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Ceremonias indígenas y Estado laico. Tëkatsy

Durante muchos siglos, en grandes territorios del planeta, la iglesia católica fue Estado y atentó contra la libertad de culto. La laicidad no prohíbe rituales pues el Estado mexicano las tiene de a montón

La laicidad no significa que el Estado o las instituciones hayan renunciado a los rituales. Basta acercarse a los honores a la bandera que se realizan los lunes en las escuelas públicas, a la ceremonia anual del Grito de independencia o al ritual que encabezó Claudia Sheinbaum para conmemorar a los llam...

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La laicidad no significa que el Estado o las instituciones hayan renunciado a los rituales. Basta acercarse a los honores a la bandera que se realizan los lunes en las escuelas públicas, a la ceremonia anual del Grito de independencia o al ritual que encabezó Claudia Sheinbaum para conmemorar a los llamados Niños Héroes para darnos cuenta de la importancia que tienen los rituales para la vida institucional del Estado mexicano. Los rituales son inherentes a las sociedades humanas, las usamos para relacionarnos con todo aquello que nos parezca sagrado; para el entramado nacionalista del Estado mexicano lo sagrado es la patria, Benito Juárez y el himno nacional que entonamos de pie y con la cabeza descubierta. Para celebrar el comienzo del proceso de independencia de México, en las escuelas públicas de mi entorno se instalaba el llamado “altar patrio” con imágenes de los “héroes que nos dieron patria y libertad”, se les encendían velas y se les colocaban adornos florales. El Estado es laico, pero no ha prescindido nunca de las ceremonias y de la ritualidad; a veces incluso las ceremonias nacionalistas se asemejan mucho al mundo ritual católico, pareciera incluso que la patria es el equivalente de dios y que los héroes nacionales sustituyeron a los santos. Las historias de Vicente Guerrero o de José María Morelos y Pavón que nos acercan en la infancia escolarizada se parecen más a hagiografías que a relatos historiográficos debidamente sustentados. En fin, que el Estado será laico pero nunca ha prescindido de rituales y ceremonias para relacionarse con el mundo que considera sagrado ni para marcar momentos extraordinarios que se solemnizan con símbolos y actos especiales. Lo mismo pasa en muchas instituciones que se dicen laicas. Es muy interesante observar las ceremonias y rituales que se despliegan cuando la Universidad Nacional Autónoma de México entrega doctorados honoris causa, siempre me han interesado las vestimentas extraordinarias, los discursos y los símbolos que forman parte de esta entrega.

Todo esto nos lleva a la obvia conclusión de que la existencia de un Estado laico no significa ausencia de rituales y ceremonias. ¿Qué es lo que hace que estos rituales y ceremonias sean seculares y laicas? Que no estén relacionadas con una religión. El espíritu (permítanme esta licencia) detrás del Estado laico es prevenir que una religión haga funciones de estado como lo hizo la Iglesia católica durante siglos y garantizar la libertad de culto.

Ahora, supongamos que representantes del Estado realizan un ritual de algún pueblo indígena en medio de un proceso de toma de posesión. ¿Estaría violando este acto el principio de laicidad del Estado?. Yo sostengo que no. En primer lugar porque no todo sistema de relación con el mundo de lo sagrado es una religión (si no, el nacionalismo lo sería, ¿lo es?). Es importante distinguir cuando un sistema de relación con lo sagrado se encuentra institucionalizado; en ese caso lo llamo “religión”. El caso de la religión católica es paradigmática, las personas no pueden relacionarse directamente con las fuerzas y entidades sagradas, hay en medio una institución con leyes (derecho canónico), procedimientos altamente regulados, hay funcionarios (el papa, los obispos, los párrocos), burocracia y todo el entramado institucional que regula el funcionamiento de la relación con lo sagrado, detrás de la iglesia católica hay en la actualidad un Estado, el Vaticano, tiene un banco central, universidades, medios de comunicación, entre muchas otras cosas. Una religión es un sistema de relación con lo sagrado hecho institución y ése no es el caso de los sistemas de relación con lo sagrado que existen en los pueblos indígenas. Los especialistas del ritual mixe no están regulados por leyes, no hay una institución que valide o pueda determinar quiénes sí se pueden convertir en especialistas del ritual, detrás del sistema mixe de relación con lo sagrado no hay un poder central ni mucho menos un banco. ¿Qué es lo que en cada sistema se considera perteneciente al mundo de lo sagrado? ¿Cómo se establece la relación de lo humano con lo sagrado? Las respuestas cambiarán caso por caso, cultura por cultura, pueblo indígena por pueblo indígena.

Durante muchos siglos, en grandes territorios del planeta, la iglesia católica fue Estado y atentó contra la libertad de culto. La laicidad del Estado mexicano se instauró para prevenir que la Iglesia o alguna otra religión institucionalizada (perdonen la redundancia de la frase) haga funciones de Estado; la laicidad no prohíbe rituales o ceremonias pues el Estado mexicano las tiene de a montón. Por esta razón, no creo que el hecho de que un representante del estado realice un ritual mixe sea una violación al principio de laicidad; la sacralizada mixe no está institucionalizada, los especialistas de estos rituales no han hecho nunca funciones de estado ni es su pretensión. Por el contrario, que el día de su toma de posesión el expresidente Vicente Fox haya recibido un crucifijo de parte de su hija sí me parece preocupante, vuelve a insertar en la esfera de lo público un símbolo de una religión que fue estado y sigue, a su modo, siéndolo.

Me parece que quienes se rasgaron las vestiduras argumentando que la “ceremonia de purificación y entrega de los bastones de mando y servicio” que protagonizaron los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación el pasado 1 de septiembre viola la laicidad del Estado están confundiendo la gimnasia con la magnesia. Mi preocupación sobre esa ceremonia radica en otros aspectos que ya expuse en mi columna anterior.

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