Reacomodos en la sucesión presidencial

Apenas han salido las primeras encuestas con el ‘efecto Xóchitl’ y habría que esperar la publicación de otros sondeos para determinar el verdadero alcance de esta nueva variable

Xóchitl Gálvez a las puertas de Palacio Nacional, el 12 de junio.Carlos Santiago (Getty Images)

A un mes de las encuestas definitivas y a algo más para conocer a los candidatos presidenciales, tanto por el lado de Morena como el de la oposición, resultaría necesaria una actualización a la luz de la súbita emergencia de Xóchitl Gálvez. ¿Algo ha cambiado respecto a la inercia que se había instalado desde hace meses, esa que parecía haber convertido a la sucesión en un paseo triunfal para el partido en el poder?

En realidad apenas han salido las primeras encuestas con el efecto Xóchitl...

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A un mes de las encuestas definitivas y a algo más para conocer a los candidatos presidenciales, tanto por el lado de Morena como el de la oposición, resultaría necesaria una actualización a la luz de la súbita emergencia de Xóchitl Gálvez. ¿Algo ha cambiado respecto a la inercia que se había instalado desde hace meses, esa que parecía haber convertido a la sucesión en un paseo triunfal para el partido en el poder?

En realidad apenas han salido las primeras encuestas con el efecto Xóchitl, y habría que esperar la publicación de otros sondeos para determinar el verdadero alcance de esta nueva variable. Pero los datos que arrojan los ejercicios de tres de las más conocidas empresas muestran ya algunas pistas: Mitofsky para el diario El Economista (levantada entre 14 y 16 de julio), Enkoll para El País (13 a 17 de julio) y Covarrubias y Asociados (17 a 23 de julio).

Veamos primero en lo que respecta a Morena. Había la duda de si el arranque abierto de las precampañas de las corcholatas, ya separadas de sus respectivos puestos, marcaría una diferencia en la tendencia que desde hace meses ha convertido a Claudia Sheinbaum en la favorita. Existían dos interrogantes de fondo: a) si Marcelo Ebrard, ya en plena campaña, sería capaz de alcanzar a la puntera o a reducir significativamente la distancia que los separa; y b) si Adán Augusto López podía meterse en la disputa entre los dos principales contendientes e incluso arrancarles el primero o el segundo lugar. La respuesta a ambas dudas es negativa. Es decir, Sheinbaum mantiene una cómoda distancia a cuatro semanas de la meta y se está reduciendo el margen de posibilidad de algún imponderable que cambie el muy previsible final. Según Enkoll, Claudia obtendría más votos que Marcelo frente a la oposición, y Mitofsky la coloca 10 puntos por arriba, mientras que Covarrubias 11 puntos. Es significativo el hecho de que, comparadas con las mediciones anteriores de esas mismas empresas, la distancia no se está acortando. Más aún, el nuevo dato, la aparición de Xóchitl y su muy probable conquista de la candidatura de la oposición, le otorgan a Sheinbaum un argumento adicional: la competencia entre dos mujeres neutraliza cualquier especulación sobre un impacto del voto femenino. En este momento Xóchitl perdería ante los dos, pero sube algunos puntos si no está Sheinbaum en la boleta de Morena.

Por lo que toca a la segunda duda en el campo de batalla del obradorismo, la apuesta de Adán Augusto López, los resultados también son categóricos. La campaña del ex secretario de Gobernación, que algunos vieron como un posible caballo negro en la carrera, no alcanzó a despegar. Probablemente terminará quedándose con el tercer puesto, lejos de los dos primeros contendientes, pero no se descarta que Fernández Noroña pudiera disputarle esa posición, si es que cabe alguna sorpresa.

Lo de Xóchitl no invita a balances categóricos porque el fenómeno mediático que la involucra es demasiado reciente y sus alcances están lejos de haber sedimentado entre la población en general. Las tres encuestas revelan lo que podría sospecharse: el frenesí de su precandidatura sucede, sobre todo, en redes sociales y en los círculos políticos, no necesariamente en la calle, o no aún. Sin embargo, ya estos sondeos revelan una consecuencia política insoslayable: ha rebasado a cualquiera de los otros precandidatos de la Alianza PAN, PRI y PRD. La candidatura de Santiago Creel, que entre analistas políticos se consideraba prácticamente asegurada, ahora difícilmente podría concretarse. El arrastre popular de la senadora de Hidalgo obligaría al PAN a una chicanada a los ojos de todos si quiere imponer otro resultado. De aquí a cuatro semanas esa percepción no hará sino aumentar.

Resumiendo, a partir de las encuestas disponibles más recientes, el ritmo de la carrera en ambos frentes hace muy improbable otro escenario que no sea una confrontación final entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez para los comicios de 2024.

Ahora bien, habría que señalar que la ventaja de Morena sigue siendo la misma frente a la oposición, según las encuestadoras. Es decir, la efervescencia en favor de Xóchitl le ha llevado a concentrar el voto antiobradorista con cargo a sus colegas de la oposición; hasta ahora ha crecido quitándoselo a sus compañeros. Todavía no se registra un desplazamiento de intenciones del voto popular, que hoy favorece al obradorismo. Tampoco significa que no vaya a suceder en alguna medida en los once meses que nos separan de la elección. Pero mientras eso no pase, las perspectivas siguen siendo las mismas. En los tres sondeos señalados, Morena supera a la Alianza prácticamente por el mismo amplio margen, aun después de la aparición de Xóchitl. Y en la confrontación directa entre Xóchitl y Sheinbaum la ventaja de esta última sigue siendo abismal (más del doble).

En resumen, más allá del ruido mediático, el fenómeno Xóchitl modifica y no el panorama electoral. Sin duda cambia al abanderado de la oposición, pero eso puede significar todo o nada. Los datos hasta este momento se inclinan por lo segundo. Pero también es cierto que por ahora se trata de una disputa interna, los precandidatos en ambos bandos están tratando de vencer a sus compañeros de partido para quedarse como la apuesta definitiva para la contienda presidencial. La lucha por los votos entre la derecha y la izquierda tendrá lugar a partir de septiembre y hasta junio del próximo año, y esa será otra batalla.

Finalmente, estas encuestas revelan con claridad algo más. Cualquier oportunidad que tenga Xóchitl Gálvez, poca o mucha ya lo sabremos, parte del hecho de que no haya un tercer pasajero en la contienda. Si surge otro contendiente, presumiblemente de Movimiento Ciudadano, lo cual fragmentaría el voto opositor, las escasas posibilidades prácticamente desaparecen. Esto significa que además de la batalla obvia y abierta por la disputa del voto entre las dos grandes fuerzas políticas, habrá otra de maniobras intensas y soterradas sobre la tercera candidatura: unos para impedirla, otros para provocarla. Pero esa será otra historia.

@jorgezepedap

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