movilización en la región. Del otro lado, este año los demócratas han otorgado financiación adicional a su candidata Michelle Vallejo, que se vuelve a enfrentar a De la Cruz en el distrito 15, como parte de la primera puesta en marcha de su estrategia Red to Blue, dirigida a circunscripciones que han identificado que podrían cambiar de color.

Donald Trump, durante su visita a la frontera entre Estados Unidos y México en Eagle Pass, Texas, en febrero de 2024.Go Nakamura (REUTERS)

Hace dos años la campaña de la demócrata Vallejo estuvo alineada con el ala progresista del partido, valiéndole el apoyo expreso de Bernie Sanders, y se centró en la ampliación de Medicare, el acceso al aborto y la seguridad social. En este ciclo, en sus mensajes han vuelto a ser centrales los mismos temas, pues acusa a De la Cruz de atacarlos desde su escaño en Washington, pero también se ha colado una cuestión inesperada en su discurso: la inmigración. Hace poco más de un mes, Vallejo publicó un anuncio en el que aboga por “asegurar la frontera” y contratar miles de agentes fronterizos más frente al “caos”, agregando que es “momento de ponerse serios”.

Es un cambio frente a su postura anterior, cuando denunció la “hipermilitarización” de la frontera con el trasfondo de la construcción del muro de Trump. Y aunque rechaza las críticas que se le han lanzado y asegura que apoya la línea del partido —defendiendo la ley bipartisana que fue tumbada en el último momento a principios de este año por orden de Donald Trump y que hubiera reforzado las medidas de seguridad de la frontera con México—, el cambio demuestra que el electorado ha endurecido sus posiciones y que el riesgo de perder votos es real.

En el distrito que colinda al este, trazado hace apenas una década, la situación es parecida: otra revancha de hace dos años. En este caso, es el demócrata Vicente González quien defiende su escaño frente a la republicana Mayra Flores. Flores, que ha recibido el apoyo del expresidente Donald Trump, ha convertido su campaña en un pequeño reflejo de los focos del Partido Republicano nacional: medidas más duras de seguridad fronteriza, el fin del “adoctrinamiento” en las escuelas y otras cuestiones de la guerra cultural.

González, al igual que su compañera de partido Vallejo, ha endurecido su propia retórica, sobre todo en inmigración, aunque ya lleva varios años apoyando un incremento en la cantidad de agentes fronterizos. González ha sido parte del ala más moderada del partido azul desde que entró en la política y tal vez por eso sus posiciones este año han sorprendido menos, pero demuestran que los votos fronterizos que el Partido Demócrata daba por sentados ya no lo son.

En el tercero de estos distritos del sureste de Texas, el que incluye Laredo, el representante demócrata Henry Cuéllar ha ganado todas las elecciones desde 2002. Y con el paso de los años también ha ido adaptando sus oposiciones frente a la inmigración. A pesar de recientes y repetidas acusaciones de corrupción en su contra, los republicanos no están haciendo mucha campaña en esta zona, pues en las elecciones pasadas lo hicieron y de todas maneras perdieron por 13 puntos de diferencia. Las raíces del político demócrata, un peso pesado cuando se trata de conseguir donaciones y financiación, están muy asentadas en el territorio. El desprestigio de las acusaciones le hace daño, pero no lo suficiente, por lo que los republicanos están intentando dirigir el desgaste hacia González, que tiene una ventaja mucho más pequeña.

Los cinco distritos fronterizos del sur de Texas responden a las características del electorado latino en 2024. En las zonas urbanas, como en El Paso, son decididamente progresistas; en las zonas rurales, mucho menos. Hace dos años, el Partido Republicano predijo que una marea roja arrasaría grandes áreas de Estados Unidos. En el sur de Texas, únicamente la ola solitaria de Mónica De la Cruz logró vencer los muros azules. Hoy la frontera es territorio morado, al alcance de cualquiera de los dos partidos.

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