El tour de Xóchitl Gálvez contra la delincuencia llega a territorio panista: “Van a tener a la presidenta más valiente”
La candidata opositora firma un polémico “pacto de sangre” para mantener los programas sociales ante 25.000 seguidores en Guanajuato, en el primer acto masivo de su campaña
La oposición jugó de local en el estadio Sergio León Chávez de Irapuato. Alrededor de 30.000 seguidores se entregaron este viernes a Xóchitl Gálvez en el primer acto masivo de su campaña. El equipo de Gálvez apostó por el Estado de Guanajuato, el bastión histórico del Partido Acción Nacional (PAN), para llevar su mensaje contra la delincuencia, el eje de su estrategia para recortar distancias en la ca...
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La oposición jugó de local en el estadio Sergio León Chávez de Irapuato. Alrededor de 30.000 seguidores se entregaron este viernes a Xóchitl Gálvez en el primer acto masivo de su campaña. El equipo de Gálvez apostó por el Estado de Guanajuato, el bastión histórico del Partido Acción Nacional (PAN), para llevar su mensaje contra la delincuencia, el eje de su estrategia para recortar distancias en la carrera por la presidencia. “Yo no le voy a echar la culpa a Calderón ni a Enrique Peña Nieto ni, mucho menos, a Andrés Manuel López Obrador, yo sí voy a cuidar de su seguridad”, afirmó la aspirante. “Van a tener a la presidenta más valiente”, agregó ante el alarido de sus simpatizantes.
El combate a la inseguridad volvió a ser la columna vertebral de su discurso, pero esta vez abandonó el tono solemne de su arranque en Fresnillo para hacer algo diferente: Gálvez despachó una lluvia de críticas a la política de seguridad de López Obrador, pero también repartió selfies. Lanzó consignas contra el crimen organizado, pero también disparos de confetti. Se dio tiempo, además, de firmar un polémico “pacto de sangre” frente a un notario para comprometerse a no eliminar los programas sociales y responder a las críticas de sus rivales. Se divirtió, se dio su primer baño de masas y, por primera vez, se dejó apapachar por la maquinaria panista, en casa y con su gente. “Xóchitl, no tengo dudas de que Guanajuato te va a llevar a la victoria”, le dijo la candidata a gobernadora, Libia García. “Aquí tienes a tu ejército”.
Gálvez ha dedicado los primeros pasos de su campaña a hablar de la ola de violencia que azota al país. Lo ha dejado claro en el tono de sus declaraciones, en los lugares que ha visitado y en las propuestas que ha lanzado. La candidata presentó una estrategia contra el crimen organizado que pasa por doblar el número de efectivos de la Guardia Nacional, construir una cárcel “para los peores delincuentes” y retirar a las Fuerzas Armadas de las tareas de Seguridad Pública, así como de los encargos civiles que ha asumido durante el Gobierno de López Obrador. Habló de los asesinatos, de los desaparecidos, del miedo a salir a la calle, de las masacres en Salvatierra, Lagos de Moreno y Tlaquepaque. “Vamos a construir un México sin miedo”, dijo sobre un enorme escenario colocado en el centro del estadio, en lo que se ha convertido en su nuevo lema de campaña.
El tour contra la inseguridad de la candidata ya pasó por Fresnillo, la ciudad con mayor miedo a la delincuencia en el país y donde el 96% de la población se siente insegura, y tuvo en Irapuato, otra localidad corroída por la violencia, su segunda parada. Entremedias, Gálvez ofreció una conferencia de prensa en Aguascalientes, otro bastión del PAN y donde volvió a presentar y defender sus propuestas, que no han estado exentas de polémica, ante el viraje hacia medidas de mano dura. “No va a haber consentidos, yo no voy a pactar con los criminales”, dijo ante los medios de comunicación. “No hay comparación entre México y El Salvador”, señaló tras ser comparada con el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, por sus rivales. “Ojalá nuestro problema fueran las maras, nosotros tenemos a los carteles”, agregó. “La ley será la ley”.
El mensaje ha encontrado una caja de resonancia entre sus seguidores. “Me preocupa la situación del país, la tragedia que estamos viviendo”, comenta Hilda Vázquez, una simpatizante de 55 años que hizo el viaje desde Valle de Santiago a Irapuato para ver a la candidata. “Tenemos miedo, el narco tiene impunidad en este país y el presidente sólo mete las manos por su candidata”, asegura Velázquez mientras sostiene una pancarta en la que se lee “López Obrador saca las manos de la elección”, la frase que Gálvez lanzó cuando se registró como candidata ante el Instituto Nacional Electoral. Los mítines de la aspirante de la coalición Fuerza y Corazón por México han estado copados por mujeres, muchas entre los cincuenta y los sesenta años, todas desencantadas con el actual Gobierno.
“Me gusta su sinceridad y que sea más aventada que los otros, ella dice las cosas como son”, asegura Rosa María Trejo, de 53 años, mientras agita una bandera del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Los estandartes del PRI y del PAN, viejos rivales históricos, ondean por primera vez juntos en una elección presidencial, un escenario que hasta hace unos años hubiera parecido impensable. “La idea es ganar”, resume Trejo, con pragmatismo y pocas palabras. “La política es así, vamos juntos porque Xóchitl es lo que necesita México, un cambio”, agrega Jorge Aguilar, “priista de hueso colorado” de 60 años.
El mitin de Irapuato también fue la primera vez en que aparecieron Marko Cortés y Jesús Zambrano, líderes del PAN y del Partido de la Revolución Democrática, para levantar los brazos de su candidata. Ambos dirigentes partidistas estuvieron ausentes en Fresnillo, donde se dio el banderazo de salida en los primeros minutos de este viernes. El gran ausente fue el priista Alejandro Alito Moreno. El acto supuso también un primer termómetro para Gálvez para medir otras propuestas entre sus bases electorales. Después firmar con sangre ―”lo más valioso que tengo” y “frente a mis hijos”― el compromiso de mantener los programas sociales y anunciar que reducirá a 60 años la edad para la entrega de apoyos a adultos mayores, el público enloqueció. “La inseguridad y la economía, esas son las dos cosas que más me importan”, expone la señora Trejo.
La candidata se tendrá que medir en los próximos tres meses ante otros sectores de votantes y en terruños gobernados por sus contrincantes. Pero eso será para otro día. Hoy, en Irapuato, el estadio es un mar de banderas blanquiazules, tricolores y amarillas. Los saltimbanqui dan vueltas por el escenario, las canciones pegajosas inundan el ambiente y sus seguidores se acercan para darle regalos y tomarse fotos. Todo son sonrisas y papelitos de colores en territorio opositor, en el corazón del voto panista. La campaña apenas comienza. También el intento por dar la sorpresa contra Claudia Sheinbaum, la candidata oficialista y la favorita en los sondeos. “No me preocupan las encuestas, mucha gente tiene miedo de decir por quién va a votar”, dijo horas antes. “México va a elegir entre dos caminos”, repitió en el último mitin.
Tras las visitas de rigor en los territorios panistas del Bajío, está previsto que Gálvez continúe su recorrido este fin de semana con actos públicos en Ciudad de México y Guadalajara, dos de las tres zonas metropolitanas más pobladas del país. Hará también una escala en Querétaro, otro feudo del PAN, el socio mayoritario de la coalición opositora, y visitará Toluca, el viejo bastión que perdió el PRI el año pasado. “Estoy lista para luchar y estoy lista para ganar”, afirmó Gálvez, en el mayor acto que ha celebrado desde que se hizo con la candidatura presidencial.
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