Columna

Legisladoras machistas

El Congreso mexicano engaña al contabilizar su presupuesto de género. La simulación es aceptada aun si la mitad de los legisladores son mujeres

El pleno de la Cámara de Senadores, en Ciudad de México, en noviembre.JOSE PAZOS FABIAN (EFE)

México tiene el segundo Congreso con más legisladoras del mundo. Con mujeres ocupando el 48% de las curules, el país tiene un Poder Legislativo más paritario que Finlandia, Suecia y Nueva Zelanda. Solo Bolivia tiene un porcentaje mayor con 52% de legisladoras. Además, salvo China, las 304 congresistas mexicanas representan el grupo parlamentario femenino más grande del mundo. China logra ser más grande solo porque tiene casi cinco veces más curules que México.

A pesar de ello, cada año el Congreso mexicano engaña sobre el tamaño del presupuesto de género que aprueba. Las legisladoras me...

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México tiene el segundo Congreso con más legisladoras del mundo. Con mujeres ocupando el 48% de las curules, el país tiene un Poder Legislativo más paritario que Finlandia, Suecia y Nueva Zelanda. Solo Bolivia tiene un porcentaje mayor con 52% de legisladoras. Además, salvo China, las 304 congresistas mexicanas representan el grupo parlamentario femenino más grande del mundo. China logra ser más grande solo porque tiene casi cinco veces más curules que México.

A pesar de ello, cada año el Congreso mexicano engaña sobre el tamaño del presupuesto de género que aprueba. Las legisladoras mexicanas aceptan esta farsa, ya sea por ignorancia, maquiavelismo, o por falta de solidaridad con otras mujeres.

La mentira funciona así. Por ley, desde el 2008, el Congreso debe detallar en un anexo el presupuesto que dedica a promover la igualdad entre hombres y mujeres. La idea era buena, pero a partir de 2018 se pervirtió.

Los legisladores comenzaron a simular que el presupuesto de género se incrementaba de manera exponencial metiendo en el anexo programas sociales que no estaban dirigidos a promover la igualdad, sino que, simplemente, tenían mujeres beneficiarias.

Así, tan solo en 2018, el presupuesto para la igualdad entre hombres y mujeres supuestamente aumentó en 84%. La magia se logró a partir de determinar que el 37% de las pensiones para adultos mayores eran una política que promovía la igualdad. Antes solo era el 14%. Asimismo se determinó que el 41% de las becas de posgrado del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el 19% del programa de fomento a la agricultura eran políticas de género.

Otras tretas contables se agregaron en 2020. La más importante de todas fue determinar que el 51% del presupuesto de Jóvenes Construyendo el Futuro era una política que promovía la igualdad de género. Con esto los legisladores pudieron decir que habían aumentado en 33% el presupuesto de género. La farsa es evidente porque el mismo programa, sin cambio alguno, un año antes no era considerado una política de género y no se agregaba al anexo.

La cereza del pastel se está cocinando ahora. Con motivo del presupuesto del 2021, los legisladores nos quieren hacer creer que el presupuesto de género aumentará en 26%.

Y lo están logrando con más mentiras. Ahora, el 79% de la magia se explica por la pensión para adultos mayores. Se está considerando que el 44% de las pensiones son una política de igualdad de género, y no 37% como era antes. Con eso nos dicen que el presupuesto para la igualdad de género aumentó de 9.000 millones de pesos (casi 450 millones de dólares).

Esta simulación ha llegado a niveles absurdos. En 2021, al menos el 78% del dinero “para la igualdad de género” serán proporciones de programas sociales que llegan a toda la población. Además de las pensiones para adultos mayores, dentro del anexo está Sembrado Vida y las Becas Benito Juárez. La única razón por la que estos programas llegan a las mujeres es porque las mujeres son más pobres que los hombres.

Clasificar de esta forma el presupuesto para la igualdad entre hombres y mujeres no sirve. De hecho, desde que existe el anexo 13, la pobreza ha aumentado más en las mujeres que entre los hombres. De 2008 a 2018, el porcentaje de mujeres con ingreso inferior a la línea de bienestar de CONEVAL aumentó. En los hombres bajó. Todo mientras las legisladoras nos dicen que el presupuesto se ha más que triplicado.

Lo peor es que las legisladoras no tendrían por qué simular. Utilizando los datos abiertos del Presupuesto de Egresos de la Federación contabilicé los programas que sí tienen un componente claro de igualdad de género y estos han crecido en 11% de 2018 a 2021.

Los congresistas y, sobre todo, las diputadas y senadoras deben dejar de engañarnos y de engañarse. La meta del anexo 13 no es listar todos los programas sociales con beneficiarias mujeres. La meta es observar las políticas que promueven la igualdad.

Tengan el valor, señoras legisladoras. Cambien de raíz la metodología que usan para medir el contenido del anexo 13. Demuéstrenos su feminismo con hechos. Recalculen todos los años de 2008 a la fecha con la nueva metodología. Su trabajo no es hacer magia contable para que parezca que el anexo crezca. No se vale engañar.

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